ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Por mucho que se haya dicho, el mal del reunionismo continúa haciendo de las suyas en cualquier rincón del país. Los múltiples llamados realizados a combatir ese nocivo fenómeno no han logrado frenarlo.

Y no es que deba declarársele la guerra, porque hay reuniones y reuniones, algunas de ellas muy necesarias, las cuales resultan ser concretas y bien conducidas, donde quien las preside toma, como se dice en buen cubano, el toro por los cuernos y va de manera directa al problema, sus responsables y las posibles soluciones. Claro, esas son las menos.

En ese caso las cosas son llamadas por su nombre, sin tantos rodeos ni edulcoraciones. Para ello no es necesario consumir tanto tiempo, porque si algo bueno existe en este país es que todo está normado y reglamentado, solo que no siempre se cumple lo establecido.

Otras, en cambio, sirven para escuchar diatribas y disertaciones filosóficas sobre tal o más cual tema, sin aportar nada nuevo al debate y ninguna salida novedosa a los problemas planteados.

Esas, por lo general son largas, aburridas y te­diosas, donde solo el respeto hacia la presidencia y los más elementales principios de la decencia, hacen al auditorio permanecer en el lugar. Allí, prima, desde luego, mucha improvisación y la carencia de una agenda bien preparada.

Mientras eso ocurre, afuera, en la calle, el barrio, la comunidad, la escuela, el restaurante o el hospital, por solo citar algunos lugares donde bulle la vida de los cubanos, muchas cosas no marchan como debieran, aunque a ciertos personajes, de esos que permanecen la mayor parte del tiempo congregados, les parezca que no es así.

Y eso sucede, porque no es igual ver los acontecimientos desde una oficina o una reunión, a cuando estos son observados en contacto directo con la gente, que por lo general casi siempre es dueña de la verdad.

Si algo nos enseñó durante muchos años el Comandante en Jefe Fidel Castro, es que el vínculo directo con las masas resulta un instrumento insustituible para saber cómo piensa el pueblo. Solo a través de esa relación estrecha, en el surco, la guagua, el carretón de caballo, la terminal, la fábrica o los más disímiles lugares frecuentados por el soberano, podrá conocerse la verdad de los hechos y sus posibles soluciones.

Quien no recorra las panaderías que elaboran el pan consumido por la población, jamás podrá saber de su mala calidad; aquel que no se haya detenido en un punto de recogida, tam­poco logrará sensibilizarse nunca con las vicisitudes de la población con el transporte; y para qué hablar de buena parte de las instituciones que prestan servicios, las cuales debían estar de forma perpetua en la agenda de quienes dirigen.

Dudo mucho que esos que casi nunca se dignan a entrar en contacto con la realidad, puedan encauzar un buen debate en una asamblea o actividad donde se trate de encontrar remedios adecuados a los enormes retos que impone el día a día de los cubanos.

Tampoco sería correcto generalizar, porque en honor a la verdad, existen cuadros honestos, trabajadores y llenos de buenas intenciones, quienes quisieran cambiar su modo de actuación, aunque no pueden hacerlo porque consumen la mayor parte del tiempo en despachos y actos burocráticos convocados por sus superiores.

Si algo debe cambiar en la nueva etapa que vive la Revolución en sus aspiraciones de auto perfeccionarse, son los métodos de trabajo arcaicos y anquilosados que nada han aportado hasta ahora, los cuales pudieran ser sustituidos por otros más ágiles y frescos, que pongan como prioridad la cercanía al pueblo y a sus problemas.

Termino con un buen ejemplo que de­muestra que no siempre las reuniones, despachos, “topecitos” y toda esa trama bu­ro­crática que se ha inventado, resulta el elemento decisivo para impulsar las tareas.

Ridel Navarro Gómez, el presidente de la CPA Hermanos Castillo, de Corralillo en Villa Clara, convoca una vez al mes a la membresía de la cooperativa, y se encuentra con su junta directiva una sola ocasión por semana, sin em­bargo, tiene un rendimiento cañero que ha logrado acercarse y hasta superar las 80 toneladas por hectárea, alcanza un costo por peso a 0.34 centavos, hace más de 20 años que allí no hay delito contra el ganado, la mortalidad vacuna está en 1,6, y por si fuera poco, entrega casi 100 000 litros de leche al año y 50 toneladas de carne.

La receta de este humilde campesino es muy sencilla: el contacto directo con los cooperativistas en el surco, la corraleta o el cañaveral. No existe otro camino.

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Perucho dijo:

21

2 de diciembre de 2014

13:28:42


Ruso, usted propone hacer mas reuniones para debater y analizar lo malas que son las reuniones porque el unico objetivo que cumplen es el de reunirse. Discrepo.

Perucho dijo:

22

2 de diciembre de 2014

13:34:36


Que los dirigentes bajen diez escalones para conocer del problema me parece un disparate por lo poco producente que es. Los problemas deben ventilarse de abajo hacia arriba y no viceversa. Lo que pasa es que todo el mundo quiere quedar bien ante el inmediato superior. Es un problema cultural y va hasta en los eufemismos que usamos. Recuerdo cuando las auditorias se llamaban 'control y ayuda' en realidad eran control y pedir cuentas.

Perucho dijo:

23

2 de diciembre de 2014

13:38:42


Lo que pasa es que el cuadro que dirige no tiene que ir a la base; deberia salir de la base y asi conocer el problema desde que se este gestando. Muchos de nuestros dirigentes van a las reuniones a aprender. Cuando se tiene "cuadros profesionales" dirigiendo algo de lo que no saben mucho es logico que esto pase. Una vez trabaje en una empresa de taxis donde el gerente era licenciado en ciancias sociales y de transporte no sabia un comino. Pero eso si, habia que reunirse todos los dias dos y tres veces por largos ratos muy improductivos.

LABALA dijo:

24

2 de diciembre de 2014

16:01:02


Una cosa es cierta...para dirigir hay que escuchar al pueblo, al trabajador y garantizarle de manera justa sus intereses.....quien no lo haga es un dirigente fracasado o atornillado de por vida....mientras que para producir se necesite la aprobacion de quienes no producen nada y cuando el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes sino con favores, estamos bien embarcados.....ya yo no a reunions voy porque siempre se escuchan las mismas palabras, solo cambian el orden en la expresion

Mandy dijo:

25

2 de diciembre de 2014

20:15:54


Perucho tu trabajas en mi centro de trabajo, porque quien dirige en el y no voy a especificar, porque me gusta mi trabajo, es graduado de escuelas superiores de una pila de cosas pero nada a fin a lo que dirige, y sabes no le da verguenza, puede alguien que no conozca absolutamente nada de una actividad, aceptar dirigirla? esos personajes ya de por si son amorales y si para colmo no tiene la inteligencia de hacerlo, entonces empeora las cosas, hay actividades y actividades, y en algunas es indispensable conocer lo que se dirige, ejemplo de eso es cuando tienes en tus manos la vida de muchas personas, pues te dedicas a la seguridad de los transporte aereos y maritimo, recomiendo al ministerio de transporte que revise la experiencia de sus cuadros.Gracias

Eusebio dijo:

26

4 de diciembre de 2014

10:42:23


Muy buen artículo la felicito pero sabe que tiempo hace que nuestro Líder habla de las reuniones innecesaria que se ha hecho desde ese tiempo como dice un comentarista adornar lo temas para que los superiores se sientan agradecido así cuido mi puesto de trabajo sin importar que las reuniones 3 al mes como mínimos aporta muchos a la economía como se sabe estas tienen que ser en horario de trabajo por eso es una de las teoría en Cuba de Reunión en Reunión se va el año y nunca al surco

Paul Poullet dijo:

27

5 de diciembre de 2014

12:44:13


Saludos, muy genuina e histórica la problemá tica planteada y muy concretamente resuelta por el Sr. Navarro en el ejemplo citado. De una manera concisa y precisa, pero no menos complicada, maneja sus reuniones y se mantiene manos a la obra. Todo lo contrario a la opinión general gastada, cuando tu perteneces a un ente cualquiera gobierno o empresa privada y el mero hecho de cumplir con la asistencia te auto-justifica y conforma con tus deberes y funciones. Como único tu puedes medir resultados es con producción... El científico no produce sino experimenta rduamente en su laboratorio y el empleado no puede exigir mas beneficios por asistencia perfecta sin evaluar le su producción. En mi isla hermosa de Puerto Rico existe un mal desastroso que le llamamos el circo mediático,donde la mayoría de los llamados lideres invierten su tiempo y energía durante las horas del día en que se produce. Días, horas, minutos perdidos. Continua produciendo tan buenos escrito, mucha salud!

Percy dijo:

28

22 de diciembre de 2014

18:23:42


Estoy completamente de acuerdo. Hablar menos y hacer mas