ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Estudios Revolución

(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

Compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;

Compañeros de la presidencia;

Compañeras delegadas;

Invitadas e invitados:

Si genial, oportuna y verdaderamente reivindicadora fue la idea de Fidel, líder histórico de nuestra Revolución, al crear el 23 de agosto de 1960 la Federación de Mujeres Cubanas, también lo fue su acertada decisión de poner al frente de la naciente organización femenina a la compañera Vilma Espín Guillois. Nadie como ella de quien todos conocemos sus méritos y virtudes para llevar adelante, como lo hizo, la difícil obra transformadora de la sociedad, en un mundo y, en particular en un país como el nuestro, donde el papel de la mujer estaba en extremo subvalorado, ausente del disfrute de muchos derechos y altamente discriminada.

No quiero extenderme en estos merecidos elogios a la compañera que conocimos tanto en su faceta de vida guerrillera como posteriormente en su tenaz y esclarecedor trabajo, año tras año, a favor de esas conquistas sobradamente justas y merecidas alcanzadas por la mujer cubana de hoy, de lo que nuestro Partido, nuestro Gobierno y todos los revolucionarios nos sentimos orgullosos.

Podemos decir sin exageraciones ni temor a equivocarnos que también a nivel mundial repercute como algo incuestionable el papel protagónico de la mujer cubana y su decisiva participación en todas las actividades de nuestra sociedad.

Para Vilma, gratitud eterna y el mejor de nuestros recuerdos (Aplausos).

El informe que ustedes discutieron y aprobaron, es un acertado recuento del trabajo de la organización femenina en esta etapa, donde se muestran los avances alcanzados, pero también es crítico y señala con toda crudeza cómo debe ser, dónde radican las deficiencias y los principales problemas que enfrenta la organización. Por eso, en aras de no extender demasiado esta intervención, solo abordaremos lo que apreciamos como lo fundamental, o sea, lo que constituye la razón de ser de la Federación de Mujeres Cubanas.

Algo similar pudiéramos decir en cuanto al contenido y trabajo de las comisiones, donde se abordaron y discutieron a plenitud los principales asuntos para el mejor desempeño a corto y mediano plazo de la organización y en particular de cada mujer en nuestra sociedad.

Se puede decir que tanto los puntos en común como aquellos en que se plantearon diferencias de criterios, fueron debatidos con altura, con ética, como corresponde, si tenemos en cuenta la importancia de los temas tratados y la preparación política y cultural de las delegadas.

Cuando clausuramos el VIII Congreso en marzo de 2009, expusimos la necesidad de promover cambios en el contenido, los métodos de trabajo y las prácticas de la organización, con el objetivo de impulsar en todo lo posible el trabajo de la Federación de Mujeres Cubanas.

La celebración del VI Congreso del Partido y la Primera Conferencia Nacional en abril de 2011 y enero de 2012 respectivamente, ratificaron que estábamos obligados por las circunstancias a repensar todo lo que en materia de trabajo político e ideológico veníamos haciendo hasta ese momento.

Foto: Jorge Luis González

Las transformaciones que el país ha puesto en marcha para actualizar su modelo de gestión económica, el contexto internacional cada vez más complejo, los efectos negativos del despiadado bloqueo y la campaña subversiva que el imperialismo ejerce sobre nuestra Patria, con el descabellado propósito de hacer retroceder la historia, son imperativos que nos obligan a tener una actitud más vigilante y consecuente.

Estas realidades nos dicen y cada vez con más fuerza, que la dirección principal debe encaminarse a una labor superior, para educar y concientizar directamente a la gran masa de mujeres, cuya afiliación la componen más de 4 millones, que representan aproximadamente el 90% de la población femenina mayor de 14 años.

Algo que no se debe olvidar es que las nuevas generaciones, después de más de 50 años del triunfo revolucionario, tienen otras percepciones, hábitos y enfoques que normalmente difieren de las generaciones que vieron nacer a esta Revolución, la han acompañado y la han defendido; de ahí que el trabajo ideológico y la influencia de las generaciones anteriores debe caracterizarse, en primer lugar, por admitir los cambios y sabiamente prepararse para contribuir al máximo en la formación de valores en la juventud.

Es una fortaleza indiscutible que en las delegaciones y bloques se desempeñen dirigentes de la organización de varios años de trabajo con otras generaciones más jóvenes, lo que consideramos adecuado para trasladar las experiencias y darles, por otro lado, mayor iniciativa y creatividad a las tareas actuales.

Resulta estimulante que se hayan elegido más de 100 000 jóvenes menores de 35 años para formar parte de las estructuras de dirección en la base, lo que representa el 36,2% del total de dirigentes.

El proceso desarrollado en los 14 388 bloques y 81 057 delegaciones, con la asistencia de 3 298 000 federadas, que significa un 80%, es un ejercicio de la más amplia expresión de participación refrendado en los 674 727 planteamientos realizados, donde el 40% de estos apuntan a los principales problemas que tiene hoy la organización: el funcionamiento, el trabajo social y la prevención.

El contacto directo propiciado en estos espacios demuestra ser lo más efectivo, sin necesidad de abusar del tiempo de las mujeres, esclareciendo las complejidades que cotidianamente enfrentamos con argumentos razonables. Saber escuchar sin subvalorar ningún criterio e intercambiar sobre cualquier asunto, debe convertirse en un estilo permanente de trabajo.

Apreciamos que lo realizado desde los territorios hasta este evento nacional se encamina a entender e ir materializando los cambios que ha sido necesario introducir en el desempeño de la organización.

Las transformaciones en el sistema de atención a la base y el trabajo en equipo posibilitan hacer valoraciones colectivas y propician un mayor vínculo de las dirigentes con las federadas.

Por otra parte, no solo se trata de que los cuadros y dirigentes disminuyan la frecuencia de sus reuniones o soliciten menos informes, lo que se demanda es dar una atención de manera priorizada a los problemas que están a su alcance y que por múltiples razones aún se manifiestan. Algo muy importante que debemos desterrar es el temor a la crítica, ya que cuando esta se ejercita de forma correcta nos ayuda y educa para el mejor desempeño de nuestro trabajo.

Foto: AIN

La relación personalizada, teniendo en cuenta el contexto y las condiciones del me-dio que no es otra cosa que el tantas veces mencionado trabajo diferenciado, merece mayor atención, ese debe ser su encargo principal; llegar a la mujer, a la familia, a la delegación y al bloque.

El compañero Raúl en su intervención en la clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 7 de julio del pasado año, enumeró distintas situaciones que vemos a diario y son incompatibles con nuestra sociedad, ello requiere de todos los revolucionarios un análisis crítico hacia nuestro actuar, en primer lugar, revisarnos todos, nuestra familia, la educación de hijos y nietos y también el entorno más cercano, la comunidad y los centros laborales.

El empeño que tenemos por erradicar conductas negativas, rescatar el comportamiento social respetuoso y las normas de educación formal deben primar en la nueva etapa de trabajo, en la cual la Federación constituye un baluarte inestimable. Para ello es requisito indispensable elevar o, cuando corresponda, rescatar la combatividad que, tanto en el entorno familiar como en el comunitario, se debe llevar a la práctica con razones pero con firmeza, enarbolando siempre los principios de nuestra Revolución.

En el combate contra las indisciplinas sociales el papel de ustedes es insustituible. El rescate de valores morales y cívicos como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez, la sensibilidad ante los problemas requieren de la organización una atención permanente.

Es obvio que lo anterior no solo es de ustedes, también tienen responsabilidad la escuela, las organizaciones de masas y sociales, los medios de difusión y sobre todo la familia, que es la principal esfera de influencia, y es allí, con métodos apropiados, donde lograremos mejores resultados.

Perpetuar valores acordes con la sociedad que aspiramos requiere una labor ideológica constante, pero sin dogmatismo, ajustada a las características de cada localidad, no admite chapucerías ni repeticiones mecánicas. La contribución que han realizado las Casas de Orientación se destaca de manera positiva, pero aún pueden alcanzar más en cuanto al fortalecimiento de la familia, sobre todo en el plano espiritual, así como en la labor preventiva y educativa.

Compañeras delegadas:

La experiencia acumulada en estos 55 años de ardua lucha en defensa de la mujer nos permite entender las necesidades actuales y comprender mejor las tareas que debemos enfrentar.

Por otro lado, creo oportuno abordar uno de los aspectos más complejos e imposibles de evadir, se trata de la tendencia cada vez más marcada al envejecimiento poblacional.

A pesar de que el indicador de mortalidad infantil en menores de 1 año fue de 4,2 —una cifra récord, la mejor de América— por cada 1 000 nacidos vivos el pasado año, lo cierto es que los nacimientos son pocos, por mantenerse desde hace algunos años una baja tasa de fecundidad.

Sobre esto no abundé porque apreciamos que ustedes lo trataron en las comisiones, en este plenario y le dieron un enfoque correcto.

Aquí, como es natural, apelamos a la comprensión de la FMC, en su capacidad para explicar este complejo tema a las mujeres, obviamente imprescindible para elevar los indicadores de natalidad.

También se planteó aquí que no es un problema exclusivo de la mujer. Sabemos el papel que desempeña la mujer en esta situación, pero no son problemas a resolver única y exclusivamente por la mujer.

No estamos ajenos a los problemas que todavía se presentan para favorecer todo el proceso alrededor del embarazo y el recién nacido, independientemente de lo avanzado de nuestra legislación, es innegable que hay limitaciones de carácter material que debemos ir solucionando con la mayor inmediatez posible.

Cuba tiene hoy avances incuestionables en materia de igualdad de género y empoderamiento de la mujer que la coloca en un lugar privilegiado a nivel mundial, porque ha existido una voluntad política que defiende con fuerza la igualdad de la mujer.

Yo voy a repetir aquí los datos que tienen ustedes en el informe en relación con los avances de la mujer en la ocupación de cargos de cierta responsabilidad en las esferas del Estado y del Partido, porque realmente son datos importantes, aunque no pueden llamarnos para nada al conformismo, debemos aspirar a más. La vida ha demostrado que la confianza que se ha tenido en las mujeres, en asignarles cargos de responsabilidad, ha tenido una respuesta positiva. No es un problema de consignas, ni de estadísticas ni de porcentajes, la vida lo ha demostrado en cuanto al éxito, a lo que se ha podido comprobar en el resultado de las funciones que ejercen las compañeras en las distintas responsabilidades.

Hoy aquí ustedes tuvieron un ejemplo de varias compañeras que hicieron uso de la palabra, a todos los niveles, y pudieron apreciar cómo reflejan un nivel destacado en su actividad.

Voy a leer un pronunciamiento de una alta funcionaria de la ONU, del departamento o de la oficina que atiende estas cosas de la mujer, y dice, por ejemplo, hablando del 8 de marzo: "Demando hoy compromiso con el fin de la violencia de género, el respeto de los derechos humanos de las féminas, incluidos los reproductivos y el empoderamiento de la mujer". Dijo textualmente: "Pedimos el acompañamiento de estas tres causas, demos la vuelta a la historia, apostemos por la justicia", señaló en un mensaje por el Día Internacional de la Mujer.

Expuso también: "Pese a los avances lo-grados luego de la Conferencia sobre la Mujer, realizada hace dos décadas en Beijing, y de la Cumbre del Milenio, del 2000, en Nueva York, las féminas siguen como víctimas de abusos y desigualdades". Y dice además —entre comillas—: "Ningún país del mundo ha logrado la igualdad entre mujeres y hombres, ni entre niñas y niños, y las violaciones de los derechos de las mujeres y niñas sigue siendo un ultraje", advirtió. Fíjense que dice "ningún país del mundo"; sin embargo, hay países que nunca se mencionan cuando se habla de violaciones de los derechos humanos, por tal razón o por tal motivo, pero ya sabemos el poder de los medios, el poder de ese imperio que oculta sus debilidades, sus problemas y, sin embargo, resalta aquellos de los países pobres o de los que no tienen una forma de pensar o unos gobiernos similares a los que ellos quieren imponer.

Voy a continuar y voy a comentar los datos estos: la fuerza laboral femenina en el sector estatal civil crece en relación con el año 2008 y representa el 48%: el 66% de los profesionales y técnicos son mujeres, el 81,9% de los trabajadores del sector educacional, el 78,5% en el sector de la salud, el 61,5% de los médicos, el 78,6% de los jueces y el 76,6% de los fiscales.

El sector no estatal también experimenta un crecimiento: el 29% de los trabajadores por cuenta propia son mujeres, y más de 17 000 son usufructuarias acogidas al Decreto Ley No.300, demostrando sus capacidades y posibilidades para emplearse de forma independiente y contribuir al desarrollo del país. Desde que la ANAP estableció su estrategia de género, ha crecido en más de 60 000 mujeres.

Ahora, refiriéndonos a los dirigentes, el 46% del sector estatal civil son mujeres, observándose un incremento progresivo por año. En el Poder Popular, en las últimas elecciones, alcanzaron el 33,5% de los delegados de base —todavía eso está bajo— contra un 7% que se logró en las primeras elecciones de 1976. En las asambleas provinciales están representadas el 50% de sus miembros, 10 son presidentas de esas Asambleas, es decir, Cuba tiene 15 provincias, y en 10 provincias el gobierno de las asambleas está dirigido por mujeres. En el Parlamento son el 48,86%, uno de los tres países en el mundo con más alta representatividad, y en el Consejo de Estado el 42% de sus miembros, entre ellas, 2 vicepresidentas. Además contamos actualmente con 8 ministras y 44 viceministras.

En la Dirección Política es igualmente meritoria la representación femenina. El Comité Central del Partido cuenta con 48 mujeres que representan el 42,3%. El 43,7% de los cuadros profesionales del Partido son mujeres. Se desempeñan como primeras secretarias de los comités provinciales del Partido en estos momentos 5 compañeras, es decir, la tercera parte de todos los comités provinciales, y 73 en los comités municipales.

Yo recuerdo las críticas de los compañeros cuando hablábamos de solo cuatro mujeres secretarias de municipios, después de 14, 16, 18 —todavía tenemos más perspectivas en ese sentido, porque lo sabemos, para seguir creciendo—, y ya vamos, como dije, por 73 en los comités municipales.

Aquí habló una compañera que expresó: Nos apoyamos en la primera secretaria, nos apoyamos en la presidenta del gobierno, es decir, nos apoyamos, es como si fueran mujeres todas. Yo la iba a interrumpir y decirle: No, apóyate también en otros lugares donde son hombres, porque quedan hombres todavía (Risas). Pero habló así, porque donde ella está son mujeres las que dirigen.

La Unión de Jóvenes Comunistas alcanza el 52,1%, tienen una Primera Secretaria y también Segunda Secretaria; la Central de Trabajadores de Cuba, la CTC, tiene el primer secretario recién electo, pero se eligió una Segunda Secretaria, y de seis que integran el ejecutivo, hay dos hombres y cuatro mujeres en su dirección nacional (Aplausos), y en general el 70% de los cuadros son mujeres, y en los sindicatos el 56,9%. En los Comités de Defensa de la Revolución alcanzan el 64,4%, y en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la ANAP, es el 43%, porque se quedó un poco detrás en ese sentido; pero, según vimos ahorita aquí, ya cogieron la ruta, dentro de poco eso cambia también.

Veamos ahora qué está pasando con la mujer en algunos países del mundo, en esas comparaciones que se hacen.

En el 2010, en América Latina las mujeres ganaban en promedio 68% de lo percibido por los hombres; en Estados Unidos, por cada dólar que gana un hombre, las mujeres solo perciben 77 centavos, si son anglosajonas, es decir, si son nacidas ahí; 64 si son afrodescendientes, que también son nacidas ahí, pero, bueno, ya para ellos es diferente, y 56 si son latinas. Esa es la diferencia en lo que ganan, diferencia de salario.

Se manifiestan en niveles alarmantes la violencia de género, la trata de mujeres, el turismo sexual y el tráfico de órganos; así como es lamentable que a muchas féminas en el mundo no se les garanticen sus derechos sexuales y reproductivos, dejándolas, en muchos casos, ante la elección de la cárcel o la muerte.

Todos esos problemas y muchos otros —como la falta de acceso a la salud, la educación y el empleo—, afectan principalmente a las mujeres en las naciones subdesarrolladas; es un fenómeno general, pero se siente más en las subdesarrolladas.

Los organismos especializados de la ONU reconocen que "ningún país del mundo ha logrado la igualdad entre mujeres y hombres ni entre niñas y niños, y las violaciones de los derechos de las mujeres y niñas siguen siendo un ultraje", que fue lo que leí ahorita.

Habría que preguntarse por qué en algunos organismos internacionales al enfocar los problemas de la mujer, tanto a nivel mundial como continental, mezclan en sus estadísticas cifras y datos que no tienen nada que ver con los de la realidad de la mujer cubana. Otras veces se generalizan cuestionarios que circulan a nivel mundial y se solicitan respuestas de problemas que si bien aún existen en nuestro país, en nada reflejan la magnitud que esos mismos problemas tienen en otros países del mundo, y no solo de los que padecen el subdesarrollo, sino también de los llamados del Primer Mundo en los que sus políticas sociales privilegian los sagrados intereses del capitalismo en detrimento de los desposeídos.

Compañeras:

La defensa de la Patria continuará siendo nuestra principal tarea. La campaña de subversión político-ideológica orquestada contra nuestro pueblo por el imperialismo intenta arrebatarnos la soberanía nacional, conquistada con mucho sacrificio por generaciones de cubanas y cubanos.

En la defensa de nuestra patria la unidad en torno al Partido y a la Revolución es la principal divisa que tenemos.

En el discurso en Santiago de Cuba, al cumplirse el 55 aniversario del triunfo revolucionario, el General de Ejército Raúl Castro nos dijo —y cito:

"Se afanan engañosamente en vender a los más jóvenes las supuestas ventajas de prescindir de ideologías y conciencia social, como si esos preceptos no representaran cabalmente los intereses de la clase dominante en el mundo capitalista. Con ello pretenden, además, inducir la ruptura entre la dirección histórica de la Revolución y las nuevas generaciones y promover incertidumbre y pesimismo de cara al futuro, todo ello con el marcado fin de desmantelar desde adentro el socialismo en Cuba". Fin de la cita.

Para hacer fracasar este plan de recolonización la Revolución Cubana cuenta, entre otras fortalezas, con la entereza, energía y firmeza de la mujer cubana.

Estamos conscientes de que nuestras tareas son complejas y difíciles, que los próximos años serán decisivos en la búsqueda de un camino propio para, en las condiciones de Cuba, construir una sociedad socialista verdaderamente sustentable y próspera para las actuales y futuras generaciones.

No vacilaremos en continuar la obra que tanto sacrificio ha costado a generaciones de patriotas donde no ha faltado en ninguna etapa la contribución decisiva de las mujeres cubanas, a quienes felicitamos desde este Congreso.

¡Viva la Federación de Mujeres Cubanas! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Gloria eterna a Vilma! (Exclamaciones de: "¡Gloria!")

Muchas gracias (Aplausos).

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