Alfredo Deriche es un cubano descendiente de palestino que ha dedicado su vida a trabajar por la unidad de la comunidad árabe en torno a la Revolución Cubana.
Ahora, cuando la Unión Árabe de Cuba (UAC), que él preside, cumple 35 años, conversó con Granma, más que de los logros evidentes de la organización, sobre lo que aún falta por hacer y pudiera realizarse de mejor forma.
—¿Cuál fue el objetivo de la creación de la UAC y cuánto de ello se ha logrado en este tiempo?
—El objetivo esencial ha sido y es el de unir a toda la comunidad cubano-árabe en una sola organización que proyecte su trabajo nacionalmente, sin distinción de país de procedencia, religión u opinión política. Nos convertimos en un verdadero puente en el intercambio económico, cultural y comercial entre los pueblos y gobiernos de los países árabes y el pueblo y gobierno cubanos.
“Nuestras actividades se diversificaron. Se otorga el premio literario Abdala, que se alterna con el premio de pintura Fayad Jamís; se hacen encuentros y diálogos sobre cultura; se enseña el idioma árabe en modernos laboratorios. Sale al aire semanalmente un programa de radio de la Unión. También se hacen encuentros culinarios con platos típicos árabes, entre otros”.
—¿En qué líneas de trabajo se centra hoy el accionar de la UAC?
—En consolidar lo logrado y continuar trabajando en la misma línea de nuestros objetivos fundacionales, conscientes de que la Revolución Cubana, a lo largo de su historia, ha mantenido una consecuente y profunda solidaridad con los pueblos árabes y un respeto y valoración a la inmigración de esa región y a sus descendientes en nuestro país, donde encontramos hogar, patria y nación.
“Igualmente mantener los vínculos con la Federación de Entidades Americano-Árabes, en la que ocupamos la vicepresidencia”.
—¿Cómo valoran ustedes la situación que vive hoy el mundo árabe a donde Estados Unidos lleva agresiones, guerras, sanciones?
—En primer lugar condenamos y nos esforzamos por llevar la verdad a nuestros afiliados y a todo el pueblo, respecto al papel del sionismo, de Israel como aliado de Washington y principal culpable de que el pueblo palestino sufra la limpieza étnica a la que está sometido. Se hace muy necesaria la unidad de los países árabes para enfrentar las ambiciones israelíes y las agresiones norteamericanas.
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