
CAMAGÜEY.—El cerco a los malhechores se cierra poco a poco, gracias a una mejor concertación de acciones entre los organismos locales, aunque los resultados distan aún de los niveles de efectividad que se requieren en el enfrentamiento a quienes destruyen la flora y la fauna con evidente ánimo de lucro.
José Antonio Cores Sablón, jefe de circuito del Cuerpo de Guardabosques en la Meseta de San Felipe, explica que lo importante es proteger las plantaciones, evitar que se talen los árboles, para no afectar la cobertura boscosa de un territorio como Camagüey no abundante en recursos forestales de significación.
"Digo esto, comenta, porque si bien se logra recuperar buena parte de la madera robada y se le da un uso social, el daño mayor ya está hecho: son los árboles arrancados de su hábitat natural, en ocasiones sin haber alcanzado su plena madurez y óptimo valor económico tras muchos años de atención especializada".
Entre las misiones principales del Cuerpo de Guardabosques está, precisamente, vigilar y proteger ese patrimonio forestal, responsabilidad que comparten las empresas que lo administran por encargo estatal, en algunas de las cuales el descontrol y la falta de exigencia impiden una mejor gestión sobre los recursos naturales.
A modo de ejemplo, en Camagüey solo la Empresa Forestal Integral tiene bajo su jurisdicción el 69 % de las áreas boscosas, calculadas a instancia provincial en cerca de 364 mil hectáreas, todo un reto al buen hacer y celo profesional de los colectivos de las unidades silvícolas que las atienden.
CRECE LA ACCIÓN CONTRA LOS INFRACTORES

Según datos ofrecidos por la jefatura provincial del Cuerpo de Guardabosques, el año pasado se aplicaron en el territorio 2 165 multas equivalentes a más de medio millón de pesos y se efectuaron 369 decomisos con un volumen estimado en 280 metros cúbicos de madera en bolos, aserrada o rolliza.
Radiel Pavón González, especialista de ese órgano del Ministerio del Interior, ratifica que la respuesta contra los infractores de la legalidad ha crecido, sobre todo en el caso de la transportación, tenencia y comercio de recursos forestales madereros sin poder probar su legítima procedencia.
"Ya en lo que va de año, informa Pavón, se han aplicado 136 contravenciones y confiscado cerca de 24 metros cúbicos de madera, lo que en modo alguno significa que estemos satisfechos, pues todos sabemos que las acciones de enfrentamiento exigen sistematicidad y mucho rigor".
Refiere el especialista que al analizar los casos más significativos y sus modus operandi, se han podido detectar deficiencias en el proceso de control y emisión de las guías forestales, documento oficial que autoriza la extracción de madera de los bosques y su trasiego por la localidad.
Otras brechas que en su favor aprovechan los delincuentes tienen que ver con insuficiencias en la cobertura de protección del patrimonio forestal, el descontrol en los puntos de acopio y aserríos, y el empleo no autorizado de los medios y equipos de tala y transporte de madera.
Decididos a eliminar cualquier margen de impunidad, los integrantes del Cuerpo de Guardabosques en Camagüey, además de la imposición de multas, han radicado denuncias por los delitos de hurto, actividad económica ilícita, receptación, falsificación de documentos, cohecho y no preservar los bienes del Estado.
OTRO ENEMIGO AL ACECHO
A pesar de no considerarse el 2013 un año crítico, Camagüey estuvo entre las provincias que más incendios forestales reportó, sobre todo en el periodo crítico de enero a mayo, cuando la sequía se enseñorea en las sabanas para transformar en combustible los pastizales y la capa vegetal acumulada en los bosques.
Cierto respiro han dado, sin embargo, las lluvias de comienzo de calendario, aunque no constituyan motivo para confiarse, pues las estadísticas del año pasado vieron adelantar los meses de mayor incidencia de siniestros para febrero y marzo, si bien históricamente se han concentrado en el binomio marzo-abril.
Tal eventualidad obliga a acelerar la aplicación de las medidas previstas en la actual campaña de protección contra incendios, impregnada de un fuerte contenido preventivo que prioriza, entre otras tareas, la construcción de trochas cortafuegos y desorillos por parte de los tenientes o colindantes del patrimonio forestal.
Los especialistas insisten, además, en la necesidad de extremar el control sobre el acceso a las áreas boscosas, si se tiene en cuenta que un por ciento elevado de los siniestros tiene como origen el actuar negligente de las personas, cuya negativa conducta casi siempre acarrea considerables pérdidas económicas.
Las causas más frecuentes de incendios forestales están asociadas maoritariamente con el proceder descuidado de fumadores y transeúntes, las quemas no controladas para diferentes fines, la circulación de vehículos sin matachispas y la presencia en los bosques de cazadores furtivos.
Ese imprescindible cambio de conducta en la relación de los ciudadanos con la flora y la fauna, unido a la ya habitual cooperación entre el Cuerpo de Guardabosques y los trabajadores forestales, hará posible que no se pierdan años de ingentes esfuerzos y realizaciones en la protección de tan valiosos recursos naturales.



















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Prusy Padrón dijo:
1
11 de abril de 2014
13:43:04
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