
PINAR DEL RÍO.— Tal vez, a primera vista, no parezca una historia fuera de lo común. A fin de cuentas, los ejemplos de personas dedicadas a las más disímiles profesiones (incluyendo la medicina), que han decidido incursionar en la música, resultan interminables.
La diferencia está en que el doctor Higinio Hernández no lo hace sobre un escenario, en compañía de una orquesta, sino en el salón de operaciones.
Comenzó hace más de tres décadas y desde entonces la considera una práctica terapéutica que ayuda a la relajación del paciente y por consiguiente, permite una mejor asimilación del tratamiento.
“Cuando una persona acude al médico, casi siempre siente preocupación y esto genera estrés.
“En la terminología médica se le denomina estrés oxidativo, ya que se trata de un estado en el que se segregan sustancias dañinas para el organismo, que incluso pueden llegar a desencadenar hipertensión, diabetes y otras enfermedades.
“Por otro lado, se alteran casi todos los mecanismos, incluyendo los metabólicos y neurológicos, se constriñen los vasos y hay un compromiso de la irrigación sanguínea”, explica Higinio, quien se desempeña como cirujano maxilofacial en el Hospital León Cuervo Rubio, de la capital pinareña, y al mismo tiempo es profesor de la carrera de Estomatología en la Universidad de Ciencias Médicas Doctor Ernesto Che Guevara.
Con 39 años en la profesión, en los que se ha ganado un enorme prestigio, Higinio vive convencido de que el trato que se les profesa a los pacientes influye significativamente en su evolución. De ahí que haya decidido incorporar, tanto en consulta como en el salón, una serie de técnicas dirigidas a aliviar el estrés. Una de ellas: cantar.
“Lo hago con el propósito de transmitirles confianza. El trabajo en materia de salud se basa en lograr un equilibrio bio-psico-social. Muchas veces se pone énfasis en la parte biológica y la social, pero el plano psicológico no se tiene en cuenta de la misma forma. Por tanto, me he propuesto reforzar este aspecto”.
Aunque sin duda se trata de una práctica poco ortodoxa, afirma que nunca nadie la ha rechazado. Marlenis Rodríguez, licenciada en atención estomatológica, quien durante 15 años ha asistido en el salón al cirujano que canta, comenta que “por el contrario, las personas refieren que se les pasa más rápido el tiempo de la intervención quirúrgica”.
Es el caso de Yolanda Ramos, una paciente operada de una lesión en el ala nasal. “A pesar de la preocupación, escucharlo cantar y decir décimas significó un alivio, porque sabía que lo estaba haciendo para que me sintiera mejor.
“Yo he tenido que entrar en varias oportunidades al salón, por diferentes motivos, y siempre que lo hago llego nerviosa, pero cuando lo oigo, me relajo. Funciona como una especie de anestesia”.
De esta peculiar interacción médico-paciente se deriva un cúmulo enorme de anécdotas. “Una vez me encontraba operando a una persona de una lesión en el cuero cabelludo. Empecé a cantarle un tema de La Aragón, y antes de terminar, el hombre estaba cantando conmigo”, recuerda Higinio, quien asegura poseer un repertorio variado, que abarca casi cualquier tipo de música y se ajusta a las preferencias de aquellos que lo escuchan.
Más allá de la curiosidad, el especialista señala que, como resultado de esta terapia, disminuyen el dolor y la inflamación, se contribuye a la cicatrización, y en sentido general, la evolución resulta más favorable.
Por ello, a sus 65 años, insiste en usarla con la mayoría de los 70 pacientes que opera como promedio todos los meses.
Incluso, en varias oportunidades que le ha tocado ejercer su profesión fuera de Cuba, en países como Venezuela y Guyana, ha llevado su técnica consigo.
“Anteriormente, este tipo de procedimientos no eran bien vistos, pero eso ha ido cambiando. A nivel internacional se hace cada día mayor hincapié en la importancia de reforzar el tratamiento médico con terapias dirigidas a propiciar un estado de relajación del paciente”.
En su caso, asegura que ha constituido una ayuda valiosa. “La cooperación que logro de las personas, resulta muy beneficiosa para la recuperación”. De modo que a pesar de los riesgos que siempre entraña, el trabajo se hace más fácil, como si consistiera simplemente en coser y cantar.
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ivan dijo:
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7 de abril de 2014
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eulogio dos santos gonzalez dijo:
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tania dijo:
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