El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostró en recientes declaraciones a la prensa la disposición de ser «muy amable» con China, y buscar la manera de «trabajar juntos».
Expresó, además, que existe la posibilidad de bajar «sustancialmente», sin que lleguen a cero, los aranceles impuestos por su Gobierno al gigante asiático, a la vez que reconoció que las tarifas al 145 % son muy elevadas. Según informó Reuters, los gravámenes descenderían hasta situarse entre el 50 % y el 60 %.
Trump aseguró tener «una excelente relación con el presidente Xi Jinping», y estar «preparando el terreno» para potenciar las relaciones entre ambas naciones.
Un despacho noticioso de Xinhua informó que el Gobierno chino declaró que la Casa Blanca, «si quiere negociar, tiene las puertas abiertas», pero debe «dejar de ejercer presión» y mostrar «respeto» para superar las tensiones comerciales mediante negociaciones y diálogo.
Sobre los esfuerzos diplomáticos de China para la colaboración con otros países ante el mantenimiento de los aranceles, el portavoz de Exteriores de ese país, Guo Jiakun, respondió en rueda de prensa que Washington «no tiene apoyos» en su guerra arancelaria, y que «más y más países se resistirán».
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