El último acontecimiento del cine sudcoreano es un thriller político que lleva por título El hombre de al lado (Min-ho Woo, 2021), y se refiere al asesinato de Park Chung-hee, tercer presidente y dictador de ese país, ocurrido el 26 de octubre de 1979, luego de 18 años en el poder.
El filme –que exhibirá nuestra televisión– recuerda en algo a aquellas películas del género de los años 70, pero también permite apreciar una impronta trágica evocadora del teatro de Shakespeare, en especial, con el retrato sicológico del ejecutor del hecho, Kim Jae-gyu, director de la Agencia Central de Inteligencia de Corea del Sur (ACIC), entidad asesorada desde sus inicios por la cia.
Kim Jae-gyu, también jefe de Seguridad del Presidente, es el protagonista de esta historia que va instalando en el espectador las mismas preguntas de hace más de 40 años, por cuanto, todavía hoy se debate si el asesinato formaba parte de un golpe de Estado debidamente preparado, o fue un acto impulsivo del ejecutor, despreciado en los últimos tiempos por el dictador, un viejo amigo suyo y compañero de armas.
«Demasiado descuidado para un acto deliberado, y demasiado elaborado para un acto impulsivo», fueron las dubitativas conclusiones policíacas emanadas en esos días.
El filme se centra en los últimos 40 días del dictador Park Chung-hee, y aunque salen a relucir quizá demasiados nombres involucrados en la trama, y se requiere de un espectador atento, el hilo narrativo no pierde nunca el interés en esta tragedia política con escenarios en París y Estados Unidos, adonde ha ido a refugiarse un exdirector de la ACIC en los momentos en que Washington ha perdido el interés por seguir apoyando al régimen dictatorial sudcoreano, una maniobra de «lavarse las manos» que se ha repetido a lo largo de los años en diferentes escenarios geográficos.
No obstante, tratarse del retrato y las obsesiones de una individualidad (el ejecutor del atentado), el filme permite apreciar la situación social y política del país en momentos en que las revueltas cobran nuevos bríos contra Park Chung-hee.
El papel del director de la ACIC, inmerso en un volcán de dudas y vacilaciones, lo interpreta Lee Byung-hun, verdadero peso pesado del cine sudcoreano, recital el suyo de cuánto se puede aportar desde un lenguaje corporal debidamente contenido. Un filme, El hombre de al lado, nada parecido en su concepción artística al multipremiado Parásitos, pero con suficientes valores como para también triunfar.
COMENTAR
Responder comentario