ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El nivel científico-técnico de los especialistas en Neonatología asegura una alta supervivencia en los niños nacidos por debajo de los 1500 gramos. / Foto: Elder Leyva

HOLGUÍN.— Durante los últimos cinco años la provincia se ha mantenido con una tasa inferior a cuatro, resultado del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), que tiene el apoyo constante de las autoridades políticas y de los órganos de gobierno, y, sobre todo, cuenta con personal médico con alta calificación.

Este último es parte de un sistema integrado. Al decir de Alina Arencibia Fernández, jefa del programa aquí, no hay especialidad médica que no participe. Las básicas son Pediatría, Obstetricia y Neonatología, apoyadas por los genetistas y particularmente por los especialistas en Medicina General Integral, es decir, los Médicos de la Familia, que constituyen el nivel primario de atención a la embarazada. Igualmente hay mucho personal de aseguramiento.

Durante un recorrido reciente por varios Consultorios del Médico de la Familia de la ciudad de Holguín y zonas periféricas, a este reportero no le resultó difícil detectar el llamado proceso de captación del embarazo, que incluye controles sistemáticos a las pacientes. Para algunas, el encuentro con los médicos fue un acto de rutina. Sin embargo, las que mostraban sobrepeso o cualquier desviación del embarazo normal salían con indicaciones de enfrentar controles y pruebas adicionales.

En varios de esos lugares los médicos y enfermeras explicaron que frecuentemente se insertan especialistas en ginecoobstetricia, responsables de evaluar a las embarazadas y proporcionarle orientaciones de cómo comportarse en esa etapa.

Intenso es el trabajo en los hogares maternos que reciben pacientes con patologías que imponen un seguimiento particular hasta el momento del parto. Igual sucede en las salas hospitalarias de cuidados perinatales, donde ingresan las que presentan riesgos comprometedores para la salud materna y fetal.

Al personal de la Unidad de Partos del Hospital Vladimir Lenin, le corresponde el honor de recibir cerca del 60 % de los casi 12 mil nacidos en el 2013. Sencillamente allí convergen, procedentes de todos los municipios, las embarazadas con mayores complicaciones.

La Sala de Terapia Intensiva del Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja logra salvar numerosas vidas, incluso en circunstancias en que pareciera casi imposible. También aquí radica el Centro Regional de Cirugía Neonatal con supervivencia por encima del 98 %, fruto del trabajo de un equipo muy calificado. Es el lugar apropiado para que acudan a parir las madres a las que les han diagnosticado fetos con malformaciones.

Ninguna mujer embarazada queda fuera del programa. Baste decir que en las zonas montañosas, o sea, las que se corresponden con el Plan Turquino, en muchos casos la tasa de mortalidad infantil fue inferior a las de las localidades del llano. En las serranías de Moa, por ejemplo, estuvo por debajo de dos.

Entonces, nadie debe asombrarse cuando la doctora Alina, apoyada en su experiencia, lo cual incluye constantes visitas a los municipios en compañía de colegas, afirma que ya disponen de una base de datos con la relación de las mujeres que van a parir desde ahora hasta el mes de julio. Entre otros elementos importantes incluye dirección, edad, Consultorio del Médico de la Familia al que pertenecen y riesgos de embarazo. La palabra de orden, dice, es prevención.

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