Dicen que la sala 11 del Palacio de Convenciones, que habitualmente es testigo de los debates de la Comisión de Salud y Deportes de la Asamblea Nacional, se llenará hoy en las sesiones previas al último periodo de la actual Legislatura. Ha sido anunciado, en el orden del día de ese grupo de trabajo, el análisis de la pelota.
Así lo tomaron como acuerdo en su anterior reunión, en julio pasado, los diputados de ese colectivo. Pero, ¿quién dice que el béisbol va por primera vez al Parlamento? Nunca ha estado ausente de sus salones. Allí, como en cada palmo de esta tierra, se respiran bolas y strikes.
Hemos visto a nuestros peloteros, desde sus escaños, rodeados del cariño de legisladores e invitados; en los recesos cómo los participantes, lo mismo hombres que mujeres, intelectuales, doctores, científicos, obreros o jóvenes estudiantes, con la altísima responsabilidad de decidir en nombre de los que los eligieron, procurar información ya sea de su equipo en la campaña local o irse a un televisor si las sesiones coinciden con la escuadra nacional en un evento internacional.
Hace poco más de siete años (agosto del 2010), al decidirse la creación de las provincias de Mayabeque y Artemisa, la pelota tomó las riendas en el plenario. La inolvidable voz de Héctor Rodríguez, que todos escuchábamos en las transmisiones televisivas de los partidos, se alzó para opinar. «Creo que deberíamos hacer una excepción con la Serie Nacional, porque los mejores pitchers de la antigua Habana, son artemiseños, por lo cual los mayabequenses están en desventaja», dijo. Y fue el propio General de Ejército Raúl Castro Ruz quien le argumentó: «Héctor, que busquen lanzadores en Mayabeque, la Isla de la Juventud es más pequeña y mira el ejemplo que nos da». Hubo aplausos, y el narrador también aplaudió.
Nuestra democracia socialista tiene la virtud de lograr que el Parlamento se parezca a su pueblo, sienta en sus curules al soberano, y el de Cuba es director de equipo y hasta jonronero o estelar lanzador. Hoy, además, hospeda a hombres de las ciencias sociales que dan una mirada con rigor historiográfico y sociológico a favor de nuestro deporte más querido, como el Doctor Félix Julio Alfonso, autor de Béisbol y estilo; Las narrativas del béisbol en la cultura cubana; La esfera y el tiempo; Béisbol y nación en Cuba, Enciclopedia biográfica del béisbol cubano; o El Juego Galante, a nuestro modo de ver su cero jit cero carreras, entre otros. Textos como esos debían ser de cabecera para practicantes, entrenadores, periodistas, aficionados y directivos, pues nos harían entender con claridad meridiana la responsabilidad que con la pelota tenemos todos.
Porque aun cuando ya algunos de nuestros mejores exponentes nos representan en otros certámenes de clubes, nos la han querido escamotear, intentan convertir nuestros ídolos en traidores con una alevosa y preparada fuga de talentos; es punto de ataque en tanto es símbolo no solo del deporte, sino de nuestra independencia, como se recoge en la larga historia de lucha de este pueblo. Desde nuestros mambises hasta hoy, los peloteros –no pocos hasta con su vida–, han defendido la soberanía de la Patria. A la pelota hay que verla así, desde lo más profundo de nuestras raíces culturales en pos de comprender las razones de la virilidad en el diamante de juego.
Tengamos presente que Fidel estará en el debate y entonces invoquemos su pensamiento fundacional en la actividad física y en el béisbol en particular, que pasa por un principio inviolable, el de la participación. Y ese se expresa en que debemos jugar más pelota, desde la base hasta la élite; empoderarla como espectáculo cultural y social; habría, incluso, que revisar la política de remuneración a los deportistas de septiembre del 2013, que para la Serie Nacional iguala a todos los peloteros en salario, lo mismo el que juega todos los días que el que sale a batear 20 veces en una temporada.
Alta es la responsabilidad de los diputados en esta semana y la del estadio en que se convertirá la Comisión de Salud y Deportes. Sus análisis pasan por las venas de la identidad y la nacionalidad y eso es muy serio y decisivo. Ah, y los parlamentarios en esta ocasión también estarán pendientes de la temporada que llega a su epílogo, tras hacer regresar a la afición a las gradas y aún sin saber si Granma, Pinar del Río o Artemisa, logran clasificarse. No olvidemos darle un aplauso a Las Tunas y a Matanzas, igual para el regreso del Latinoamericano a la postemporada, con sus Industriales. Y ojalá que desde la sala 11, honremos a la pelota proponiéndola como Patrimonio cultural de la nación.
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Dieudome dijo:
1
19 de diciembre de 2017
04:01:42
Gloria de Dios dijo:
2
19 de diciembre de 2017
04:01:13
rene martinez dijo:
3
19 de diciembre de 2017
04:32:58
EUJ dijo:
4
19 de diciembre de 2017
05:17:12
Rafael Rodriguez dijo:
5
19 de diciembre de 2017
06:15:30
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