
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estados de Ministros, dio la bienvenida a los jefes de Estado y de Gobierno presentes en la inauguración de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y les agradeció su presencia en esta histórica cita convocada en el 161 aniversario del natalicio de José Martí.
Sus primeros pensamientos estuvieron dirigidos a honrar la memoria del inolvidable Presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías, "un ferviente e incansable promotor y luchador por la independencia, la cooperación, la solidaridad, la integración y la unidad latinoamericana y caribeña." Para él, entrañable amigo de Cuba, pidió un minuto de silencio.
Raúl se refirió a los enormes desafíos que a través de los años ha enfrentado nuestra región. Entre ellos mencionó la crisis de la economía mundial y los peligros para la paz; sin embargo, dijo, "hemos sido capaces de seguir avanzando en la construcción de la CELAC".
Destacó además, que hemos ido acercando nuestras posiciones y a pesar de inevitables diferencias, se fomenta un espíritu de mayor unidad en la diversidad. Por ello resaltó la importancia de que para nuestros países constituya una prioridad la creación de un espacio político común, en el que avancemos hacia el logro de la paz y el respeto entre nuestras naciones. Precisamente hacia ese objetivo se ha dirigido la Presidencia Pro Témpore cubana de la CELAC, expresó.
Consideró que aun cuando se han producido avances en la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad, estos han sido lentos, fragmentados e inestables. Según la CEPAL, reseñó Raúl, "en la América Latina y el Caribe la tasa de pobreza alcanzó en 2012, como mínimo, un 28,2% de la población, o sea, 164 millones de personas, y la de indigencia o pobreza extrema, el 11,3%, lo que equivale a 66 millones de habitantes en la región".
"En materia de educación, la región enfrenta brechas significativas, tanto en términos del acceso como en la calidad, a la par que pervive la existencia del analfabetismo funcional."

En este tema manifestó también que contamos con "todas las posibilidades, los recursos y las metodologías para desterrar el analfabetismo de la faz de América Latina y el Caribe. Debemos tener la voluntad política de hacerlo y de proporcionar a nuestras poblaciones la posibilidad de acceder, sin excepciones ni desigualdades."
Por otra parte, destacó que "en el marco de la CELAC tenemos la posibilidad de construir un modelo propio adaptado a nuestras realidades, basado en los principios del beneficio común y la solidaridad, que tome en cuenta las mejores experiencias desarrolladas en los últimos años por los países de la región."
En este sentido llamó la atención sobre el hecho de que los pequeños estados insulares en desarrollo del Caribe requieren una especial atención a sus problemas particulares, que se han agravado por los efectos de las crisis globales y el cambio climático.
Instó a "no olvidar la larga historia de intervención en los asuntos internos, invasiones militares y sangrientos golpes de Estado. Los llamados centros de poder no se resignan a haber perdido el control de esta rica región". En este punto recordó el descubrimiento el año pasado de la existencia de un sistema global de espionaje de las comunicaciones por parte del gobierno de los Estados Unidos, del que fueron blanco Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, organismos internacionales, partidos políticos, empresas y ciudadanos de la región.
Acerca del tema de la paz subrayó que "no puede haber paz sin desarrollo, ni desarrollo sin paz. Por eso nos hemos propuesto proclamar a nuestra región como una Zona de Paz, que destierre para siempre la guerra, la amenaza y el uso de la fuerza".
Destacó la solidaridad de la CELAC con la República Argentina en su reclamo de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur; así como con el pueblo y Gobierno de Ecuador, amenazados por demandas de empresas transnacionales. Igualmente, reiteró que "nuestra Comunidad estará incompleta mientras falte en ella el escaño de Puerto Rico, nación hermana, genuinamente latinoamericana y caribeña que padece una situación colonial".
Finalmente, agradeció las muestras de solidaridad "ante el criminal bloqueo impuesto a mi país durante más de medio siglo y la injusta inclusión de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estados de los Estados Unidos".
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