LAJAS, Cienfuegos.— El trabajo con los bueyes siempre ha sido la atracción de Oscoidy Terry Benítez, alumno de primer año de la especialidad de Obrero Calificado en Agronomía, del Centro Politécnico Orestes Jiménez Fundora, de Lajas, considerado entre los más destacados en el giro, a nivel de provincia y de país.
Pues bien, mediante sus estudios no solo aprendió a enyugarlos mejor, sino, además, las formas óptimas de alimentarlos, guiarlos, protegerlos de las inclemencias, dice. Cuanto le enseña la academia (bien encarrilada, a juicio del adolescente), lo refrenda durante sus prácticas preprofesionales, en los surcos de la Cooperativa de Producción Agropecuaria San Alejo.
Dicha estructura, colindante con la escuela —el amplísimo centro lectivo está enclavado en la zona campesina denominada Caracas, cerca del ingenio azucarero homónimo— es el lugar fundamental donde los educandos llevan a la práctica sus conocimientos teóricos, señala Leonardo Ariel Zamora, director del plantel.
La especialidad de Obrero Calificado en Agronomía es la carrera estrella de un sitio que matricula a 211 estudiantes provenientes de los municipios de Cruces y Lajas; aunque además imparten aquí otras diez disciplinas de la Enseñanza Técnico-Profesional (ETP).
Otra especialidad a la cual se le presta atención en el Orestes Jiménez es a la denominada Fabricación de Azúcar, también comprendida dentro del universo agropecuario. Contamos con un taller que es el orgullo de todos, asevera ufana la estudiante Anay Orta Morffa, presidenta de la FEEM y alumna de esa carrera.
Grisley Varela Pérez, profesora de Actividades Manuales Agropecuarias y Técnicas Básicas Agropecuarias (comprendidas dentro del programa de Obrero Calificado en Agronomía), estima que el alumnado posee todas las condiciones materiales para llevar, a la par, la teoría y la práctica en dicha disciplina.
Grisley les habla en las clases de toda la técnica que va detrás de cada acción en el campo, de la siembra al riego y la chapea. Los jóvenes disponen de guatacas, machetes, garabatos, limas y todo tipo de instrumentos en las aulas; y luego, por supuesto, en el campo, relata su colega Idalia Terry Cowle, profesora de Información Técnica y Práctica del Oficio de Agronomía.
Además de las áreas técnicas del propio centro y las de la Cooperativa de San Alejo, existen seis aulas anexas en entidades cercanas al centro y de estrecho vínculo con este, sostiene Leonardo Ariel, el director.
Los estudiantes de primer año de Obrero Calificado en Agronomía, Yailenis Morales Riera, Marisela Martínez Fuentes y Kleydis Águila Llerena, todos de familias campesinas, dicen que si bien conocen desde pequeños el campo, la escuela les ofrece un complemento indispensable en el conocimiento de animales y plantas, enfermedades, útiles de labranza, ciclos de las cosechas…
El Orestes Jiménez está propuesto para convertirse en centro de referencia nacional, por sus éxitos en la formación de los obreros que irán hacia los campos, a producir los alimentos necesarios para nuestro pueblo. Ellos son el relevo de los actuales agricultores.
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