ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Qué compleja tarea la de definirle un significado exacto y transparente a la palabra planteamiento.

Dicha así, sin ubicarla en contexto, con esa soledad y triste aislamiento que tienen los vocablos en los diccionarios, la empresa parece fácil; pero cuántas interpretaciones, expectativas, confusiones y dudas, afloran si la situamos en su más caliente caldo, digamos que en el más recurrente y popular de los contextos para este término: la rendición de cuenta del delegado del Poder Popular ante sus electores.

El tema no es casual. Recién comenzó el tercero de estos procesos en el mandato actual, y otra vez volvieron las reuniones en los barrios, el papelito repartido casa a casa, el cartel de convocatoria pegado al poste más popular de la cuadra: Día 20 de abril, 8:30 p.m., frente a la casa de Felo. ¡¡NO FALTES!!

¿Por qué nos están faltando algunos vecinos a estas reuniones? ¿Por qué ciertos gestos de incredulidad y desconfianza en algunos? ¿Cuánto de lo planteado se respondió, o mejor aún, se resolvió? ¿Quién respondió o resolvió?

Pero el meollo, creo, no es la reunión en sí misma, ni su dramaturgia unas veces reposada, otras veces —las más— de tensiones in crescendo. El problema está en las causas que propician el ambiente: la atención que de verdad se da, entre proceso y proceso, a todo lo que la población plantea, y que muchas veces se viste con los ropones incómodos de la formalidad y el desentendimiento.

Reside también en que deberían ser siempre los directores o los miembros del consejo de dirección de una entidad, quienes acudan a explicar en el barrio el por qué de las cosas y no enviar a alguien por pura formalidad.

De todos los planteamientos, los que más rápido y mejor se despejan son siempre los que resuelven las masas, allí mismo en el barrio. Con ellos la vecindad demuestra a cada rato su gran capacidad de actuar en colectivo y resolver varios problemas comunes: el patio enyerbado de Marisela, la música exagerada de Adonis, la poca atención al médico nuevo del consultorio, la basura arrojada fuera del contenedor…

Pero por regularidad, las insatisfacciones son mayoría porque también son más los reclamos a entidades administrativas, para que solucionen “problemas gordos” que ya no están al alcance de la voluntad del barrio, ni de las herramientas del plomero Paco, ni de la higienización masiva del domingo, ni en el buche de café o el refresco frío con que la vecina colindante premia a media mañana al doctor en la consulta.

¿Cuántas veces un salidero sobrevivió al periodo de una reunión a otra, o una fosa repleta, o el desabastecimiento de la cafetería por deficiente gestión, o el pan “malfacturado”, o el alumbrado defectuoso sin apenas una revisión… ni una respuesta?

Para esto el mecanismo está escrito, y el método legislado en un acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros. Después que la idea se convierte en planteamiento, pasa a un acta, luego a un registro en la sede de la Asamblea del municipio, a la clasificación por tema, y finalmente a la entidad responsable. El elector no sabe esto, pero espera.

Allá, en la entidad, muchas veces el planteamiento aguarda clasificar en los temas del próximo consejo de dirección, y evolucionar entonces a un acuerdo “para dar respuesta”. ¿La verdad?, no siempre lo logra espontáneamente, sin un corrientazo desde el Gobierno.

De todo este entramado el elector ni se entera, y solo al delegado le exige una respuesta. En definitiva fue a quien se lo planteó, y aunque este perdió las suelas en el trámite, su gestión siempre es evaluada por sus frutos, y estos no siempre maduran adecuadamente.

Todos conocen las limitaciones de hoy, de recursos, de inversiones necesarias, y en torno a ellas hay respuestas que pueden convencer. Pero siempre, para ser creíbles, se necesitará un argumento que implique, cuando no una solución, al menos una proyección real y posible.

Deberían ser mayoría los planteamientos sin solución inmediata que la entidad incluye en la planificación económica del año siguiente.

Lamentablemente la postura de algunas administraciones, que no asumen con seriedad este proceso, empañan la imagen del delegado y todo lo que significa su ejercicio en la materialización del verdadero poder popular.

En ello deberían pensar quienes a veces protagonizan escenas como la ocurrida a aquel delegado conocido, que me contó el insólito episodio de un hombre de casco y uniforme gris que tocó a la puerta de su casa, para entregarle respuesta de un planeamiento recurrente.

Sus electores no pedían siquiera lámparas nuevas, sino la revisión del alumbrado de la comunidad, porque varias bombillas fallaban casi a la vez y podría ser provocado por un corto, o la suciedad acumulada en el cristal.

“Vengo por la Eléctrica para informarle que el planteamiento no tiene solución, porque no disponemos de suficientes carros-cestas. Aquí está el papel, para que firme”.

La insólita sorpresa solo le permitió a mi amigo soltar un NO rotundo, categórico, que se estiró en un largo aturdimiento; porque en su lógica no cabía la imagen de aquel hombre de casco y uniforme, que montó al carro mascullando, tiró la puerta, y se perdió en la nube de polvo que sobre el terraplén levantó aquel flamante carro-cesta.

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francisco dijo:

21

24 de abril de 2014

08:26:11


El problema tiene muchas aristas. Casi todas ellas se constituyen en violaciones de nuestra Constitución por responsables (irresponsables?) de entidades estatales, de todo tipo. Esos señores no se han leído ni una sola vez en su vida la Carta Magna de Cuba. Y la violan y ya. El Delegado es la base del GOBIERNO CUBANA y por ello tiene, en ley, una autoridad que dimana del PUEBLO que lo eligió. No es un lleva y trae ni un rogador de favores. El delegado NO NECESITA APOYO, lo que NECESITA ES RESPETO A SU AUTORIDAD! Creo que es ya hora de crear una DEFENSORÍA del PUEBLO y un TRIBUNAL CONSTITUCIONAL para llevar a llevar a esos se­ñores que se creen ellos mismos ser el gobierno. Nuestra democracia socialista necesita ser defendida a toda costa y desde arriba, el pueblo, y desde abajo, los servidores públicos.Un jefe de una entidad es seleccionado por otro jefe y por ello, ante los problemas del pueblo, no tiene otra autoridad y si tiene el mandato constitucional de resolver los problemas. Eso es la base de nuestra democracia. Recuerden que la burocracia es enemiga de la Revolución. Y al burócrata se distingue rápidamente por los siguiente: el no busca soluciones a los problemas, el tiene una única solución y anda en busca de cualquier problema para aplicarle esa solución. Solo que la solución es de ese tipo que usted relata en la anécdota: NO TIENE SOLUCIÓN POR BLA, BLA, BLA. Y luego se ofende cuando hay una actitud de rechazo a sus mecanismos contrarrevolucionarios. Y recuerden también que todo burócrata termina, o empieza, siendo un corrupto.

el ninja dijo:

22

24 de abril de 2014

21:43:32


A quien se subordina el delegado, al PP municipal y este al provincial y este, a la asamblea nacional, moraleja, saque sus propias con luciones.

patricio perucho dijo:

23

6 de mayo de 2014

16:26:31


Te felicito y te respeto por tu articulo lo has hecho despojado de temor o miedo, veo que tienes coraje, esta muy bien redactado y tambien comentado. Ahora me sumo yo y solo quiero agregar algo porque la base de los PP son el delegado y para que Ud. quiere una estructura social-administrative municipal, provincial y nacional superior al Delegado ya que si este no funciona para lo que fue designado no retroalimenta los organos superiores, es una cadena infuncional. En lo personal considero sin entender como es posible que hoy muchos companeros con inteligencia, preparacion y aptitudes acepten el cargo de Delegados para prestarse a la burla del vecindario porque no pueden resolver nada. Creo que una persona que se respete por si misma debe reflexionar y decir que pongan a otro que se deje utilizar como punta de lanza pues a veces perdemos la verguenza.