Al amanecer del sábado, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó el acto político y ceremonia militar en ocasión del aniversario 80 de la victoria sobre el fascismo.
En el Mausoleo al Soldado Internacionalista Soviético tuvo lugar el homenaje, que comenzó con la colocación de ofrendas florales ante la llama eterna, en nombre de la Federación de Rusia, de las Repúblicas de Belarús, Kazajistán y Azerbaiyán, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
Viktor Koronelli, embajador en Cuba de la Federación de Rusia, recordó que hace 80 años terminó la guerra más sangrienta en la historia mundial, dejando huellas imborrables, y alertó que, en la actualidad, «somos testigos de los intentos de tergiversar la verdad sobre la Segunda Guerra Mundial».
Recordó también el coraje y el heroísmo de millones de ciudadanos soviéticos, y puntualizó que la victoria fue el resultado de la unificación de todos los países que formaron la coalición antihitleriana. Calificó como deber sagrado evitar otra contienda mundial, y alertó del peligro del resurgir del fascismo.
En el momento de cierre de la ceremonia, Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido, se refirió a la trascendencia que tuvo para la humanidad la victoria sobre el fascismo. Destacó la hazaña de los pueblos que, «de forma firme, heroica y decisiva derrotaron las fuerzas nazi-fascistas durante la Segunda Guerra Mundial».
El aniversario 80 de este hito trascendental es también un día para recordar, honrar y reflexionar sobre las lecciones que dejó la victoria sobre el fascismo, resultado de la valentía de millones de personas que lucharon en diferentes frentes, enfatizó.
En sus palabras, Morales Ojeda resaltó que «solo la unidad, el heroísmo y el patriotismo de todos los pueblos que conformaban la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas pudieron contener y aplastar a la maquinaria bélica fascista».
De igual manera, alertó acerca de las amenazas actuales del imperialismo estadounidense y los peligros que acechan a nuestros pueblos de manera permanente.
«Hoy debemos entender el significado del fascismo como la expresión más acabada del pensamiento reaccionario burgués e imperialista», aseveró; y añadió que este aniversario tiene lugar cuando la ideología fascista y sus prácticas tratan de reinventarse adquiriendo las más diversas formas, y recordándonos que el espíritu cruel y despiadado permanece en las mentes de las élites oligárquicas e imperialistas en varios países del mundo.
El Secretario de Organización del Comité Central del Partido no pasó por alto el digno aporte de Cuba a la victoria sobre el fascismo, y la sangre de los cubanos caídos en batalla, que así lo atestigua.
«Conmemorar la victoria sobre el fascismo no es solo recordar el pasado, es también un llamado a la acción en el presente. Hoy más que nunca es necesario mantener viva la memoria de la lucha antifascista y transmitirla a las nuevas generaciones», aseguró Morales Ojeda.
Finalmente, ratificó que Cuba, su Partido y su Gobierno mantienen su compromiso irrevocable de seguir al lado de las causas justas y hacer prevalecer su práctica solidaria, de compromiso con la defensa de la libertad y la dignidad humana.
Al acto político y ceremonia militar también asistió el general de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
El Presidente de la República depositó rosas blancas ante la escultura que recuerda al general de Ejército Issá Aleksándrovich Plíyev –dos veces Héroe de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial– quien fuera designado jefe de la agrupación de las tropas soviéticas en Cuba, durante la Crisis de Octubre, en 1962.
UNA HISTORIA COMPARTIDA
«Cuba siempre podrá contar con el apoyo de Rusia; nuestra gran tarea conjunta es hacer realidad todos los planes y proyectos, siempre en bien de nuestros pueblos hermanos; y no tengo dudas de que, trabajando hombro con hombro, pese a todos los designios de nuestros adversarios, superaremos las dificultades». Así lo expresó Koronelli, en otro acto el sábado, por el aniversario 65 del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y la entonces Unión Soviética.
El encuentro también fue encabezado por Díaz-Canel, y asistieron los miembros del Buró Político, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del poder Popular; Manuel Marrero Cruz, primer ministro; Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central, y otros dirigentes.
El embajador ruso expresó que entre los socios de Rusia en América Latina y el Caribe, «Cuba tiene un lugar especial. Es nuestro aliado clave en la región». Resaltó «el carácter singular» que les confiere su país a los nexos con la Isla, «que se basan en el sólido fundamento histórico y no dependen de la coyuntura externa».
En la clausura, Lazo Hernández destacó que la relación entre ambas naciones «ha devenido fraternidad entrañable, basada en la solidaridad, el respeto mutuo, la confianza y la lucha compartida por un mundo mejor».
La amistad que por más de seis décadas han forjado nuestros pueblos y gobiernos –reflexionó– está invariablemente vinculada a la visión del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz.
La Unión Soviética –recordó– extendió su mano fraterna a Cuba; juntos enfrentamos bloqueos, amenazas y otros desafíos; también construimos nuestros sueños de justicia social, equidad y desarrollo para nuestros países y para otras naciones con las que contribuimos en sus luchas contra el colonialismo o la independencia y la soberanía.
Destacó los fluidos intercambios entre ambas naciones, con visitas al más alto nivel en los últimos años, y ratificó la
preocupación de Cuba por la doctrina militar crecientemente ofensiva de ee. uu. y la otan fuera de sus fronteras, la retórica agresiva y las sanciones unilaterales contra Rusia y los intentos de aislarla.
Agregó que la agenda económica bilateral ha permitido proyectar y orientar los esfuerzos en correspondencia con el plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de Cuba hasta el año 2030.
«Que este aniversario –dijo– no sea solo un momento de reflexión sobre el camino recorrido, sino un asidero hacia un futuro más próspero para ambas naciones, por la certeza de que avanzaremos juntos en ese objetivo por el bienestar de nuestros pueblos», subrayó.
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