ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Hace un viernes exactamente estuve en Tamarindo, no en el pueblito avileño cercano a Florencia, que cuenta entre sus hijos ilustres al dramaturgo y crítico teatral Amado del Pino, sino en el vórtice de un Consejo Popular del municipio capitalino de Diez de Octubre, a pocas cuadras de “la Calzada más bien enorme de Jesús del Monte, donde la demasiada luz forma otras paredes con el polvo”, de acuerdo con los versos memorables de Eliseo Diego.

A este Tamarindo habanero, de donde salió la reconocida actriz Fela Jar y el notable dibujante humorístico Blanquito, llegó Silvio a compartir con sus vecinos el concierto número 74 de su gira por los barrios —tiene razón el héroe Tony Guerrero al calificarla como “gira interminable”— junto a Diana Fuen­tes, que elevó Otra realidad a otra dimensión del bolero, y la catalana María del Mar Bonet, quien imantó a la comunidad al interpretar Qué quieren esta gente, fechada en 1968 cuando en plena dictadura franquista los servicios secretos del régimen ayudaban a “suicidar” a algunos rebeldes, y Amor de indio, hermosa página brasileña recién grabada por ella en Cuba con el apoyo del pianista Alejandro Falcón.

Silvio acostumbra a donar libros a la comunidad en cada concierto. En este caso, los entregó a una escuela del barrio. En su blog Segunda Cita, Silvio escribió una breve reseña del concierto en la que contó un hecho que a todos nos llamó la atención y que motiva este comentario: “Después de hablar de la donación de libros una señora del público me pasó un papelito escueto, diciendo que libros había pero que faltaba amor. Lo mencioné después, desde el micrófono, garantizándole que estábamos allí por amor, aunque sé que ella no se refería a nosotros”.

El reclamo contenido en el mensaje trasciende lo anecdótico para hacernos reflexionar sobre algo que no debemos olvidar: el vínculo entre intelección y sentimientos, que se inscribe en otro más abarcador: entre instrucción y cultura.

Lo anterior tiene que ver con la formación cívica y la manera en que esta se hace efectiva en la convivencia ciudadana. Si bien nuestra sociedad garantiza el más pleno acceso a la escuela y ofrece amplias posibilidades para cultivar el talento, no siempre esto se traduce en valores incorporados a acciones, actitudes y conductas cotidianas.

Tales disfunciones se observan en diversos planos de la realidad: egos exacerbados, crispaciones innecesarias, irrespeto crónico, incumplimiento de normas, intolerancia, invectivas, chismorreos, griterías, confusión de lo público con lo privado. Hay individuos que van por ahí haciendo caso omiso de las reglas básicas de la cortesía o desconociendo los más elementales deberes ciudadanos.

Botón de muestra, esta misma semana durante un viaje en ómnibus entre Cienfuegos y La Habana. A la altura de Jagüey, una parada para tomar un refrigerio. El chofer advierte a los pasajeros que no deben subir alimentos al vehículo. Dos individuos desoyen la petición. El chofer se dirige a ellos en correcta forma y uno responde con la boca llena: “Yo en mi casa como donde quiera, hasta en la cama, y nadie se molesta. La guagua es pública y yo pagué el pasaje”.

Llevado esto a escala de barrio, de cualquier barrio, pudieran prodigarse los ejemplos. ¿Es tan difícil vivir armónicamente en una comunidad? ¿Es tan complicado fomentar un clima de entendimiento entre seres humanos?

Recuerdo un concepto expresado por Carlos Rafael Ro­drí­guez, pensador a quien deberíamos revisitar con frecuencia: “La cultura es, ante todo, una forma de vida”.

Lo que la señora pidió en el papel que le pasó a Silvio en Tamarindo no es amor en abstracto, sino la prevalencia de un principio esencial en una sociedad como la nuestra. Si somos consecuentemente martianos, que no nos falte esta definición: “El amor es el lazo de los hombres, el modo de enseñar y el centro del mundo”.

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Orestes Oviedo dijo:

1

3 de junio de 2016

12:51:22


EL MAESTRO MAS ERUDITO DEL PERIODISNO CUBANO EXPRESO. LA PRENSA no puede ser, en estos TIEMPOS DE CREACIÓN, mero vehiculo de NOTICIAS, ni mera sierva DE INTERESES, ni mero desahogo de la EXUBERANTE Y HOJASA IMAGINACIÓN. O. C. Tomo 9 pag 326 No es oficio de la PRENSA PERIÓDICA INFORMAR LIGERA Y FRÍVOLAMENTE sobre los HECHOS QUE ACAECEN O CENSURARLOS con mayor suma de afecto o adhesión. Toca a la prensa, ENCAMINAR, EXPLICAR, ENSEÑAR, guiar, dirigir; TÓCALE EXAMINAR LOS CONFLICTOS, no irritarlos con un juicio apasionado; NO ENCARNIZARLOS con un alarde de ADHESIÓN tal vez extemporáneo, TÓCALE PROPONER SOLUCIONES, MADURARLAS Y HACERLAS FÁCILES, someterla al consulta y reformarla según ella; tócale en fin, ESTABLECER Y FUNDAR ENSEÑANZA, SI PRETENDE QUE EL PAÍS LA RESPETE y conforme a sus servicios y merecimiento LA PROTEJA Y LA HONRE. O. C. Tomo 6 pag 263 SALUDOS CORDIALES oVIEDO

Elvira garcia Carballal dijo:

2

4 de junio de 2016

08:51:33


Bien por Silvio y por usted,la falta de amor me preocupa más que la falta de alimentos: "Solo el amor engendra la maravilla". Es una lástima que los mensajes de la prensa escrita y la televisión no llegan a las personas que las necesitan ,ellos no ocupan su tiempo en estos menesteres y mientras se le permita todo a todos ( indisciplina social por ejemplo) no auguro un futuro "Amoroso"

Maria Valdés Rodda dijo:

3

5 de junio de 2016

15:49:41


Respeto mucho al colega Pedro, y a esta página de Granma, con temas de interés y educativos para la población, pues es importante cuidar nuestro capital simbólico y el sentimiento de amor, siempre fue una de las cosas que instauró la Revolución en el pueblo. Y si no recordar esa idea del Che de que ser revolucionario implica amar profundamente la obra. Agradezco además a Pedro, por recordar a Fela Jar y a Blanquito. A veces con las premuras nos olvidamos de nuestros queridos "viejos". En lo personal soy nuera de Francisco Blanco, Blanquito, y creo que merece de esos estímulos públicos pues muchas veces los jubilados se sienten mal por la falta de intercambio social. GRACIAS GRANMA. Una amiga y colega.

Ernesto dijo:

4

6 de junio de 2016

09:16:05


Estimado Pedro,tu articulo esta muy bueno,creo que debemos enfrentar estas acciones de mal gusto aunque creo que es un poco tarde ya.Hay que hacer conciencia desde pequeno que las leyes hay que cumplirlarlas y ademas hay que tener sentido comun.Ensenar a los pequenos que lo mal hecho es detestable,no tirar las latas vacias a la calle,los papeles,los desperdicios,no decir malas palabras,hablar en voz alta,entre otras cosas. Hay que comenzar desde pre escolar y hacer enfacis todos los dias,de lo contrario en 20 anos tendremos a los mismos jovenes de hoy en dia,sin valores.

luis Respondió:


8 de junio de 2016

16:09:15

Estoy de acuerdo con ud pero eso solo se logra si los organos represivos del estado cumplen su función que para eso estan creados en todos los paises del mundo y si observamos bien solo se cumplen en paises que cuando cualquier ciudadano incumpla lo establecido se castiga fuerte y por eso decimos que esos individuos que nos visitan son educados ....

mary dijo:

5

7 de junio de 2016

15:30:45


muy bueno el comentario pero de verdad ernesto piensa que los mas jovenes son los que no tienen valores

francisco dijo:

6

8 de julio de 2016

13:01:28


Pedro la indisciplina en la via,la falta de ese pricipio escencial que es tambien ser humano en todo el sentido de la palabra, lo encontraras en tamarindo ,en miramar y ten cuidado hasta en la escala de Milano,agreguele a ello que la inclinacion a la musica y los ritmo en nuestras dias no son favorable a la trova,que en mis tiempos y en la actualidad entra en mi placer de escuchar,hoy la estridencia,los ruidos y la musica sin respaldo melodico, ni letras han formado parte del ya nombrado gusto popular.Cada persona un mundo,lo mas importante aqui seguimos con tiempo para rectificar.

Ana María dijo:

7

10 de julio de 2016

18:27:22


el amor definido asi alcanza tambien para los libros...Gracias por su comentario , ojalá logre su pueblo conservar su buen natural en esta etapa de transición,