Desde el comienzo de la pandemia en Cuba hasta la fecha se acumulan más de 1 000 embarazadas y puérperas diagnosticadas con la COVID-19, reportándose el mayor número de los casos en lo que va del año 2021, como consecuencia del tercer rebrote de la epidemia en el país.
Así lo dio a conocer la doctora Mercedes Piloto Padrón, especialista del Programa Materno Infantil (PAMI), quien, para ilustrar el visible aumento de gestantes y recién paridas infestadas desde el repunte de la tercera ola de la pandemia en la nación, subrayó que solo en el mes de enero ya se había duplicado la cifra de las que se detectaron de marzo a diciembre de 2020, que fueron 110.
En tanto que la cantidad de reportadas en marzo, que ha sido el periodo de peores indicadores en este grupo, triplicó el número del año anterior.
De esa forma, «estamos hablando de un acumulado de más de mil pacientes, con el riesgo que esto tiene», acotó Piloto Padrón.
¿Por qué las embarazadas son vulnerables?
El 2021 supera las 30 embarazadas que, luego de contagiarse con el SARS-CoV-2, han llegado a estado grave o crítico; en contraste con el año pasado, cuando solo se reportó una paciente grave, que ni siquiera requirió soporte ventilatorio, señaló la también presidenta de la Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia (Socudef).
En este periodo –recalcó– el comportamiento ha sido al incremento y la evolución desfavorable de un número de pacientes con ingreso en las salas de terapia intensiva, con necesidad de apoyos ventilatorios.
Sobre el por qué las gestantes son un grupo vulnerable y propenso a transitar hacia formas graves de la enfermedad, la especialista del PAMI explicó que, en esta etapa de la vida (embarazo), la mujer experimenta cambios en su anatomía y fisiología (el sistema inmune disminuye, suceden cambios en la función del aparato respiratorio), que la hacen más susceptible ante cualquier infección, sobre todo este tipo de patología viral respiratoria.
Añadió también la doctora Piloto Padrón que una de las principales complicaciones que tiene la COVID-19 es la formación de trombos o coágulos, y en el proceso de embarazo el estado de la coagulación está incrementado normalmente, lo que indica que es muy fácil padecer este tipo de complicación.
«¿Qué nos dice esto? Que una vez que nuestras embarazadas enferman hay altas probabilidades de que evolucione hacia la gravedad, hacia el estado crítico», alertó.
Asimismo, advirtió que, aunque existe un porciento de recuperación importante de estas pacientes, hay que tener mucho cuidado con las secuelas. «Estas pacientes, al igual que la población en general, quedan con secuelas que después requieren seguimiento clínico», expuso.
La prevención es el tratamiento más efectivo
La especialista del PAMI refirió que las principales fuentes de contagio en embarazadas y puérperas, al igual que como ocurre con el resto de la población, es el contacto con personas infestadas, con el consecuente incumplimiento de las normas higiénico-sanitarias de cuidado y prevención.
«Más del 70 % de las embarazadas que han enfermado han sido contactos de personas que han tenido la enfermedad, es decir, el comportamiento es igual, lo que las embarazadas son más susceptibles y pueden contraer la enfermedad con mayor facilidad», manifestó.
De ahí que, –resaltó la Presidenta de Socudef– el tratamiento más efectivo para evitar el contagio es la prevención, que por el momento «es lo único que está demostrado que puede minimizar la posibilidad de contraer la enfermedad, porque ya una vez que se adquiere la enfermedad las posibilidades de agravarse son altas».
Por tal motivo, la especialista reiteró el llamado al cuidado y la protección, no solo por parte de la embarazada o la puérpera, sino por la familia y las personas cercanas.
Evadir la presencia en aglomeraciones de personas, extremar las medidas si es imprescindible salir de la casa, evitar las visitas innecesarias de otras personas que no tengan que ver con la familia, tomar las precauciones necesarias antes de manipular al bebé, en el caso de las puérperas, entre otras, fueron algunas de las normas a seguir recomendadas por la especialista del PAMI.
Mercedes Piloto Padrón también realizó un señalamiento importante en lo referente a cómo debe actuar una embarazada o puérpera ante la presencia de un síntoma que indique sospecha de haber contraído el virus.
«Los síntomas son los de un catarro común, pero no podemos restarle importancia a esto. Puede empezar por una secreción nasal, un dolor de garganta, una fiebrecita, y a esto a veces no se le da importancia. En el medio de una epidemia se dice que todo lo que parece es, mientras no se demuestre lo contrario.
«Por tanto, alertamos una vez más que ante cualquier síntoma debe comunicarse y acudir al médico de la familia, que es la primera entrada a nuestro sistema de Salud; no automedicarse, porque esto puede que nos dé la falsa sensación de que ya pasó, estamos bien, fue un catarrito y no tengamos el diagnóstico y la certeza de lo que nos está pasando», exhortó.
En Cuba no se ha reportado ningún caso de transmisión de madre a hijo durante la gestación
Hasta ahora no se ha reportado en Cuba ningún caso de transmisión de madre a hijo durante el proceso de embarazo, aseguró la Presidenta de Socudef.
No obstante, –dijo– existe un protocolo para pesquisar al neonato nacido de una madre contagiada, mediante el cual se hacen los estudios para determinar el estado del bebé.
Aunque hay reportes de casos de recién nacidos que se dice que la infección fue adquirida intraútero, todavía la evidencia científica no es suficiente para afirmar que hay transmisión vertical de madre a feto. No se ha categorizado de esa manera, e incluso se dice que el riesgo no parece ser tan elevado, añadió Piloto Padrón.
Asimismo, aclaró que no necesariamente por estar una embarazada positiva a la COVID-19 y encontrase ya en el momento del parto se hace obligatorio proceder a la cesárea. «Puede parir. La cesárea sigue teniendo sus indicaciones por condiciones obstétricas que tenga la paciente portadora de la enfermedad», precisó.
COMENTAR
Responder comentario