ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Bruno Rodríguez Parrilla, miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, señaló en su cuenta de X la falta de voluntad de los países industrializados para asumir los retos del desarrollo sostenible, según el informe Progresos realizados para lograr ODS, elaborado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El canciller de la Mayor de las Antillas resaltó la incapacidad global ante temas medulares de la agenda común de la supervivencia humana, entre ellos el enfrentamiento al cambio climático, la paz, la seguridad, el financiamiento para el desarrollo y la cooperación internacional.

Afirma el texto que solo el 35% de las metas poseen buen rumbo o avances moderados, cerca de la mitad avanza con lentitud y el 18%, lejos de mostrar consolidación, retrocede.

Más de 800 millones de personas viven en la pobreza extrema y azotados por el hambre –uno de cada once en este último flagelo–, mientras miles de millones carecen de agua potable y saneamiento, víctimas todos de un sistema global basado en la concentración de las fortunas y la socialización de la miseria, características agravadas debido a la crisis multidimensional planetaria.

La ansiedad climática aumentará cuando los más preocupados por la destrucción de las condiciones naturales lean sobre continuos récords de calor y la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, la más elevada en un período superior a dos millones de años.

El informe, presentado por el secretario general de la ONU António Guterres, alerta acerca de la cifra de más de 120 millones de individuos desplazados, cifra superior al doble de la establecida una década antes. Entre tanto, los costos del servicio de la deuda en los países de ingresos bajos y medios alcanzan los 1,4 billones de dólares, un inmenso impedimento para destinar recursos a desarrollos cruciales. 

Todavía falta demasiado en los esfuerzos por la igualdad de género pues las mujeres realizan 2,5 veces más trabajos de cuidados no remunerados con respecto a los hombres, mientras los afectados con discapacidad continúan desprotegidos como regla general.

Ante estas realidades, vale preguntarse qué importancia le otorgan las personas, grupos, gobiernos, entidades y naciones con mayor capacidad decisora en el destino mundial a las alarmas prendidas por Fidel Castro Ruz en la Cumbre de Río-1992.

En su inolvidable discurso, el Comandante en Jefe planteó las antípodas de vida o muerte: «Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre. (…) Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo».

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