Las recientes declaraciones del enviado especial de la Casa Blanca para América Latina, Mauricio Claver-Carone, ante el Consejo de Asuntos Mundiales de Miami, evidencian la sostenida hostilidad de Washington hacia La Habana.
A las preguntas del moderador, Aaron Rosen, representante del Consejo de Asuntos Mundiales de Miami, y de otras personas presentes en el auditorio, Claver-Carone expuso las líneas principales del plan de la actual administración contra Cuba.
En un tono a menudo festivo, como si se dirigiera a las cámaras de un talk show televisivo, el «halcón de Trump», como ya algunos lo denominan, hizo gala de su animadversión hacia el pueblo de la Isla.
«¿Qué aprendí? En 2019, la política era de máxima presión, pero nunca llegamos al punto de máxima presión, ni siquiera a un 50 %. Había un gran montón de cosas que se podían hacer», aseguró Carone.
Parece que su arsenal de maldad es inagotable. Según explicó, hay una marcada diferencia entre el escenario actual y el existente durante la anterior administración Trump (2016-2020).
«Claramente no hay desacuerdos. Tenemos un Departamento del Tesoro que entiende completamente la amenaza; y tenemos un Departamento de Defensa que entiende que la seguridad en la región es prioritaria», enunció.
Digno de un personaje maquiavélico, despojado de toda referencia moral, aseveró que, como hombre de negocios, considera que se debería invertir en un «dolor a corto plazo para obtener ganancias a largo plazo», antes de que apostar a un «dolor a largo plazo y ninguna ganancia».
Y después amenazó: «Así que tenemos que ir con todo. Esa es mi mayor lección. Trabajo con un Secretario de Estado que piensa de la misma manera, un Presidente que entiende estas prioridades, y la meta es lograrlo».
Sobre otras insinuaciones expresadas por el funcionario a la prensa –recuérdese la entrevista concedida a Político sobre implementar «enfoques creativos» para facilitar un cambio político en Cuba–, dijo: «La transición en Cuba no solo es inevitable, sino probablemente inminente. Creo que podemos ser muy creativos. Muy creativos».
Por supuesto, el susodicho ratificó ese criterio y respondió, como es habitual en las campañas de descrédito, culpando a la víctima de los crímenes del verdugo.
Mintió sobre los sucesos del Mariel en 1980, sobre los temas migratorios, un asunto doloroso utilizado por las sucesivas administraciones estadounidenses contra la Isla.
Claver-Carone recurre a la narrativa antinmigrante de Trump y, para probar su punto de vista, utiliza falacias sobre el Tren de Aragua contra Venezuela, además de amenazar con la doctrina de fuerza del Presidente en las relaciones internacionales.
Sin embargo, entra en contradicción flagrante con su jefe, porque sabe bien que la política de máxima presión, la limitación de los visados y de la emigración legal, así como cualquier incumplimiento de los acuerdos migratorios entre ambas naciones, puede generar un aumento considerable de las salidas ilegales hacia ee. uu.
De las formas del bloqueo hoy, que existe, que no es justificación del Gobierno cubano, se encargó de demostrarlo, en su fanfarronería, el mismísimo Mauricio: «hemos podido crear nuevos mecanismos eficientes para ser más quirúrgicos en Cuba hacia sectores económicos del régimen».
Sin embargo, en nada de lo que dijo fue original el «creativo» Carone; al contrario, tal parece que leyó y rempaquetó lo escrito en el nefasto memorando del 6 de abril de 1960, hace ya 65 años, mediante el cual se revelaron los fundamentos de la genocida política del Gobierno de ee. uu. contra Cuba, a la firma de Lester D. Mallory, vicesecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos: «(..) debilitar la vida económica de Cuba (…) para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación, y el derrocamiento de Fidel Castro».
Así las cosas, el «lanzallamas» anticubano, como lo llamó en una ocasión el director ejecutivo de Engage Cuba, James Williams, se lanzó desde el primer minuto a dar cumplimiento efectivo a sus sueños de destruir la Revolución Cubana.
Otra vez ignora, del pueblo, su historia y sus valores. Persiste en la guerra de presión, porque sabe que sostenerla conlleva financiación y, claro, sin esos fondos no existiría la carrera política de ninguno de ellos.
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Octavio dijo:
1
7 de abril de 2025
09:41:42
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