La noticia del fallecimiento de Lincoln Díaz-Balart, a los 70 años, tras un largo padecimiento de cáncer, ocupó el lunes la plana de los principales medios de comunicación en la Florida. No faltaron los panegíricos a sus virtudes «cívicas» y «democráticas».
Político y abogado, nacido en La Habana en 1954, representó durante varios años a la comunidad cubana e inmigrante en la Legislatura de Florida y en el Congreso Federal.
Frases referidas a su «amor y compromiso» con Cuba tuvieron destacada presencia en los discursos de despedida, y en las páginas de los diarios.
Ese «amor y compromiso» lo demostró a lo largo de su vida, con tal consagración, que llegó a ser uno de los más connotados enemigos del pueblo cubano.
Patrocinador y defensor de terroristas, promotor entusiasta del sistema de medidas coercitivas unilaterales contra la Isla, no descansó nunca en su empeño de causar el mayor sufrimiento posible a los habitantes de la Mayor de las Antillas.
Lincoln, con el apoyo de la Fundación Nacional Cubano Americana, llegó a la Cámara de Representantes de ee. uu. en 1992, siendo nombrado para el Comité de Reglamento, el cual decide qué proyectos de leyes pueden llegar al Pleno, y qué enmiendas pueden ser debatidas.
Desde esa posición, anuló todo aquello que pudiera perjudicar al Estado de Israel, abogó por el reforzamiento del bloqueo económico a Cuba, y persiguió cuanto intento por atenuarlo llegara a la Cámara de Representantes.
Otro ejemplo de su «amor» se hizo patente cuando se opuso al retorno del niño Elián González a la Patria, o cuando participó en la creación de las emisoras subversivas de radio y televisión contra la Isla.
Destacó, además, por su pronunciamiento, en 1994, a favor del bloqueo naval a Cuba, durante la llamada crisis de los balseros.
Así, el 27 de agosto de 1994 recomendó, abiertamente, a la Casa Blanca, permitir a los terroristas de Comandos l lanzar ataques contra el archipiélago, desde territorio estadounidense.
Lo antes mencionado sería suficiente para alcanzar «la gloria de los apóstatas», pero a su currículo hay que adicionar que, junto a su hermano Mario, en 1996, asesoraron al senador Jesse Helms y al representante Dan Burton en la redacción del articulado de la extraterritorial Ley Helms-Burton.
Luego de su retiro como congresista, en 2011, dio impulso a la organización del Instituto La Rosa Blanca, entidad terrorista fundada por su padre Rafael Díaz-Balart, corrupto político batistiano quien, después de 1959, marchó a Estados Unidos.
Lincoln se graduó de abogado en una universidad de Cleveland. Ejerció en Miami, donde defendió a terroristas de la calaña de Orlando Bosch Ávila, Luis Posada Carriles y muchos otros más.
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Modesto Hidalgo Acosta dijo:
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4 de marzo de 2025
19:08:38
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