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Foto: Internet

Vista este sábado en TV, Tenet, lo último del británico Christopher Nolan, remite a su segundo filme, Memento (2020), aquel desconcierto que jugaba con el discurrir clásico del tiempo y al final coronaba su éxito, como si se tratara de un rompecabezas armado sin fisuras para felicidad de un espectador preocupado por las capacidades de su intelecto.

Desde su debut con Following (1998), Nolan, también revitalizador de Batman, ha apostado por un cine original, alimentado en buena medida por la ciencia ficción y con la exploración temporal como una obsesión estética.

Tenet pudiera ser la apoteosis de esos derroteros, si bien se detectan en ella resortes provenientes del fastuoso cine comercial de espías, con los influjos de James Bond a la cabeza, e igualmente del cine negro más clásico, incluyendo mujer fatal rubia y marido abusador que, de paso, es también el villano ruso de la trama. En el centro, articulando combates y discernimientos, la dupla integrada por John David Washington y Robert Pattinson, encargados de infiltrarse en los caminos del mal y evitar el fin del mundo.

El filme, con no poca acción y combates, se produjo a un costo de 225 millones de dólares y, como fue concebido especialmente para pantalla grande, su director no quiso saber nada en cuanto a estrenar en streaming en tiempos de pandemia. El resultado es un verdadero blockbuster alejado de las vacuidades de los superhéroes y dignificado, artísticamente, por uno de los directores más seguidos del actual panorama internacional cinematográfico.

Tras un pobre comienzo en taquilla, Tenet se ha ido recuperando, pero según Variety se estima que perderá de 50 a cien millones de dólares si se tiene en cuenta la inversión adicional en marketing. Y es que Tenet arrastra, en la complejidad de su argumento, un valladar que su monumentalidad escénica y excelente factura parecieran no poder superar y cuya clave –o consejo para los espectadores– parece encerrar una frase que pronuncia uno de sus personajes: «No intentes entenderlo. Siéntelo».

Y así habría que verla, aunque se manejen especialidades como la Física y otras materias afines al presente-pasado-futuro que rige la trama, un transcurrir del tiempo que el malvado que interpreta el siempre estupendo Kenneth Branagh ha convertido en algo más diabólico que una explosión nuclear.

El costoso marketing del filme ha tratado de hacer ver que Tenet –también escrita por Christopher Nolan– es una historia meritoria de ser vista dos veces, pero ya se sabe que tal recomendación funciona para muy pocos.

Explicaciones no faltan en el filme acerca del tránsito de personas en el tiempo y de las balas que, en lugar de ir hacia adelante, retornan a la pistola disparada. Algunas de esas claves esclarecen y otras se pierden en el discurrir de las acciones, provocando un querer entender a toda costa del cual no debemos hacer una obsesión, porque, después de todo, la riesgosa Tenet es como uno de esos fastuosos espectáculos con mucho para ofrecer y menos para acomodar a un lado.

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Aram Joao Mestre León dijo:

1

28 de diciembre de 2020

08:22:54


A mí me gustó la película, me recordó a su filme Inception (El Origen), son obras a las que hay que prestarle mucha atención.

737161 dijo:

2

28 de diciembre de 2020

18:38:05


Buen filme, algo diferente a lo habitual, inentendible a veces, bastante duración, buenas actuaciones, disfrutable, se están poniendo buenas propuestas en fin de año, gracias por sus sabias crónicas.