
SANCTI SPÍRITUS.— La Avenida de los Mártires, sin embargo, constituye apenas la punta del iceberg de todo el trabajo de rescate y mejoramiento de tales espacios públicos, desarrollado aquí durante los últimos años en franco duelo contra el deterioro de décadas, las carencias materiales y financieras y el permanente lastre de la indisciplina social y la dejadez.
Aunque se ha hecho sentir más en la capital provincial y en la ciudad de Trinidad, ahora bendecidas por los festejos a propósito del medio milenio de su fundación, la cruzada emprendida en el territorio también ha llegado hasta repartos periféricos, poblados aledaños a las cabeceras municipales e incluso comunidades rurales de toda la geografía espirituana.
El inventario del último año habla de reparaciones capitales a 19 parques en varios municipios y de una política de mantenimiento que de una u otra forma salpica a la mayoría de las instalaciones, según reconoce Raúl Navarro, director provincial de Comunales, quien, no obstante, se confiesa el primer insatisfecho con la calidad de algunas terminaciones y con el poco cuidado que le prodigan muchos de sus beneficiarios.
—Es cierto que ya los caballos no vienen a pastar a Los Olivos, indaga Granma con Luisa Ortega, una vecina de esta barriada.
—Bueno, ahora se ven menos, pero antes, si te descuidabas, hasta te tocaban en la puerta de la casa.
Raúl Navarro asegura que con vistas a preservar los sitios rehabilitados en varios lugares se han cercado las instalaciones y en otros se buscan alternativas como la ubicación de guardaparques, estrategia esta última que según el propio directivo todavía se encuentra en fase de incubación.
La Plaza Mayor y la Plaza Carrillo, en Trinidad; la propia Avenida de los Mártires y el Parque Maceo, en Sancti Spíritus, y los paseos de Cabaiguán y Zaza del Medio prueban que la fórmula de recuperar y preservar resulta factible, sobre todo, cuando junto a los árboles y los bancos se siembran también cultura, disciplina y sentido de pertenencia.



















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