ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

No hay mejor lugar de trabajo para un sociólogo que el asiento trasero de un almendrón que «botea» por las calles de La Habana. Estrujado, entre una señora enorme con una niña a la que han vestido de adulta —labios pintados, collar de cuentas y pantaloncito ajustado—, y un joven que mira con desgano por la ventanilla, pero lleva una bata blanca cuidadosamente do­blada en las piernas, ob­servo y escucho lo que acontece. En el asiento de­lantero se ha acomodado a sus anchas un hombre que exhibe sus músculos y sus ca­denas de oro. Entre este y el chofer, so­brevive una adolescente vestida con el uniforme de secundaria, a la que parece no importarle nada fuera de su celular. Encima de la pizarra del carro hay dos banderas, una cubana y una estadounidense.

La señora a mi lado le agradece al chofer por habernos recogido. Dice: «es que nadie va para la Víbora». Por un momento, el reguetón de moda en la reproductora del carro parece anular sus palabras. Pero El Musculoso suelta de repente una carcajada: «todos van para la Víbora señora, pero dividen el viaje en dos para ganar más». El chofer es bueno, en el buen sentido de la palabra, y añade: «yo sé que a esta hora la gente está desesperada y recojo a todo el mundo». El fortachón, que se baja cerca, replica: «no seas bobo, aprovecha el momento, siempre aparece al­guien dispuesto a pagar el doble». El joven médico lo mira, pero no puedo percibir las señales que emiten sus ojos. Irrumpe un silencio incómodo que nos traslada al espacio ético de aquel reguetón.

Algunos choferes, al pasar, hacen con la mano la señal de que se quedan cerca. Si uno la reciproca, se detienen. Pero no recogen a nadie que vaya hasta la Víbora o hasta Playa o hasta el Ca­pitolio —según los diferentes itinerarios—, a no ser que el pasajero proponga los 20 pesos o se encuentre situado en la segunda mitad del trayecto. Así es como burlan el tope de precio establecido por el Estado para proteger a la po­blación. Es cierto que tienen que pagar impuestos, y mecánicos (a veces, tan inescrupulosos como ellos), y gasolina o petróleo y piezas de reposición, etc. Pese a todo, sacan en limpio en un día, tanto o más que lo que esos viajeros desesperados al mes.

Hay otros choferes, como el de mi cuento, que aparecen como ángeles salvadores para los menos desesperados o los con suerte. Este, es ya un hombre maduro. Sabe que su tarea diaria no es ganar dinero, sino prestar un servicio a la sociedad por el que gana dinero; le dijo a una anciana que se montó por un breve tramo en el carro, al ver que buscaba insegura en su cartera: «no se preocupe abuela, si no tiene el dinero no importa».

No pretendo reducir la sociedad toda al mínimo espacio de un almendrón, que solo adquiere representatividad en el conjunto de sus viajes y pasajeros. Pero tomaré de modelo ese escenario para la reflexión.


II

¿La ganancia máxima de unos po­cos, está por encima de la voluntad y de los intereses de la sociedad?, ¿de la so­ciedad socialista, quiero decir? Me construí una historia de vida para el joven médico: puede que estuviese en un consultorio de montaña, o en un policlínico urbano, o que se haya expuesto, quizá, durante el terremoto de Haití o en uno de los países africanos afectados por la epidemia del ébola. Su salario fue incrementado, es cierto (el botero, aún así, gana mucho más). Trajo de esos países algún dinero, que ahorró como buen padre de familia. Pero, ¿maximizó las ganancias?, cuando le pidieron su disposición para asistir a los enfermos de ébola, ¿pensó en maximizar las ganancias?, ¿lo hizo cuando atendía a cualquier otro botero de la capital en el consultorio de la familia o en un gran hos­pital? Algunos quieren ganar más a costa de la necesidad de los otros, pero, ¿están dispuestos a poner sus propias necesidades en juego?, ¿qué sociedad queremos construir?

Las dos banderas que el chofer o el dueño —no siempre son la misma persona—, ha colocado frente al parabrisas del carro, representan las opciones, los símbolos a elegir: dos banderas, dos historias, dos modos de vida. Los símbolos no permanecen estáticos, con el decursar del tiempo añaden nuevos significados al que les dio origen; la bandera de los fundadores de los Estados Unidos no es la actual, aunque sea idéntica en sus formas y colores. Tampoco lo es la bandera cubana.

La norteamericana, la de las barras y las estrellas, ha incorporado el comportamiento interno y externo del país que representa y es hoy uno de los símbolos mundiales más visibles del imperialismo. Digo esto, consciente de que la gente de pueblo, en ambas orillas, tiene mucho en común. Pero en cada bandera, en cada símbolo, se objetiva una historia, más allá de la voluntad de los individuos.

Hay cambios de ruta que determinan, a veces, cambios de bandera: la República española tuvo una enseña diferente a la que conocemos hoy —es común en el Estado español que los proyectos de vida autonómicos, se hagan representar por banderas diferentes según su filiación clasista—, y algunos símbolos, como el de la swástica, alcanzan tal negatividad histórica que sepultan cualquier contenido previo.

Los cubanos no tuvimos que cambiar de símbolo, porque nuestra bandera, la mambisa, expresa un concepto de Patria vigente, que aspira a la solidaridad y a la justicia social entre todos sus ciudadanos. Pero la historia reciente de Cuba ha enriquecido ese símbolo. Cuando un extranjero enarbola su solidaridad con la Revolución cubana y levanta para ello nuestra enseña, aparecen en ella las aspiraciones de los revolucionarios de todos los tiempos. A veces, algunos latinoamericanos dibujan el rostro del Che en la bandera cubana; es un acto redundante. El Che y Fidel, Mella y Guiteras, Martí y Maceo, están inscritos ya en sus colores y formas.

Supongo que el dueño o el chofer del al­mendrón no reivindica, al colocar la bandera de las barras y las estrellas, su esencia imperialista, sino su imagen seductora y neocolonizadora: el american way of life. Confunde Hollywood con la sociedad estadounidense. Sin embargo, José Martí luchó para que Nuestra América pudiese construir una sociedad diferente a la de los Es­tados Unidos. Co­mo ha destacado Ro­berto Fernández Re­ta­mar, el Apóstol no tuvo una visión completa de aquel país hasta que se asentó en él: «Solo entonces sabría en qué medida profunda nuestra América no solo es distinta de «la América europea», sino de que no puede realizarse más que por otras vías que las que tomaran los Estados Unidos» (1).

Esas banderas simbolizan también dos concepciones de vida en pugna: la que prioriza el tener y la que prioriza el ser. En aquel sistema de valores, lo que sitúa a un actor en el star system no son sus cualidades histriónicas, el personaje que ha interpretado, si Hamlet o Rambo, sino la cuantía del pago recibido. El origen de la riqueza es intrascendente: no importa si es heredada, o resultado del juego, si es robada (en tanto no sea atrapado el ladrón de «cuello blanco» o de pistola en mano), si proviene de un matrimonio «afortunado» o si fue amasada a base de talento y esfuerzo; en cualquier caso, el «triunfador» será reverenciado por su dinero.

No se suponía que la nueva sociedad empezaría a construirse en una isla sin recursos naturales, pobre y bajo hostigamiento económico y mediático, pero la apuesta es diferente: el socialismo no desestima el bienestar material, pero aspira a que cada individuo tenga según lo que es (lo que aporta), porque el sentido de la vida lo determina el ser.

Cuando una persona que es, y tiene, llega, nadie nota lo segundo. Por lo co­mún, aquel que necesita mostrar que tiene, no está seguro de lo que es o no le importa. Es un problema de prioridades. No rechazo la ropa que está de moda, cara y de marca, si es cómoda y bella para quien la usa. Para gustos, colores y prendas de vestir. El dilema es otro: hacernos servir por los objetos que adquirimos, o servir a los objetos; que ellos existan para hacernos la vida más cómoda y bella, o vivir para ellos, lo que implica vivir para mostrar lo que tenemos.

Que una sonrisa inteligente valga más que una cadena de oro, es también parte de nuestra tradición cultural. José Martí se lo explica, de manera insuperable, a su niña María Man­tilla. Si he ha­blado de banderas, de símbolos y de conceptos de vida, es porque mis compañeros de viaje en el almendrón, de alguna manera, sabiéndolo o no, se acercan o se alejan de ellos. Recordar a Martí, después de un viaje «a bordo» de un almendrón, es tarea útil:

(…) «Es hermoso, asomarse a un colgadizo, y ver vivir al mundo: verlo nacer, crecer, cambiar, mejorar, y aprender en esa majestad continua el gusto de la verdad, y el desdén de la riqueza y la soberbia a que se sacrifica, y lo sacrifica todo, la gente inferior e inútil. Es como la elegancia, mi María, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido, —la grande y verdadera—, está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz. (…) Deja a otras el mundo frívolo: tú vales más. Sonríe, y pasa». (…) (2)


NOTAS:
1. Roberto Fernández Retamar: «La revelación de Nuestra América», en Cu­ba Socialista, No. 1, enero–abril 2016, 4ta. época, p. 138
2. José Martí: Carta a María Man­tilla, 9 de abril de 1895, en Obras Com­pletas, T. 20, p. 216-220

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Miguel Angel dijo:

21

5 de octubre de 2016

13:09:40


Magnífico artículo de Enrique Ubieta, la importancia de los valore éticos, morales, el ser sobre el tener. Muy bien argumentado, buena reflexión.

MANUEL dijo:

22

5 de octubre de 2016

14:16:51


ESTOY EN LA FASE DE LOS CASI 40 AÑOS, Y MI CONSIDERACIÓN ES LA SIGUIENTE: - LOS SERES HUMANOS QUE FORMAMOS PARTE DE ESTE PUEBLO, SOMO UN PRODUCTO DEL RESULTADO BUENO O MALO DE NUESTRA PROPIA SOCIEDAD, OJALÁ ESTE PERIODISTA JAMÁS HUBIESE TENIDO QUE HACER ESTA REFLEXIÓN, NO ME GUSTAN LAS COSAS INCOMPLETAS Y COMPLACIENTES, SABIENDO QUE HAY OMISIONES INDISPENSABLES QUE DEBIERAN DISCUTIRSE. - HACE MUCHO TIEMPO SABEMOS CUALES SON NUESTROS TUMORES, TUMORES AL FIN NO LOS CATALOGO DE BENIGNOS NI MALIGNOS, SON TUMORES QUE DEBEMOS EXTIRPAR PARA LA BUENA SALUD DE ESTA SOCIEDAD SOCIALISTA, PERO NO ES MENOS CIERTO QUE HAY ALGUNOS TUMORES QUE NO EXTIRPAMOS PORQUE NOS SIRVEN DE EXCUSA ESO SON LOS LLAMADOS BENIGNOS, OTROS LOS LIQUIDAMOS DE INMEDIATO..... - HAY TANTAS COSAS BUENAS Y JUSTAS EN FRENTE DE NUESTRAS PROPIAS NARICES QUE UEDIERAMOS HACER Y POR ENDE MEJORAR AMPLIAMENTE LAS CONDICIONES DE NUESTRA SOCIEDAD, QUE SIN TEMOR A EQUIVOCARME, SI NUESTRO MARTI NOS VIERA NOS CATALOGARÍA NECIOS por no emplear otra palabra. A QUIEN LE CAIGA QUE SE LO PONGA

Fernando dijo:

23

5 de octubre de 2016

14:22:17


Me ha gustado la redacción del artículo, meno, para que el mensaje no sea pesado de leer, en lo que discrepo es en un mal que arrastramos desde hace muchos años y es que sacamos conclusiones y enlatamos el pensamiento de los demás ¿por qué el que lleve una bandera de EU está representando el modo de vida de EU, por qué está confundiendo Hollywood con la realidad norteamericana?, confieso me gusta la bandera del Reino Unido de Gran Bretaña, por su diseño y colores, la he tenido en el protector de mi teléfono móvil y no me siento identificado con nada de ese país, cuando generalizamos las formas de pensar, los valores y las tendencias según qué símbolo se porten, ya entramos en juicios injustos, la mafia de Miami suele enarbolar banderas cubanas y quieren apropiarse de la imágen de Marí como soporte de su ideología, sin embargo, son símbolos que también utilizamos los cubanos con connotaciones diametralmente opuestas.

Leandro dijo:

24

5 de octubre de 2016

15:04:49


Aquellos polvos trajeron estos fangos. Nunca he estado de acuerdo con la política de OFERTA y DEMANDA en nuestro Estado Revolucionario. Si es un Estado del pueblo y para el pueblo, no podemos jugar al capitalismo salvaje. El Estado tiene que velar y tomar las medidas necesarias para evitar la expoliación de su pueblo. Es un secreto a voces que, incluso divulgado en este medio, los almendrones y camiones funcionan con gasolina y petróleo robado al Estado. Pero no se puede prohibir la circulación de los mismos, porque se crearía un grave problema con el transporte. Entonces hay que buscar una solución. Hace unos años, en Granma apareció un reportaje donde se calculaba que los camiones de Pinar a La Habana, en un mes de viajes, utilizaban un litro de petróleo comprado al Estado. Por eso no hay producción en la agricultura. No se prepara bien la tierra, porque el petróleo es vendido por la izquierda. Pero esta situación no pasa solamente con el transporte. Ahora usted puede tomarse un refresco, una malta o una cerveza, si su salario se lo permite, a 15, a 20 ó a 30 pesos. En los establecimientos estatales no hay. Es ganancia neta para los vendedores, tanto de las tiendas como de los cuentapropistas.

Fernando Respondió:


5 de octubre de 2016

22:54:52

Su propio razonamiento le contradice, ¿sabe por qué el petroleo va a los camiones y no a la agricultura?, porque el agricultor no saca la misma ganancia con su trabajo que el camionero, la economía socialista no puede prescindir de las relaciones monetario-mercantiles, por tal motivo, tiene que respetar las leyes del mercado, lo opuesto a la ley de la oferta y la demanda es el paternalismo, la subvención del Estado, que se desangra pagando las pérdidas de empresas y servicios ineficientes, porque al regularlo todo, hasta los ingresos, se desestimula el trabajo y si el camionero no ganara tanto, no daría tantos viajes, o no se dedicaría a ese trabajo. El gran problema está en la no existencia de un mercado mayorista, el particular tiene que ir a abastecerse a precios minoristas y eso encarece el servicio o la el producto que vende. Si la oferta y la demanda estuviesen equilibradas, los precios tenderian a bajar.

Julio dijo:

25

5 de octubre de 2016

15:42:53


Muy interesante y necesario su trabajo, con un tema que nos lleva a reflexionar sobre situaciones, que como usted nos encontramos a menudo la mayoría de los Cubanos que hemos vivido y actuado sobre la base de los valores en los cuales fuimos educados por esa gran obra que es la Revolución. La realidad es que eso se esperaba que ocurriera al tener que buscar alternativas, que a mí ni siquiera me habían pasado por la mente, pero que hubo que hacerlo para solventar un tanto la situación económica por la cual atraviesa el mundo y dentro de ella Cuba, y que como es lógico, no se puede dejar de reconocer que se han resuelto muchos problemas, pero que también nos están dejando cosas como las que usted ha abordado y que pueden poner en peligro la existencia de nuestro sistema socialista. Además no creo que esos problemas se resuelvan con el enfrentamiento individual de cada persona ante una situación determinada, porque se está reflexionado sobre lo ocurrido en un almendrón, pero hay que verlo de forma general y que pudiera ser en un mercado o en una cafetería, eso lleva implícito un trabajo intencionado, coordinado y consiente de todos los factores, que permita el control y la fiscalización de lo que se establece, por ejemplo en relación a los precios, así como el aseguramiento mínimo indispensable para que esas personas que realizan su trabajo de una forma modesta y horrada lo hagan mejor y no darle cabida a aquellos que viven del sudor de los demás.

Rafael González Lucas dijo:

26

5 de octubre de 2016

16:00:26


Estimados, quizás no me publiquen, pero allá voy, siempre desde el más absoluto respeto. En primer lugar y como bien dice uno de los foristas, mostrar una bandera cualquiera no debe tomarse siempre con trasfondos políticos o ideológicos. Claro, eso es pedir demasiado porque en nuestra Cuba un ciclón, un juego de pelota o un concierto de rap pueden manejarse con unas cargas ideológicas excesivas y rayanas en lo absurdo. El otro asunto es que los almendrones, hasta ahora, son propiedad personal de sus dueños, y por tanto ellos (los dueños) son libres de colocar lo que les plazca en sus carros sin que se ofenda a nada ni a nadie. Otra cosa son los vehículos estatales que se ven a diario en las calles con calcomanías, banderas y de cuanto hay, cosa que no debería ser. Cuartopunto: el desastre de la transportación de pasajeros en La Habana es el caldo de cultivo para el surgimiento de estos nuevos ricos, como todos aquellos que lucran con las escaseces y problemas que tenemos (no todos por causas externas). Quinto y último: la oferta y demanda es un mecanismo económico muy necesario y vital. Por favor, dejemos al Estado fuera de todo esto, que cuando toca algo no es precisamente para componerlo... Saludos...

Michael Vazquez Montes de Oca Respondió:


7 de octubre de 2016

11:29:04

El hecho de que sean dueños de los Almendrones no les da derecho a hacer lo que les da la gana.Como dijo Juarez el derecho propio termina donde termina el derecho ajeno.Sobre el Estado, este representa la propiedad de todos y si no funciona bien nuestro deber es exigir que lo haga

Armando Miralles Calvo dijo:

27

5 de octubre de 2016

16:41:27


Excelente artículo, sin teques poilíticos descubre un conflicto que está presente en nuyestra sociedad, Es muy difícil para el Estado hacer algo efectivo y duradero; pero habrá que hacerlo.

josé dos santos dijo:

28

5 de octubre de 2016

18:50:22


Estos son de los materiales que debieran ser debatidos-estudiados por todos. La cita martiana final es para repetir todos los días. FELICIDADES

Pando dijo:

29

6 de octubre de 2016

04:05:33


MAGNIFICO Lo triste es que el choferb de ese almendrón no lee ese comentario, solo ve EL PAQUETE

Teresa dijo:

30

6 de octubre de 2016

08:07:11


Cuidado!! Una Patria: dos banderas!!!!! Efectivamente la banderomanía está de moda. Hace sólo unos días , tuve la oportunidad de compartir el espacio Dialogar Dialogar, desarrollado en el Pabellón Cuba. Que bien!!! Si de símbolos se trata... por eso es necesario que estos aspectos se lleven a las escuelas, a los jóvenes y a los que ya no lo somos tanto para recordar la historia, hacerla cercana y no abstracta. Comenzamos con el Almendrón, pro podemos terminar con la Patria!!!!

Luis Bellido dijo:

31

6 de octubre de 2016

08:54:38


Muy oportuno este articulo, refleja nuestra realidad actual, defiende nuestros principios, nuestras tradiciones, nuestra historia, aquella que pretenden olvidemos y defiende nuestros valores y convicciones, felicito a Ubieta, este es el periodismo que defendemos.

Yami dijo:

32

6 de octubre de 2016

10:00:22


Maravilloso artículo, acorde a los tiempos actuales y necesario para los lectores de esta página. Lástima que el de las cadenas de oro no lea este tipo de páginas, sino las acordes a sus prendas de oro.

Susy Sosa dijo:

33

6 de octubre de 2016

11:09:37


Excelente artículo Ubieta, una vez más nos das muestra de cubanía. Tienes toda la razón en las dos ideas fundamentales del artículo: primero sería bueno que todos los choferes de almendrones tuvieran la conciencia de ganar dinero sirviendo al prójimo. Los boteros deben recordar que sus hijos van al médico y a la escuela y el doctor o el maestro no les cobra a pesar de que tiene que pagar 10 ó 20 pesos para llegar al hospital o a la escuela para consultarlo o darle clases a sus hijos. La segunda idea se explica por sí sola y muy bien en tú trabajo, porque exhibir otra bandera ( lo cual ya pasa de castaño y oscuro), donde basta con una !!la mía!!!. Recuerdo ahora los versos de Bonifacio Byrne “Mi bandera” cuando expreso “…Con la fe de las almas austeras, hoy sostengo con honda energía, que no deben flotar dos banderas donde basta con una: ¡la mía!

Susy Sosa dijo:

34

6 de octubre de 2016

11:12:06


Poema "Mi Bandera" de Boniafaio Byrne completo: Mi Bandera Al volver de distante ribera, con el alma enlutada y sombría, afanoso busqué mi bandera ¡y otra he visto además de la mía! ¿Dónde está mi bandera cubana, la bandera más bella que existe? ¡Desde el buque la vi esta mañana, y no he visto una cosa más triste... ! Con la fe de las almas austeras, hoy sostengo con honda energía, que no deben flotar dos banderas donde basta con una: ¡la mía! En los campos que hoy son un osario vio a los bravos batiéndose juntos, y ella ha sido el honroso sudario de los pobres guerreros difuntos. Orgullosa lució en la pelea, sin pueril y romántico alarde; ¡al cubano que en ella no crea se le debe azotar por cobarde! En el fondo de obscuras prisiones no escuchó ni la queja más leve, y sus huellas en otras regiones son letreros de luz en la nieve... ¿No la veís? Mi bandera es aquella que no ha sido jamás mercenaria, y en la cual resplandece una estrella, con más luz cuando más solitaria. Del destierro en el alma la traje entre tantos recuerdos dispersos, y he sabido rendirle homenaje al hacerla flotar en mis versos. Aunque lánguida y triste tremola, mi ambición es que el Sol, con su lumbre, la ilumine a ella sola, ¡a ella sola! en el llano, en el mar y en la cumbre. Si deshecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día... ¡nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía!...

OrlandoB Respondió:


7 de octubre de 2016

03:13:36

Gracias, por el poema de Bonifacio Byrne.

pbruzon dijo:

35

6 de octubre de 2016

11:22:15


el articulo es muy bueno,pero la economia no entiende de buenos articulos,la economia se mueve por oferta y demanda asi es el animal salvaje de la economia,sature la oferta y vera a todos llegando a la vibora y los precios justos,no porque alguien los imponga,la vida nos ha ensenado que inculcando valores solamente no se llega a ningun lugar.

MIguel dijo:

36

6 de octubre de 2016

12:06:57


Hola a todos los foristas, muy buen artículo como a los que nos tiene acostumbrado Ubieta. Eh aquí mi comentario, los desafios sociales son son cada vez mayores, son como este huracán Mattew que acaba de pasar, ante esta realidad de la movilmania, del influjo de las redes sociales, de la perdida de valores lo que se impone a todas luces es trabajo institucional, trabajo gubernamental, por suerte la mayoria de nuestras instituciones son estatales. Yo estoy viendo como somos absorvidos por la plasticidad del desarrollo tecnológico y ante esa realidad tenemos que actuar y contraarrestar con las buenas prácticas y los buenos ejemplos. Por ejemplo algo tan simple para resaltar el trabajo del médico en la sociedad sería un simple spot televisivo, afiches en los ómnibus, paradas de omnibus incluso en los propios almendrones de muchos dueños que estoy seguro se identifican con los valores más preciado de nuestra sociedad, en fin que no podemos dejarlo a la suerte tenemos que TRABAJAR. Con respecto a las dos banderas juntas creo que el único fin de quienes las enarbolan juntas es de resaltar el valor grandioso de la amistad por encima del odio. Basta ya de vivir en guerra, como bien diría nuestro General Presidente podemos vivir en paz con nuestras diferencias. El imperio nos ha hecho y de hecho nos hace daño y nos a causado mucho dolor pero no podemos seguir alimentando rencores el sufrimiento sería eterno. Que clase magistral nos dieron las FARC EP y el gobierno de colombia, ambos con pensamientos diametralmente opuestos y sin embargo pusieron el bienestar ciudadano por encima de los intereses políticos e individuales, aunque al final fracaso la victoria moral es innegable. El imperio cedio y graciasa a dios y a nuestra lucha incansable nos devolvieron a nuestros 5 heroes. Fin al conflicto de estos dos vecinos, fin al odio, VIVA LA PAZ, LA AMISTAD Y LA INTELIGENCIA HUMANA. Ya quedo demostrado este pueblo con su comandante en jefe al frente y su gobierno son invencibles. VIVA CUBA

michael vazquez montes de oca dijo:

37

6 de octubre de 2016

12:22:45


¿ Es posible serle fiel a dos banderas?¿ Y los que tienen dos ciudadanias, como definen su fidelidad en caso de conflicto entre las dos naciones de las cuales son nacionales? ¿ Y a cual consideran su gobierno?

Miguel Respondió:


6 de octubre de 2016

13:38:58

Hola amigo acerca de su comentario opino, que a lo que tenemos que ser fieles es a los ideales que cada uno defendemos, la ciudadanía no define ideales políticos es una condición objetiva no subjetiva. Saludos,

Lisaida Hernández dijo:

38

6 de octubre de 2016

14:51:03


Genial Ubieta. Muchas Gracias por este artículo tan valioso.

Lisaida Hernández dijo:

39

6 de octubre de 2016

14:53:56


Genial Ubieta. Muchas gracias por ese artículo tan valioso.

elvira dijo:

40

6 de octubre de 2016

15:13:26


Dentro del almendrón me he encontrado varias veces con cubanos que cuestionan las nuevas medidas a los boteros. Pues el pueblo sigue tomando esos carros y es el que se ve afectado, pagande los diez pesos a veces en 2 y 3 tramos. Mientras que los boteros ganan mucho más cada vez. Nunca pondría una bandera americana ni en un carro, ni en mi casa. Ni tampoco me vestiría con ella. Creo que mi hija tampoco. Algo aprendió de lo que le enseñé.