ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

¿Qué significa ser revolucionario? Los estudiosos del marxismo saben que el partido socialdemócrata se fracturó en sus orígenes: los reformistas, que en lo adelante se alejarían cada vez más de las concepciones de Marx, se quedaron con el nombre y los revolucionarios crearon el partido comunista. La polémica «re­forma vs. revolución» tiene una larga historia.

Ahí están los textos de Lenin, de Rosa Luxem­burgo, entre otros.

Pero la definición o la opción revolucionaria, y su existencia práctica, no son exclusivas de un partido o de una clase social, aunque sí de una época. Los burgueses fueron revolucionarios en su momento y el movimiento anticolonial en la era del imperialismo tuvo por lo general un carácter revolucionario. José Martí creó el Partido Revolucionario para lograr la independencia de Cuba, y dicen que hablaba de la revolución necesaria que habría de iniciar una vez alcanzado el poder.

Por eso, me gusta hacer referencia a la tradición cubana del término. Cintio Vitier, por ejem­­plo, asumiendo los riesgos reductores de cualquier agrupamiento, establece dos tendencias «espirituales» en el último tercio del siglo XIX: la revolucionaria (independentismo, modernismo literario, antievolucionismo) y la reformista (autonomismo, preceptismo literario, evo­lucionismo positivista).

Lo cierto es que Revolución es Creación, salto sobre el abismo, o sobre el muro de la aparente imposibilidad —«seamos realistas, hagamos lo imposible», decían los estudiantes parisinos del 68—, mirada de cóndor, pero es sobre todo una toma de partido «con los pobres de la Tierra». Si tomamos a José Martí como modelo de revolucionario, observaremos en él tres características que se repiten en Fidel Castro:

1. Opción ética antes que teórica: se adopta una teoría para luchar contra la explotación, y no a la inversa. Es vocación de justicia social. «En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre», escribía Martí. «El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor», acotaba Ernesto Che Guevara. «Es precisamente el hombre, el semejante, la redención de sus semejantes, lo que constituye el objetivo de los revolucionarios» —ha dicho Fidel. El poeta revolucionario salvadoreño Ro­que Dalton se burlaba de las posiciones esnobistas de los «marxistas de café con leche» en estos versos:

Los que/ en el mejor de los casos/ quieren hacer la revolución/ para la Historia para la lógica / para la ciencia y la naturaleza/ para los libros del próximo año o el futuro/ para ganar la discusión e in­cluso/ para salir por fin en los diarios / y no simplemente/ para eliminar el hambre/ para eliminar la explotación de los explotados.

Hay revolucionarios que desconocen la teoría marxista. Y hay académicos marxistas muy conocedores de cada texto, de cada frase de Marx, que jamás han salido a la calle, que son incapaces de sentir, de vibrar, con el dolor o el júbilo ajenos, que no militan; esos académicos «marxistas» no son revolucionarios. Tampoco son continuadores de Marx. Uno de los resortes formadores y auspiciadores de una Re­vo­lución, es la solidaridad.

2. Radicalidad en la comprensión y en los actos; el revolucionario busca la raíz del problema, aún cuando no pueda extirparla de inmediato, aún cuando se equivoque al señalarla, y pasa rápidamente a la acción. A diferencia del reformista, no pretende mitigar el dolor o enmascararlo, sino eliminar la enfermedad.

3. El revolucionario es una persona de fe. No en el sentido religioso. Ninguna declaración mejor que la que hace Martí (otra vez Mar­tí) a su hijo, en la dedicatoria del Isma­elillo: tengo, le dice, «fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti». Fe en el pueblo, en sus capacidades. El revolucionario entiende los límites aparentes de lo posible, y los transgrede, porque cree en el pueblo. En esto también se diferencia el reformista, que por razones de clase desconfía o subestima al pueblo. Creer, no es extirpar la duda; los revolucionarios vivimos la angustia de la duda, que es la del conocimiento. Sin embargo, el cínico es contrarrevolucionario, aunque no lo sepa.

Algunos ideólogos de la contrarrevolución reducen la actitud revolucionaria al acto violento, al uso de las armas. Como si las revoluciones armadas no ocurrieran en respuesta a la violencia del poder burgués. Ser un radical —ir a las raíces—, no es optar por la violencia. En su afán por desideologizar hasta el mismísimo concepto de revolución, pretenden hacer pasar como acciones revolucionarias las revueltas violentas de los politiqueros de la seudorepública, que querían hacer valer el poder personal. Ni siquiera los antimachadistas o los antibatistianos eran necesariamente revolucionarios.

Y contraponen el socialismo revolucionario al que llaman «democrático» (socialdemócrata), porque aquel no respeta el orden burgués. El socialismo no solo puede, sino que debe ser democrático, aunque no en el sentido que el sistema capitalista otorga al término. Debe y puede ser más participativo, más inclusivo, más solidario, más representativo. Debe y pue­de defender la individualidad, no el individualismo, porque el socialismo es el único camino capaz de transformar a las masas en colectivos de individuos.

Ciertas cualidades o virtudes éticas constituyen el fundamento o la base sobre la que se erige un revolucionario. Pero es una ética esencialmente política, social, no privada, que no puede vaciarse o desligarse de las contradicciones fundamentales de la época. No se es revolucionario con respecto a los intereses personales, sino de cara a la sociedad.

Hay personas con­servadoras —por razones biográficas, y quién sabe si hasta por razones genéticas—, que repelen los cambios bruscos, la incertidumbre de lo nuevo, que disfrutan el orden y la rutina.

No son contrarrevolucionarias. En sus Pa­labras a los intelectuales (1961), Fidel Castro de­cía: «Nadie ha supuesto nunca que (…) todo hombre honesto, por el hecho de ser honesto, tenga que ser revolucionario. Ser revolucionario es también una actitud ante la vida, ser revolucionario es también una actitud ante la realidad existente (…)». Y agregaba más adelante: «Es posible que los hombres y las mujeres que tengan una actitud realmente revolucionaria ante la realidad no constituyan el sector mayoritario de la población; los revolucionarios son la vanguardia del pueblo, pero los revolucionarios deben aspirar a que marche junto a ellos todo el pueblo (…) la Revolución nunca debe renunciar a contar con la mayoría del pueblo; a contar, no solo con los revolucionarios, sino con todos los ciudadanos honestos que aunque no sean revolucionarios, es decir, que aunque no tengan una actitud revolucionaria ante la vida, estén con ella. La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios».

Allí donde una Revolución ha triunfado, el adjetivo —que en el globalizado mundo del oficialismo burgués suele endilgarse como insulto—, se convierte en elogio. Una persona es trabajadora, «buena gente» y revolucionaria. La cotidianidad puede descontextualizar el sustrato rebelde y el significado político del término y reducir la condición del revolucionario a la honradez o a la decencia.

A veces, puesto que la Revolución ha tomado el poder, se identifica con el buen comportamiento o la corrección. Decimos: «en el fondo él (ella) es revolucionario(a)», como si dijéramos que, más allá de sus apariencias, «es una persona noble». Y creemos que el niño o el joven «más revolucionario», es el que «se porta bien». De cierta forma, el calificativo se aburguesa. Esto parece casi inevitable, pero no lo es; una Re­volución en el poder necesita establecer su «normalidad», su gobernabilidad.

Defenderse como poder político es la premisa de cualquier poder político, mucho más cuando se trata de un contrapoder acorralado por el poder global —que no solo acecha en el plano físico (material, militar), sino también en el espiritual, en el ámbito de la reproducción de valores—, y su normalidad es una «anormalidad» fuera de sus fronteras geográficas.

Ser revolucionario es participar en la consolidación del gobierno revolucionario, establecer un frente común con ese gobierno, para defender cada conquista y establecer las nuevas me­tas, aún cuando los grados de participación en la determinación de esas metas son aún insuficientes o se ejercen de manera formal. La democracia socialista, esencialmente superior, tiene todavía un largo camino por recorrer. Ser revolucionario también es participar desde la crítica comprometida. Criticar no es enunciar un hecho cierto, es actuar sobre él, empujarlo hacia su solución. Lo que otorga veracidad y justeza a una crítica no es el hecho enunciado, es su sentido. Si se desideologiza la crítica, se deshuesa, y se falsean sus enunciados.

De manera imperceptible, ocurre un lento proceso de separación o destilación del contenido «rebelde» que toda actitud revolucionaria presupone. Esto no es bueno. Vienen entonces los que enarbolan la rebeldía y la contraponen al ser revolucionario —vieja aspiración de la subversión imperialista: promover la rebeldía antirrevolucionaria, lo que significa decir, que  los rebeldes sean antirebeldes, que aspiren a ser «normales», inconformes frente a la rebeldía y conformes frente a la enajenación global—, o en sus antípodas, aquellos que consideran que el ser rebelde es el verdadero ser revolucionario.

Estos últimos pueden perder el sentido de orientación, porque la rebeldía a secas, habitualmente manipulada por el mercado capitalista, tiene una larga historia de convivencia y a veces de connivencia con el capitalismo. La rebeldía juvenil no es ni puede ser enemiga del espíritu revolucionario; ser revolucionario es la forma superior de ser rebelde. Sin la inconformidad que propicia la rebeldía y sin su disposición para romper moldes, normas, esquemas, es difícil ser revolucionario.

Las universidades cubanas no pueden ser «de o para los revolucionarios», son centros formadores; deben ser, eso sí, formadoras de revolucionarios. De sus aulas salieron Mella y Fidel. El capitalismo (la cultura del tener) intenta domar la rebeldía incentivando sus formas primarias: el desacato, la irreverencia; intenta aislar al rebelde, concentrarlo en sí mismo, explotar al máximo su expresión individualista, transformarlo en un cínico. El socialismo (la cultura del ser), pretende encauzar esa rebeldía hacia la acción transformadora, ponerle mayúsculas, hacerla partícipe de las causas más justas de su época.

Viví en el barrio centrohabanero de Colón, y sé que muchas personas de aquel entorno deben enfrentar enemigos más concretos e inmediatos que el imperialismo norteamericano, al menos eso parece, cuando la corrupción, la burocracia, la doble moral, la insensibilidad, el «sálvese quien pueda» se imponen. Creo, como ellos, que ese es el enemigo principal.

Pero no podemos confundir su nombre: se trata del capitalismo, de su capacidad para regenerarse dentro del socialismo, que no es más que un camino (no un lugar de llegada) hacia otro lugar, hacia otra esperanza o certeza de vida mejor. Si desvinculamos ese nombre de aquellas manifestaciones, o las enlazamos erróneamente al camino socialista que hemos emprendido, perdemos el rumbo. No podemos ser re­volucionarios hoy, en este mundo globalizado, si no somos anticapitalistas, si no somos antimperialistas. Si no sentimos como propios las conquistas, los peligros, las humillaciones, de otros pueblos. Si no defendemos la unidad de los revolucionarios cubanos y la de los pueblos latinoamericanos frente al im­perialismo.

No podemos ser revolucionarios si creemos que el mundo tiene el largo y el ancho de una calle, o de un barrio, o de un país. Si aceptamos los consensos que otros construyen, y no construimos los nuestros. Si vaciamos cada palabra de los contenidos de combate, porque de in­mediato serán llenadas de otros contenidos, por aquellos que nos combaten.

Martí, Mella, Guiteras, el Che, Fidel, se parecen demasiado, para que nos inventemos ese asunto de las generaciones. No han dejado de ser jóvenes. Cambian las tareas, las coordenadas, pero no las actitudes, los principios, el horizonte al que siempre nos acercamos sin llegar. Por otra parte, nadie se hace revolucionario de una vez y para siempre.

Hay que nacer como revolucionario cada mañana, cada día. Los papeles no están predestinados ni son inmutables: el héroe de 1868 pudo convertirse en traidor 20 años después; el indeciso de entonces, quizá empuñó las armas con dignidad en 1895; el guerrero valiente de la manigua pudo dejarse seducir por la corruptora política neocolonial; el enérgico antimachadista, desilusionarse de sus ideales de juventud o convertirse en un profesional de la violencia; el revolucionario de la Sierra o del Llano, acomodarse o enredarse en las redes del burocratismo; el escéptico de aquellos días, transformarse en un miliciano fervoroso, en un héroe cotidiano e invisible; el dirigente juvenil, acodado en el balcón de la buena conducta y los aplausos, convertirse en un repetidor de consignas vacías y el profesional rebelde, crecer como tal hasta hacerse revolucionario.

Entre unos y otros, disfrazados, están los oportunistas, los «pragmáticos», los cínicos de siempre. A todos los cerca la historia y, de sus actos múltiples, solo perdura el instante de eticidad fundadora que sostiene a la Patria: «ese sol del mundo moral» que ilumina y define a los seres humanos, según la frase que Cintio rescatara de José de la Luz y Caballero. Una Patria que es Humanidad, que no está en la «hierba que pisan nuestras plantas», o en unas costumbres siempre en evolución, sino en un proyecto colectivo de justicia. Una Patria que aspira a fundirse con la Humanidad, y que mientras, defiende su espacio para fundar, para crear, para proteger la dignidad plena de sus hombres y mujeres.

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iSABEL CRISTINA dijo:

21

21 de septiembre de 2016

12:55:03


UBIETA, SU ART'ICULO ES EXCELENTE, SIN EMBARGO A PESAR DE ELLO , HAY ALGO EN QUE NO SER'IA HONESTA, SINO LO DIGO ES UN ACTO DE FE, FE QUE NO EXCLUYE A NADIE, FE EN LA HISTORIA DE NUESTRO PA'IS EN SU REBELD'IA , EN SU BATALLAR, QUE SIN SU VERBO AL QUE NO PUEDO IGUALAR, PIENSO QUE SER'IA MAS COMPLETO SI DIJERAMOS QUE AUN CON LOS SALARIOS QUE NO ALCANZAN PARA SUBSISTIR, CON LAS DESIGUALDADES YA ESTABLECIDAS QUE NUNCA HUBI'ERAMOS QUERIDO EXISTIERAN, PERO QUE LA VIDA EL MUNDO EN QUE ESTAMOS INSERTADOS Y EL SER UN PA'IS SUBDESARROLLADO BLOQUEADO HACE MUCHO YA ,QUE MOVIO AL MUNDO CON UNA OBRA RADICAL Y GRANDIOSA VIRTUDES Y DEFECTOS DONDE PARA MI LA BALANZA SE INCLINA HACIA LO BUENO REALIZADO ENFRENTA Y ENRRUMBA EL PENSAMIENTO SOCIAL, EN GENERAL DESDE LOS MAS VIEJOS HASTA LOS M'AS J'OVENES, CON, ESE D'IA A D'IA , SALIENDO , CON OPTIMISMO Y , AL MISMO TIEMPO CON LOS VALORES MEJORES INCULCADOS EN NUESTROS CORAZONES , NO PODEMOS DEJAR DE SENTIRNOS OPRIMIDOS CUANDO NO PODEMOS COMPRAR EL ALIMENTO NECESARIO PARA NUESTRA FAMILIA, SOBRE TODO LOS NI;OS, Y LOS VIEJOS LOS JUBILADOS , LOS RETIRADOS EN SU MAYOR'IA DE MUCHA HISTORIA, Y TENEMOS QUE RECURRIR AL DON DINERO,, DE AQUEL QUE SE FUE, O DEL AMIGO, ESO NOS MELLA, NOS DEPRIME, AUNQUE EN MI CASO , SIGUE LA REBELDE REVOLUCIONARIA, Y ROGANDO Y TRABAJANDO ARDUAMENTE EN MI UNIVERSO PERSONAL Y EN EL ENTORNOQUE ME HA TOCADO VIVIR, QUE MIS NIETOS, LOGREN VALORAR CON LA CULTURA DE NUESTRA IDENTIDAD CON LOS EJEMPLOS DE LA VIDA TANTO DE LAS PERSONALIDADES M'AS GRANDIOSAS , COMO LA DE MIS SENCILLOS EJEMPLOS DE FAMILIA, CONSEJOS DE MIS PADRES U OTROS FAMILIARES, LES PUEDO BRINDAR , PARA QUE SIENTAN ORGULLO DE SER NACIDOS EN ESTA TIERRA Y NO EMIGREN , LUCHEN EN ELLA Y QUE AL FINAL, SEAN PERSONAS PRIMERO: BUENAS, PORQUE ESO REAFIRMA LOS MEJORES VALORES, QUE SEAN JUSTOS SIEMPRE Y QUE VALOREN TAMBI'EN CON UNA BALANZA LO BUENO Y LO MALO DE LOS QUE LO PREDECIERON, Y QUE ESTA SE INCLINE HACIA ESE LADO JUSTO, DE EQUIDAD Y SOLIDARIDAD HUMANA. ANTE UN MUNDO DE RETOS DE COMPORTAMIENTO HUMANO. .QUE SIENTAN MUCHO ORGULLO DE SER CUBANOS, Y SIENTAN COMO OFENSA PROPIA QUIEN O QUIENES LO QUIERAN DESTRUIR EN TODOS LOS SENTIDOS. GRACIAS ISA

Marcia dijo:

22

21 de septiembre de 2016

12:56:38


Coincido en la alegría de leer una excelente y oportuna reflexión para los tiempos que vivimos y también en su necesidad de multiplicarla, pero no solo a los jóvenes, sino a toda la sociedad, pues a veces los mismos que tenemos autoridad para tomar decisiones pensamos que el que asume una posición crítica ante algo mal hecho o da una idea con una perspectiva que nos se nos ha ocurrido a nostros, está actuando con actitud distintal al revolucionario y esta reflexión nos ayuda a todos, reforzar conocimientos de quien lo tiene y esclarecer conceptos al que carece de ellos, pero esta reflexión, repito, es muy oportuna para abrir mentes, aceptar, unir, avanzar, que tanto necesita la Cuba de hoy.

david dijo:

23

21 de septiembre de 2016

13:28:10


Interesante artículo más para los que piensan que revolucionan algo cuando hacen cosas atrevidas o cuando exponen sus criterios mediocres y contrarios a lo dispuesto de alguna forma en ley. lamentablemente hay muchos que al disponer del don preciado de la comunicación, exponen esos puntos neurálgicos secuelas de cualquier proceso revolucionario, enarbolan falsos principios y se abstraen a la realidad que nos ha tocado vivir. Algunos incluso lyendo el artículo seguirán pensando que hasta "luchar" por sobrevivir es un acto revolucionario, pero en el fondo en ninguno de esos casos va implícito el sello del revolucionario verdadero, el que realmente necesita la Patria para seguir adelante, Cuántos a nombre y envestidos de revolucionarios se han alejado de las propias organizaciones revolucionarias y mantienen el eslogan de que aun así son revolucionarios, tal vez no sean contrarevolucionarios pero de lo otro solo de pacotillas.

sonia dijo:

24

21 de septiembre de 2016

14:03:15


Es una reflexion, que todo hombre debe conocer, para que sepan en realidad el significado de ser revolucionario...Una palabra que concentra muchos aspectos fundamentales que cada individuo debe visulaizar para en desarrollo de si mismo, en sus principios, en sus valores y en us ideales..

Nicolas dijo:

25

21 de septiembre de 2016

14:33:11


Muy bueno su pensamiento filosófico del socialismo del siglo XXI y no estoy errado ni distante de lo escrito pues lá definicion sociologica és esa .Solo quiero poder comentar en algunos tópicos que en los que no tengo esa opinion ; primero creo que el ser social revolucionário debe y tiene que ser religioso o mejor dicho amante de lo espiritual y és precisamente por ese concepto materialista en mi patria los valores espirituales han muerto o Al menos sufren de una enfermedad crónica y recordando a José Marti ,el fue un gran católico con una fé que proclamo hasta en sus escritos públicos ,sus crónicas (El Marti que yo conoci)una obra muy bien pensada y a la mano de cualquier lector ; y és precisamente en la ausências de esos valores lá sociedad há declinado trayendo como consecuencia lá aparicion de fenómenos sociales muy distante de lá moral socialista y en mi humilde opinion és lá base de cualquier ideologia (Llamele ética social ) ;sino somos capazes de discernir en esta temática estaríamos confiados en que nuestro camino és cierto en cuanto lá realidad és otra. Segundo lá forma de exponer que los comportamientos sociales negativos dentro de lá sociedad socialista és lá forma de expresion del capitalismo ,creo que és un pensamiento fuera de época y nos haria un daño irreversible a nuestra pátria,me explico,yo lo veo desde otro punto de vista, en primer lugar lo vê o como una insuficiência de nuestro sistema educacional y como una falta de vision en el orden ideológico de nuestro Gobierno ,no existe lá perfeccion humana, visto de está manera invocamos acciones futuras para disminuir esta tendência populista y asi lucharemos contra las ideas obtusas del pasado. Usted comenta que el surgimento del capitalismo y cito ... O certeza de vida mejor...) en realidad en el socialismo existe lo que se conoce como calidad de vida;creo que esa percepcion filosófica hay que modificarla porque solo de esa manera podremos darle a los hombres el rol protagonico que tiene y que precisa tener en las sociedades, no puede verse Al socialismo fuera del concepto que lo envuelve en toda sus aristas ,para mi un error arrastrado por mucho tiempo y que origino el fenómeno de lá pirâmide invertida que infelizmente existe en nuestra sociedad Antes de terminar agradesco gentilmente las palabras que se refiere que las universidades no deben ser de o para los revolucionários ,digo mas,debe ser para hombres con valores, inteligência y vocacion ,con vision futura donde su identidad sea una sociedad virgen de ideologias radicales y con vision inclusiva y con un alto nível de tolerância .termino nuestra sociedad tiene que ser radical con lá corrupcion y lá bobocracia ,debe tener un periodismo mas comprometido con El cubano de a pie ,donde puedo llamar Al ministro Al director Al presidente de lá asamblea y exigirle explicacion de su mal actuar, entonces el concepto de revolucionário estaria completo. Gracias un abrazo

Rubert Dominguez Respondió:


22 de septiembre de 2016

09:35:03

Muy buena reflexiones la suya Nicolas, me gusto mucho, también el artículo esta muy bueno para reflexionar y mirarnos en un espejo que se llama conciencia. Si es que a algunos solapados la tienen.

Tamara dijo:

26

21 de septiembre de 2016

15:24:01


Reflexión a mi modo de ver muy personal, aunque documentada. Pero también se es revolucionario: evolucionando, cambiando y tomando lo positivo de los demás. Y no puede desligarse el concepto que da la RAE con la acepción política, porque es el mismo trasfondo. En fin poniendo bien en alto a nuestro Martí, hay que andar más y más y si tenemos que hacer un alto en el camino solo para escuchar lo que nos puede enriquecer pues lo hacemos, solo pensando en el bien de nuestra patria.

chichi dijo:

27

21 de septiembre de 2016

16:03:47


La cantidad de comentarios hablan por si solos de lo necesaria de esa reflexión, seria muy provechoso una mesa redonda con este tema y trabajos en la televisión de ese tipo con opiniones del pueblo. Gracias Ubieta, Heredia, Graciela, Esteban Morales entre otros por hacer honor a sus deberes y convicciones y mantenerse en el combate.

Joel Ortiz Avilés dijo:

28

21 de septiembre de 2016

17:45:03


No tengo el honor de conocerlo Enrique Ubieta Gómez ; ni tengo referencia de su profesión....lo cual buzcaré , para completar la información que usted magistralmente nos ha dado. .....Es importante conocer quién aporta tan sustanciosa reflexión y ver si es consecuente sus actos, con sus pensamientos. ....Necesitamos que este tema sea comentado con mas frecuencia y toque las experiencias que tenemos mediante los estudios socio-políticos que realizamos y la vida diaria, con los ejemplos de currupción que se están dando y otras cosas tan inconsevibles como fue el hecho de violación cometidos por los atletas del equipo de Voliboll masculino..... Ese concepto de revolucionario tan temperamentado a los momentos de hoy, donde se necesita energías, valor, rebeldía, paciencia y combatividad a toda prueba....para poder enfrentar los problemas de todo tipo que no tienen lugar fijo para verlos, ya que están formando parte del entorno de cada cubano. .....Se vive en la casa, en el centro de trabajo, en la calle,.....donde quiera. ¿Qué dificil es ser un verdadero revolucionario hoy?..... ....Usted lo ilustra con el reparto donde vive o vivió . ......!!!!!Pero tengo confianza en el pueblo y su vanguardia!!!!!. Sin chovinismo y con los pies en la tierra. El combate lo ganaremos, porque la verdad está de nuestra parte. ....La Unidad entre los verdaderos revolucionarios, contra los simuladores, disfrazados, los oportunistas, los «pragmáticos», los cínicos de siempre; harán que se quiten las máscaras y tengan que dar paso a la verdad, al resultado del trabajo, al esfuerzo y al valor de luchar siempre. !!!!!Venceremos!!!!.

Hussain M. Al-Hadithy dijo:

29

21 de septiembre de 2016

20:18:06


Una felicitación sincera y merecida a la dirección del periódico Granma, órgano oficial del CCPCC por tomar este tema tan importante en un momento crucial como lo que vivimos hoy en un mundo tan globalizado. Solo me resta decir que este tema debía haber existido hace mucho tiempo atrás, pero nada es tarde cuando la dicha es buena. El artículo de hoy es muy interesante con tremendo valor político y social. Felicito al autor, Enrigue Ubieta Gómez por su magnífico trabajo, y como decía Martí, "Honrar honra"

Reynaldo Bacallao dijo:

30

21 de septiembre de 2016

20:44:40


Artículo tan conmovedor que lo distribuiré a los compañeros de mi radio de acción. Te exhorto a que sigas haciendo artículos como este.

pedro dijo:

31

21 de septiembre de 2016

21:20:33


una leccion para las Actitudes humanas.

pedro dijo:

32

21 de septiembre de 2016

21:22:00


una leccion para quienes usufructúan de los valores revolucionarios. cínicamente falsos.

victor faife perez dijo:

33

21 de septiembre de 2016

22:40:47


Al fin aparece en el Periodico Granma "Organo Oficial del Partido Comunista de Cuba" un articulo de reflexión política, mas alla de los discursos e intervenciones de nuestros lideres . Nos hace falta este tipo de artículos, ...la fortaleza de principios solo sale de la diversidad de criterios.

Michael Vazquez Montes de Oca Respondió:


22 de septiembre de 2016

03:32:16

Totalmente de acuerdo

Michael Vazquez Montes de Oca Respondió:


22 de septiembre de 2016

03:33:23

Totalmente de acuerdo

Antonio dijo:

34

22 de septiembre de 2016

01:00:30


Gracias a Enrique Urbieta por su excelente reflexión. Que tomen buena nota desde Granma pues para ser realmente un medio de comunicación al servicio del pueblo y de la Revolución deberían publicar muchos más artículos de este tipo.

Michael Vazquez Montes de Oca dijo:

35

22 de septiembre de 2016

03:30:07


El articulo de Ubieta más la genial definicion de Fidel de que cosa es Revolucion nos dan magnificas armas para la Batalla de Ideas. Usemoslas Afectuosamente Michael Vazquez

juan dijo:

36

22 de septiembre de 2016

06:35:26


No sé por qué pero esto me recuerda a Mel Brooks.

tomyone dijo:

37

22 de septiembre de 2016

08:55:09


me parece util el comentario , pero debio se mas critico porque para eso como dijo Marx hay que primero que tener un grupo de cosas resueltas y no me refiero a bienes materiales en abundancia pero si respetar la economia , cosas que no hemos hecho nunca y ahora es mucho mas dificil, hay cuestiones en nuestar sociedad hoy que son responsabilidad de la conduccion economica y en eso lo hemos hecho mal durante muchos años y las nuevas generaciones estan carentes de valores y esos defectos que la sociedad creo es ella misma quien debe resolverla , todo no es en blanco y negro , hay matices y aun nos falta mucho por cambiar , yendo al concepto de revolucion , nada que damos para alante y para atras con mucha frecuencia y eso no se analiza , ser revolucionario es como ser joven, es una actitud , no importa quien sea y en eso tenemos deudas y costara trabajo volver a la bella Cuba que tuvimos y tenemos media perdida , no solo el bloqueo es culpable y eso lo refleja la propia sociedad con su actuar, saludos y seguiremos buscando vias para salir de este hoyo en que estamos , saludos

Waldo dijo:

38

22 de septiembre de 2016

10:19:45


Gracias al compeñero Ubieta! Es uno de esas caras que he visto siempre por la TV en la trichera revolucionaria, creo que en puestos modestos, pero muy instruido y comunicador: un revolucionario al pied del cañón (Me disculpan, eso creo!). Otros de su generación, casi la mía, los niños nacidos o crecidos bajo el bloqueo, es decir de la Cuba revolucionaria, se perdieron en el Morro o se desmerengaron, algunos negaron a su sociedad y a su pueblo. Se resumen esta etapa de nuestra Revolución, con Figuras y Figurillas (Reporaje al pie de la horca, de J. Fusic). Por eso mismo los hombres como Fidel y sus fieles compañeros, educaron a muchas de nuestras generaciones con su ejemplo, y no digo que sean perfectos y endiosados, pero sí fieles al pueblo y a la causa de la Revolución. Esos cubanos, una gran mayoría, ya fuerra de la vida laboral activa o casi concluyéndola, sin riquezas y sí con muchas necesidades, siguen siendo fieles a la Revolución. Pero en la etapa actual, la que evoluciona en este mundo globalizado, los revolucionarios tienen que ser necesariamente dialécticos, insentivar el ejemplo personal, la horradez y la laboriosidad. Los cuadros deben ser sencibles, modestos, entregados y sobre todo integrados a los trabajadores de su colectivo. Ya pasan años de cursos superiores de dirección y en los colectivos socialistas no asumen su rol, es mala la comunicación y peor los métodos de trabajo. Es necesario asumir el trabajo social como una obra de AMOR, la sociedad cubana posee la potencialidad creada por la Educación de la Revolución, para ser más inclusiva, cooperativa y colectiva, que el talento y las ideas sean compartidos, respetados y apreciados en bien de todos (realización perosnal espiritual). Hay que alimentar la dignidad humana, la humildad y la sinceridad, la entrega y la cooperación entre todos. Tenemos que hacer una Revolución más culta, humanista y libre! El hombre lobo del hombre, jamás a esta tierra deberá volver! Diaz Canel, cuadros verdaderos ejemplos y periodista fieles a nuestra Patría deberían establecer el DIA del DEBATE PARA LA CONTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO CUBANO, ES DECIR LA REVOLUCIÓN ACTUAL Y FUTURA! La Mesa Redonda a veces ya no vale la pena! Discupas por el tiempo!

Altivo dijo:

39

22 de septiembre de 2016

10:19:03


Necesitamos de esa valentía de decir las cosas por su nombre En estos momentos ni mencionamos la palabra comunista ni nos identificamos con Marx ¿Qué nos está pasando? Si la división del pensamiento resulta de que lado izquierdo o derecho de la mesa política nos sentamos es cierto también que la Revolución se debe hacer con todos y para el bien de todos pero sobre todo con las clases más pobres de la sociedad Cuando el dirigente se acomoda aunque haya hecho Revolución se estanca en su face sedentaria nunca resultará así cuando camina y sufre al lado del las masas porque padece y suda lo mismo que los desposeidos entonces: siente y comprende Muchas gracias por su artículo Se debe hablar como de Martí igual que Marx

Fernando dijo:

40

22 de septiembre de 2016

10:56:13


La pena es que aún en la mente de muchos el concepto de ser revolucionario se reduce en gritar consignas y no criticar lo mal hecho, la falsa unanimidad en que levanto la mano a favor de lo que dicte la mayoría, aunque no esté convencido, el miedo a criticar para que no se prolongue la discusión y pueda irme antes a casa, acabando con el debate en pro de mi tiempo libre. La obsesión en acallar al que piensa diferente hace mucho daño y no es revolucionario, la función del rvolucionario es convencer, no solo de palabra, sino con hechos, revolucionario no es compararnos con otros, para demostrar que esos otros (escogidos) están peores, revolucionario es compararnos con nosotros mismos, para saber lo que hemos avanzado.