
Mejorar la calidad de vida de las mujeres cuando arriban al climaterio y posteriormente a la menopausia, implica necesariamente —en un contexto marcado por el aumento acelerado de las enfermedades crónicas no transmisibles— la constante prevención de salud.
En nuestra columna anterior planteábamos algunas interrogantes: ¿Cómo se presentan los factores de riesgo ateroscleróticos —como el sobrepeso, la obesidad, la circunferencia de la cintura, el tabaquismo, el sedentarismo, la presencia de hipertensión arterial y de diabetes mellitus tipo 2; así como también la sobrecarga social y de género (mujeres trabajadoras que además atienden niños pequeños, ancianos, enfermos)— en mujeres que acuden con síntomas climatéricos a la consulta de climaterio y menopausia? ¿Cuál es su evolución?
“Encontrar esta relación fue justo el propósito de una investigación que duró más de diez años sobre estos aspectos, los cuales constituyen un problema muy poco estudiado”, explicó a Granma el doctor en Ciencias Médicas Miguel Lugones Botell, profesor y experto latinoamericano en climaterio y menopausia.
“Casi la totalidad de las mujeres que asisten a la consulta no le prestan atención o desconocen su perfil de riesgo aterosclerótico, comentó el especialista, quien considera —de acuerdo con la experiencia acumulada por la consulta que se realiza desde hace 20 años en la atención a las mujeres en la etapa del climaterio y la menopausia en el policlínico universitario 26 de Julio del municipio de Playa— que es este uno de los elementos fundamentales a tener presentes a la hora de abordar este tema.
En ese sentido y refiriéndose a la mencionada investigación, el doctor Lugones Botell señaló que la misma permitió conocer la relación entre los factores de riesgo para aterosclerosis, la intensidad del síndrome climatérico, y la respuesta de este último a la terapéutica de forma evolutiva”.
Explicó el especialista que en este estudio pudo observar la importancia relativa de las diferentes variables estudiadas con respecto a los cambios ocurridos. “La obesidad y el sobrepeso (representados en dos marcadores: la circunferencia de cintura y el índice de masa corporal) fueron los factores con mayor influencia sobre la intensidad y la evolución más demorada y desfavorable del síndrome climatérico. La segunda variable de mayor importancia fue el hábito de fumar, mientras en orden de importancia le siguió la actividad física.
“Los síntomas vasomotores son considerados en la actualidad un marcador de riesgo de enfermedades crónicas y en específico de enfermedad cardiovascular, así como de un riesgo más alto de calcificaciones aórticas, con el consiguiente predominio de lesiones ateroscleróticas, considerándose su predominio y duración de gran importancia, según investigaciones actualizadas”, dijo el doctor Lugones.
“Los sofocos también están relacionados con mayores niveles de lípidos en la sangre. Este aspecto es de relevante consideración al observar los resultados obtenidos en nuestra investigación, pues como ya se refirió, las mujeres con los factores de riesgo para aterosclerosis estudiados, fundamentalmente el sobrepeso, la obesidad, el hábito de fumar y el sedentarismo, tuvieron más demora en mejorar el síndrome climatérico, por lo que dicha afectación vascular podría incrementarse en las mismas, y el daño vascular será mucho más prolongado y por tanto, más perjudicial”, refirió.
Asimismo, insistió en que no se puede dejar de mencionar que las mujeres que fuman tienen mayor riesgo de presentar una muerte súbita. “Además, muchas de las manifestaciones que caracterizan al síndrome climatérico, tales como la cefalea, insomnio, ansiedad, depresión, entre otras, son reconocidas por algunos autores como manifestaciones severas del estrés, y si se toma en consideración que el individuo enferma fundamentalmente debido a enfermedades crónicas que se manifiestan por el debilitamiento de este en la lucha contra los agentes causantes de estrés, el enfoque del mismo resulta un factor determinante para encontrar la causa y a la vez la prevención de estas enfermedades”, subrayó.
Para el experto, de acuerdo con los resultados obtenidos en esta investigación, las manifestaciones del síndrome climatérico demoran más tiempo en mejorar y en eliminarse en mujeres con el patrón de los factores de riesgo ateroscleróticos estudiados, aspecto crucial a considerar en la estrategia terapéutica en este grupo de mujeres.
“De esta manera, la aplicación del concepto del enfoque de riesgo, que mide la necesidad de atención a grupos específicos, es decisiva al observar los resultados obtenidos, pues nos brinda una medida de la importancia que tiene la atención a la salud integral en las mujeres en la etapa del climaterio y la menopausia”.
Para el entrevistado, en Cuba resulta una necesidad insoslayable preservar la salud de las mujeres en el climaterio y la menopausia, si se considera que con el aumento de la expectativa de vida un número cada vez más creciente de féminas arriban a esta etapa, pero además, enfrentan y sufren los trastornos ocasionados por los cambios que ocurren en este importante periodo de la vida, y en el cual los factores de riesgo para aterosclerosis estudiados influyen de forma muy desfavorable en la salud de las mismas.
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