Es domingo, día “pico” en el Zoológico Nacional. Numerosos visitantes se mueven entre las áreas, muchos con el plan de apreciar los ejemplares donados por la República de Namibia.
Se conoce que desde esa nación llegaron, entre otros, varios tipos de antílopes, junto a leones, guepardos, elefantes y rinocerontes.
De las 22 especies donadas algunas han rebasado los distintos pasos de la cuarentena y la adaptación. De ellas se muestran en la Pradera Africana los búfalos y antílopes oryx y eland del Cabo. En el área de Reproducción están localizados el lince caracal, hienas manchadas y pardas, leopardos y chacales de lomo negro. Los guepardos (chitas) ya se pueden observar en su propio foso.
La salud, adaptación y exhibición de cada uno de estos ejemplares están apuntaladas en el esfuerzo de los especialistas. Del trabajo realizado en Namibia durante el periodo de captura, así como la transportación, cuarentenas y adaptación en Cuba conversó Granma con dos expertos del Parque Zoológico Nacional que participaron en la Operación Arca de Noé II.
CAPTURAS Y TRANSPORTACIÓN

Todo proceso de intercambio, donación o transporte de animales salvajes entre continentes es difícil y parte de varios aspectos. Primero hay que planificar qué animales queremos tener. El gobierno de Namibia ofreció una lista de las especies disponibles, las cuales por acuerdo entre las partes fueron aceptadas, comenta el doctor en Ciencias Biológicas Santos Orlando Cubillas Hernández, director de Desarrollo de la Institución.
“Luego el proyecto pasó por la visita de especialistas de Namibia a Cuba, y viceversa. Se crearon las áreas de cuarentena allá y acá que cumplían con los estándares internacionales necesitados.
“El proceso de captura se realizó en los parques nacionales de Etosha y Waterberg. En el caso de los ungulados (mamíferos cuyas extremidades terminan en pezuñas), una vez atrapados —con cierto nivel de riesgo, persiguiéndolos en pequeños helicópteros a ras de los árboles, al estilo del arreo de las masas ganaderas que se practica en otras latitudes— se confinaban temporalmente a unos cuartones al aire libre para adaptarlos, poco a poco, a convivir en cautiverio”.
El trabajo con los carnívoros tuvo otro nivel de complejidad. Los más difíciles de ubicar fueron los chitas, porque después de comer se desplazaban hasta 100 Km, narra el técnico veterinario Ramón Lam, especialista principal en carnívoros. Se les detectaba desde un helicóptero y se les disparaba sedantes, agregó.
Con cámaras de visión nocturna se ubicaron los leopardos. Durante una semana les colocamos carnada en los árboles para acostumbrarles a comer en el mismo sitio. Otra semana más para llevarles el cebo hasta dentro de una jaula-trampa, sin activarla, para adaptarlos a buscar la comida allí. La semana siguiente ya activamos el mecanismo de cierre, acotó Lam.
Inicialmente se capturó el doble de los animales que viajaron. Al final se escogieron en vistas al fenotipo, edad, sexo y el resultado de los exámenes de las enfermedades que se exigieron, argumenta el doctor Cubillas.
“Luego se prepararon los huacales, se trasladarían cuatro ejemplares en cada uno. Se hizo necesario formar grupos de viaje para familiarizarlos. Más de cinco horas por carretera hasta el aeropuerto, los trámites de documentación y luego casi 15 horas de vuelo hasta La Habana.
“Los animales no fueron sedados para viajar, excepto el antílope roan, que fue el más nervioso de todos. Hubo que hacer coincidir el momento de salida en Namibia con el momento de llegada a Cuba. Para bajarlos de la nave debió ser en la tarde noche, con temperatura más fresca, estaban muy agotados, con más de 48 horas sin tomar agua ni alimentos.
“El proceso de descarga también implica un riesgo, para lo cual se preparó un equipo de especialistas. Había que decidir qué animal bajar primero, e incluso dentro de una especie por cuáles ejemplares comenzar. Debíamos iniciar con el más dócil, el mejor adaptado, el que incidiría en el comportamiento de los demás”.
CUARENTENA Y ADAPTACIÓN EN CUBA
En el Zoológico Nacional pasaron a otra cuarentena. Como promedio son 40 días, pero con la cantidad de exámenes a realizar se puede exceder ese tiempo. Luego viene el cambio hacia el destino final. Debe buscarse la mejor época del año. Después de varios meses en cautiverio son devueltos a condiciones de semilibertad, en espacios delimitados por cercas. Nunca antes han visto vallas perimetrales. Colocamos mallas oscuras para impedirles visualizar más allá. También limitamos la presencia humana y de vehículos en esas zonas, acota Santos Cubillas.
“El estrés del cambio generalmente provoca en todos los animales, en cualquier zoológico, cambios en su comportamiento y las hembras gestantes sufren mucho más, necesitan mayor atención, a veces mueren las crías y el proceso peligra ante el riesgo de perder también a las madres. En esas condiciones no pueden exhibirse, por lo que el proceso se alarga hasta la plena adaptación a las nuevas condiciones. Algunos de estos ejemplares serán utilizados para fines de reproducción y mejora genética y su descendencia iría a las exhibiciones; estos se acostumbran mejor al medio ambiente cubano, al cautiverio y a las personas. Este es un proceso largo que debe estudiarse muy bien.
“Después viene la etapa de la adaptación. Ya se acostumbraron al nuevo ambiente, al cuidador, al agua, al tipo de comida, pero también deben adaptarse a las enfermedades de Cuba, diferentes a las africanas, y para las que no están preparados, deben crear anticuerpos. Eso implica un mayor chequeo y tratamiento. Es la parte más difícil. Internacionalmente se plantea que hay más mortalidad en este periodo que en los anteriores.
“De los antílopes, el eland del Cabo y el cuernos de corazón se están adaptando con facilidad, los problemáticos son los pequeños, impalas y springbok, las presas preferidas de los depredadores, lo que hace que su temperamento sea más nervioso. Se estudia la posibilidad de que estas especies pudieran ser apreciadas en el recorrido de los ómnibus de la institución por las áreas de Reproducción, tomando algunas medidas para que el público en silencio pueda observarlas y estos animales se adapten mejor al nuevo ambiente. Más adelante se trasladarían algunos ejemplares a la Pradera Africana”.
ALEJADOS DE LA EXHIBICIÓN
Los elefantes y rinocerontes aún se encuentran en proceso de adaptación. Hay que modificarles su comportamiento silvestre para que se acostumbren a convivir con los ejemplares de su misma especie, acota el doctor Cubillas.
“El proceso consiste en acercarlos poco a poco y en el futuro cuando el macho de los elefantes sea adulto ubicarlo en una instalación que reúna los requisitos para albergar elefantes de ese tamaño. Por sus características y agresividad, no debe estar suelto ni convivir todo el tiempo con las hembras.
“También habrá que trabajar en base a la relación de los jóvenes rinocerontes blancos recién llegados, con los ya establecidos. La idea es reforzar genéticamente las colecciones. Los rinocerontes negros, con otras características, irán para el área de Reproducción pues su comportamiento es solitario.
“Los leones de Namibia serán destinados a la mejora genética de nuestra colección, ya que nuestros primeros leones llegaron en 1974 desde la República de Tanzania”, agregó.
EXPERIENCIAS
Cada día, de manera lamentable, crece la lista de los animales en peligro de extinción. El cambio climático, la deforestación y la contaminación ambiental son las principales causas para la desaparición de algunos. El mercado de la ignorancia y las vanidades humanas —que demandan un aceleramiento de la caza furtiva— son la perdición de otros. El aumento del precio de los cuernos de rinoceronte, los colmillos de elefante y las pieles de leopardo lo ejemplifican. De los recién llegados se encuentran en esa relación los antílopes roan, leopardos, las dos especies de hienas y el león de Namibia, pero los más amenazados son los rinocerontes y elefantes.
Sean las donaciones e intercambios entre instituciones una ventana para la protección y conservación de las especies amenazadas y de las que aún vagan alejadas del peligro.
La experiencia de los especialistas cubanos en la reproducción y conservación de las especies (foráneas y nacionales) podrá ser compartida en otras tierras. Así como las investigaciones de otras latitudes se aplicarían aquí. El solo hecho de la educación ambiental a las nuevas generaciones en este sentido, justifica la permanencia de los zoológicos. El esfuerzo de todos lleva el mismo fin, evitar la extensión de tan nefasta lista.




















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Arístides Lima Castillo dijo:
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18 de marzo de 2014
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Canario. dijo:
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Silvio Herrera Mendieta dijo:
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Julia Moyano dijo:
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