ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ilustración tomada de Razones de Cuba

«Un diplomático en un país que está ahí por la cortesía del gobierno, es un visitante que, como todo visitante de cualquier país del mundo, debe respetar las condiciones, las características del país donde está. A este hombre evidentemente le han dado una misión muy importante; la misión de ser un agresor, ser la representación de un gobierno agresor», expresó el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández Cossío, en una exposición de caricaturas contra el bloqueo celebrada hace unas semanas.

El jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, estuvo recorriendo el territorio nacional. Con sus «visitas» tenía la intención de fomentar la narrativa de que el gobierno norteamericano se «preocupa» por el pueblo cubano, pero nada más lejos de la verdad.

A principios de mayo, Hammer difundió un breve video en el que anunciaba que recorrería la isla para escuchar a «cualquiera que quisiera compartir sus perspectivas e ideas». El mensaje fue publicado en las redes sociales oficiales de la embajada estadounidense en Cuba.

Desde entonces el diplomático norteamericano sostuvo encuentros con algunos de los elementos más notorios y reaccionarios de la contrarrevolución. «Se sabe que incita a las personas a pronunciarse contra el gobierno, a actuar contra el estado cubano, a hacer acciones que violen las leyes de nuestro país. No estamos diciendo que él las viola, pero incita, escudándose en la inmunidad diplomática que posee, a actuar de esa manera», señaló el Viceministro de Relaciones Exteriores cubano.

Las autoridades estadounidenses afirman que estas reuniones son solo una forma de «conocer el país» y «escuchar a los ciudadanos cubanos»; sin embargo su actuar es considerado injerencista y viola el artículo 41 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que establece que «el personal diplomático está obligado a no inmiscuirse en los asuntos internos del Estado receptor».

Las acciones del representante norteamericano son totalmente opuestas a los principios de la diplomacia y contrarias a la diplomacia que promueven los funcionarios cubanos en Estados Unidos.

«La embajada de Cuba en los Estados Unidos, en primer lugar, se comporta con el respeto a las leyes de Estados Unidos, con pleno apego a la Convención de Viena. Su función es tratar de promover las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, establecer los lazos de cooperación, de entendimiento, de contacto que merecen el pueblo de los Estados Unidos y el cubano», subrayó Fernández Cossío.

La actitud anti-diplomática de Hammer solo es un reflejo de la creciente y cada vez más creativa, hostilidad del gobierno norteño contra Cuba. Hostilidad que lejos de «ayudar al pueblo», lo afecta y hace sufrir las consecuencias de casi 70 años de agresiones criminales.

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