
CIENFUEGOS.— Con la excepción de Artemisa y Mayabeque, durante 2013 el Combinado de Cereales de Cienfuegos distribuyó harina de trigo a todas las provincias del país, gracias a su capacidad productiva y la garantía de transporte contratado por la vía del ferrocarril.
"Somos una entidad de balance nacional de la Industria Alimenticia y aunque abarcamos un grupo amplio pero fijo de provincias, también suplimos necesidades eventuales de otros territorios, para garantizar la alimentación de la población. Por eso, el año pasado aportamos unas 5 000 toneladas de harina de trigo a Pinar del Río, La Habana y Santiago, a las cuales usualmente no tributamos".
Lo anterior es expresado a Granma por Jesús Monzón González, director general de la fábrica de Cienfuegos, "la cual elaboró 160 mil toneladas en el 2013 y se prepara para concretar un récord histórico de 175 mil toneladas en el corriente año".
En pos de dicho propósito, se encuentra en la etapa final de una significativa inversión fabril, como no se registraba ninguna desde hacía más de una década en esta industria enclavada en la Zona Industrial de Cien-fuegos.
Ricardo Moya Montesinos, ingeniero principal de la fábrica, precisa que una vez insertada en el flujo productivo la nueva tecnología italiana (su volumen total ya está en los almacenes de la entidad y en fase de montaje), podrá aumentarse la ca-pacidad nominal diaria en cien toneladas; amén de mejorarse los rendimientos.
La inversión, la cual solo en equipamiento alcanza el millón de euros, contempla la reposición de sistemas, aditamentos y partes deteriorados por la constante explotación en un proceso de producción continua. Su montaje está siendo supervisado por especialistas de México e Italia, añade el ingeniero.
Entre los equipos nuevos figuran dos bancos de molienda, cuatro irrigadores, dos sistemas de ventilación y equipos de limpieza de la materia prima, aporta el director general.
La tecnóloga Mileydis Cruz pondera el entusiasmo de los 365 trabajadores de la planta por los resultados obtenidos a través de una década generosa en sobrecumplimientos (gracias al esfuerzo de todos y sin las mejores condiciones de infraestructura); así como su intención de realizar un trabajo acorde con las mejoras en la línea productiva.
Tanto el jefe de producción, Guillermo Toledo, como el operador de empaque, Michael Ramos Méndez, resaltan el alcance de la inversión en el plano humano, pues las modificaciones tecnológicas repercuten en mejores condiciones laborales, para un colectivo moral y salarialmente estimulado.
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