Miranda, Venezuela.–Es como si a Fidel lo tuvieran aquí, jornada a jornada, animándolos a no olvidar lo que él un día les solicitó: «su contribución para salvar a pueblos hermanos».
¡En estos de batas blancas y ojos soñolientos hay tanto de aquel humanista de verde olivo! El empeño por los demás, a costa de olvidarse de sí; el no advertir las fronteras entre la noche y la madrugada, el desvelo obrador de esperanzas.
La presencia de ese espíritu en el laboratorio de Biología Molecular de Guarenas se advierte hasta en las ojeras del joven, cuyas jornadas «acaban a veces a las dos o las tres de la madrugada».
Son 36 en total los profesionales cubanos de la Salud en diferentes perfiles, todos integrantes de la XIII brigada del contingente internacionalista Ernesto Guevara, que laboran en este recinto adscripto al Centro Nacional de Genética (CNG). Y cada cual puede contar una historia distinta, e igual de enaltecedora.
Al estadístico Dubal Kaín Morales este escenario le exige un desempeño «más que cuidadoso y preciso; las jornadas son largas y agotadoras, pero el trabajo hay que hacerlo bien, sin errores». Del laboratorio de Biología Molecular de Guantánamo, Yarisleidis Paumier viajó al de Guarenas. A la complejidad del contexto pandémico en el que ha debido asumir su labor, se une la añoranza por los niños y la madre en Cuba; «a superar todo eso me ayudan el compromiso y la responsabilidad», dice con humildad.
Tras escuchar las vivencias de quienes de este lugar han hecho un casi infalible escudo protector de la salud y la vida, frente al nuevo coronavirus, las preguntas están de más. No hace falta el «¿cómo?» para saber de insomnios y riesgos involucrados en los más de 270 000 PCR procesados aquí, desde que el centro funciona.
COMENTAR
Responder comentario