ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ismael Batista Ramírez

Guillermo Carmona se tomó bien en serio la disposición de anunciar el lanzador abridor de cada partido en la III Liga Élite, tanto, que a poco más de una semana para el estreno del calendario, ya hizo público el encargado de la primera apertura de Industriales. El derecho Andy Vargas será quien, el próximo día 15, se encarame en la lomita de los Azules ante Pinar del Río, subcampeón del certamen anterior, ganado por Matanzas.

Como se sabe, el reglamento exige que cada mentor anuncie, una vez terminado el desafío anterior, su designación para abrir el siguiente duelo. De no hacerlo, la norma describe una sanción que consiste en que no puede estar en ese cotejo en el que no cumplió con el requisito, y si cambia el lanzador anunciado, pues, además de perderse el choque, el pitcher no será elegible para el match en el que se previó su rol de abridor.

Pero más allá del adelantado Carmona, mañana tendremos oficialmente el calendario, las nóminas y cualquier ajuste de última hora, como las altas y bajas que se producirán por varias situaciones que han presentado los peloteros de diferentes equipos. Este viernes se celebrará el Congresillo Técnico de una justa que, por primera vez, llámese Élite o Selectiva, va delante de la Serie Nacional.

Suena raro, no solo porque no es lo común, sino porque el curso lógico es que, de la campaña nacional con 16 equipos salga lo mejor que tiene el beisbol, a fin de concentrarlo en seis nóminas, y no al revés. Con la temporada grande delante, se asegura, además, menos tiempo sin pelota de primer nivel.

Otro hándicap es que ya se ha dicho que el ganador de esta tercera versión elitista sería el representante cubano en la Liga de las Américas o en la Serie del Caribe. Es decir, iría a ese torneo seis meses después de haberlo jugado.

Pero por lo pronto, la buena noticia es que volveremos a los terrenos, en los que este pueblo vibra, aun cuando sabe que tenemos un montón de deudas sobre ellos. Es vital desarrollar un certamen serio, con organización, con un buen tratamiento al pelotero, asentado, sobre todo, en sus condiciones de vida durante la justa, incluso más allá del salario que ahora es mayor, sin llegar a resolver el problema.

Lo mismo demandan los árbitros y los anotadores, porque es muy feo, y deja mucho que desear, que un partido comience tarde o tenga que posponerse, porque los jueces no llegaron a tiempo, o no pudieron llegar. No hablamos de ejemplos abstractos, ha pasado, y es poco serio que eso ocurra, por muchas limitaciones que tengamos.

La pelota es la cara del deporte cubano, entre otras cosas, por tener la temporada más larga frente a los aficionados, y porque es patrimonio cultural de la nación. Por eso necesita contar con esos aseguramientos como atributos, porque cuando están presentes hay orden, y frente a él, brota la motivación, sin la cual no hay calidad.

Con el beisbol hay que vestirse de lujo, porque cada jornada es una fiesta para el pueblo. Si lo entendemos como un espectáculo cultural, como lo es, entonces comenzaríamos a devolverle su esplendor de siempre. Pero también se le estaría tributando al relevo, ese que hoy está en plena competencia de las Pequeñas Ligas, certamen que ya definió sus cuartos de finales, en las categorías 9-10 y 11-12 años.

Cerro-Artemisa, Santa Clara-Matanzas, Sancti Spíritus-Las Tunas y Bayamo-Santiago de Cuba son los cuatro enfrentamientos del próximo fin de semana entre los más pequeños, en busca de las semifinales. En la de 11-12, el pareo, con el mismo objetivo pondrá, terreno por medio, a La Lisa-San Antonio de los Baños, Santa Clara-Matanzas, Sancti Spíritus-Las Tunas y Bayamo-Santiago de Cuba.

Cuba se mueve, porque la pelota rueda.

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