ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Obra de Pablo Picasso

Este texto va para la embarazada primeriza llena de ilusiones que un día fui, ojalá lo hubiese leído entonces; pero todo lo que tenía en mi cabeza sobre lactancia materna eran los spots televisivos tan tiernos, las fotos hermosas de madres amamantando a sus hijos, los artículos explicando los beneficios de dar el pecho exclusivamente, y el eslogan de que lactar es amar.

Estaba convencida de que mi hija iba a tomar solo mi leche hasta los seis meses, lo deseaba, y la única exploración que hizo de mis mamas la ginecóloga durante mi preñez, no me dio motivo alguno para pensar lo contrario.

Yo suponía que era algo animal, instintivo, pero pronto descubrí que no. Mi hija nació de parto natural, sabía que era imprescindible que me la dieran cuanto antes para asegurar una buena lactancia, pero eso no se estila en nuestras maternidades. Se la llevaron a revisarla a otra habitación, y vine a verla casi una hora después, cuando terminaron todos los procedimientos con ambas.

Conocía que el calostro es muy poco, pero cuando mis pechos se inflamaron por la bajada de la leche, mi bebé seguía con hambre, yo con dolor en los senos y con un profundo miedo de no alimentarla bien.

Por supuesto que pregunté a una doctora, ella me ayudó con la extracción, y con el chorro abundante apoyó su dictamen: sí, tienes leche de sobra.

De más está decir que nunca pude imitar aquel proceder, y cuando nos fuimos a casa, mi hija seguía llorando de hambre y con dificultades para prenderse al pecho.

Busqué a la enfermera del consultorio, ella pasó trabajo para que la niña se agarrara; cuando pudo, confirmó: tiene muy buena succión.

Se fue y no pude imitar sus manejos para poner el pezón en la boca de mi hija. Ella lloraba y yo también. Cada médico que consultaba me decía lo mismo: la lactancia es lo mejor para tu bebé, no le puedes dar más nada, tienes que insistir.

Y yo lloraba más, porque esas palabras venían con la presunción de que lo que quería era buscar una salida fácil, que tenía desconocimiento y por eso pensaba que no se llenaba; mientras, los chillidos desesperados de hambre que daba mi hija me taladraban el alma.

Tanta era mi desesperación que no quería responder el teléfono para recibir felicitaciones ni ver a nadie; hasta que me dije: no, yo tengo que poder con esto.

Aproveché uno de los episodios de sueño por puro cansancio de mi beba, e hice lo que mejor sé hacer por mi profesión: informarme.

Busqué en cuanta página pude y descubrí que la culpa era de mis pezones casi planos, y que una extraedera podría ayudarme a moldearlos y facilitarle la tarea a mi bebé; supe de posiciones, de trucos, de maneras… Compré la extraedera, bastante cara por cierto, cerré la puerta del cuarto y me empeñé en triunfar.

Fue un proceso largo, lo logré con un seno, luego con otro, con prueba y error. Después viví las grietas en los pezones y lo mucho que duelen, experimenté ese miedo de que llegara la hora de la toma y con ella el dolor. Pero logré dos meses de lactancia materna exclusiva que espiritualmente me supieron a gloria.

Sin embargo, la alegría me duró poco, porque enfermé de mastitis infecciosa y, para mi sorpresa, como ya no era puérpera, mi hija no pudo ingresar conmigo, a pesar de que solo se alimentaba de mi leche.

Debió tomar fórmula en biberón; cuando volví a casa, ella sola inició un proceso de destete. Mamaba menos cada día, hasta que se negó rotundamente, y solo con la extraedera mi producción mermó hasta desaparecer.

Ahora, a pesar de lo duro que fue dar el pecho, miro las fotos de esos momentos, y me siento feliz. Orgullosa de mí, podría decir, porque hice cuanto pude para dar a mi hija esa protección.

Sé, no obstante, que hay madres sin el apoyo familiar o la conexión a internet para buscar soluciones a los escollos de sus lactancias. Entiendo a las que se rinden, a esas a quienes la naturaleza no se la puso fácil.

No vale solo con decir que lactar es un acto de amor, tiene que haber asesorías al respecto durante la atención al embarazo y en los hospitales maternos. Que haya quien te advierta que puedes preparar tus pezones con cremas; que son planos o pequeños; que puede que una extraedera te sea útil…

Es necesario también que se proteja la lactancia más allá del puerperio en los ingresos de las madres, quizá hasta los seis meses.

Y para esas que no han podido hacerlo, o solo parcialmente, les digo que no son ni malas ni menos madres, que sus hijos pueden ser saludables e inteligentes, que dar un biberón también es un acto de amor.

Hay que ponerle más contenido al discurso sobre la lactancia, para que sean más exitosas y menos solitarias.

PRECISIONES

Del 1ro. al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna.

Beneficios para los niños y las niñas

  • Provee seguridad alimenticia total en los primeros seis meses.
  • Brinda fuente ideal de nutrientes.
  • Mejora la respuesta a las inmunizaciones.
  • Protege a los niños y las niñas de las infecciones. Reduce la incidencia y la mortalidad por enfermedades infecciosas.
  • Reduce el riesgo de padecer de enfermedades crónicas.
  • Favorece el desarrollo intelectual, emocional y motor.

Beneficios para las madres:

  • Disminuye la morbilidad extremadamente grave y la mortalidad materna debida a la hemorragia posparto.
  • Disminuye el número de mujeres que desarrollan cáncer de ovario, cáncer mamario y osteoporosis.
  • Provee una forma natural de espaciar embarazos. Tiene propiedades anticonceptivas, aunque no es un método muy seguro y de larga eficacia.
  • Previene enfermedades.
  • Incrementa el vínculo madre / hijo.

Para Cuba, la atención al niño y a la madre es y será una de sus mayores prioridades, por eso es tan importante potenciar la práctica de la lactancia materna, pues con ella colaboramos a promover una niñez saludable, y una maternidad responsable y activa.

Fuente: Minsap

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Árida dijo:

1

12 de agosto de 2021

20:28:18


Que tristeza una madre con ganas y sin el acompañamiento necesario, sin dudas el personal médico debe recibir mejor formación en cuanto a la lactancia Materna, esto me transmite al programa de tarde en casa cuando las doctoras invitadas comentaron que las madres lactantes no deben comer picante o bebidas gaseadas, incluso que se debe preparar el pezón para amamantar cosa que no tiene sentido ninguno pues el agarre al seno es mucho más profundo (desde la areola) nunca desde el pezón en fin, una muestra más que los protocolos ni se siguen, pues hablan mucho de las consultas de puericultura y ni eso, triste

Árida dijo:

2

12 de agosto de 2021

20:31:48


los primeros que mandan a suspender la lactancia materna son los médicos de familia que no tienen formación ninguna en cuanto a lactancia materna igual que mandan a destetar cuando la madre queda embarazada de nuevo cosa que no tiene lógica ninguna, siempre y cuando la embarazo transcurre de forma natural y no haya riesgo de aborto para la madre se puede seguir lactando perfectamente, muchos médicos de familia mandaron a las madres a destetar para vacunarse e incluso muchas madres lactantes se sintieron agredidas cuando los médicos de familia veían que sus bebés de más de un año o más de 6 meses seguían lactando, cuando hablamos de lactancia materna no es un bebé lactante de 0 a 6 meses hablamos de lactancia materna de un bebé de 3 meses de un niño de 2 años de un niño de 4 años , tristeza

Mi dijo:

3

10 de septiembre de 2021

10:04:16


Me animo a escribir sobre este tema pues considero que es de gran importancia. Yo misma valoro mucho la lactancia materna y gracias a Dios he podido lactar muy bien a mis dos niños. Al primero me costo mucho pero lactè hasta el año y medio. Mi experiencia como madre primeriza fue una pesadilla, recuerdo el primer momento en el hospital depues de una cesarea, cuando uno se siente que le han partido en dos el cuerpo pues nunca antes habia sido operada, que mi niño comenzo a mamar y yo dije Dios mio que duro chupa, aquello no era nada para lo que vino despues. Se me hicieron dos agujeros en cada uno de los pezones y soltaba sangre cada vez que mi bebe tomaba. Fue terrible, estuve a punto de dejarle de dar el pecho pero mi madre y mi conviccion de la importante que es la lactancia no me dejaron abondonar tan bella labor. Luego vino la mastitis, yo encerrada debajo de un mosquitero pues pensabamos que era dengue y era un seno que por poco me tengo que operar. Pero con antibioticos paso aquello. Por no ser poco todo esto, al parecer por mi inexperiencia a pesar que tenia mucha leche mi niño padecio de unos colicos terribles que le hicieron llorar por alrededor de tres meses de 7 pm a 12 am. Toda una odisea, pero lacte lacte y lacte. Hoy tengo una beba de 2 años y medios que todavia mama, tanto ella como yo disfrutamos mucho ese momento. Ella me dice que la teta es rica y sabe a leche. Si hay algo de lo que me siento autocomplacida es con la lactancia. Saber que he podido lactar a mis dos bebes todo el tiempo que he podido. Para una madre este momento debe ser unico y aunque duela comprender que es muy importante para el bebe. Gracias