ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Jóvenes del Frente Francisco de Miranda asumen nuevas tareas para fortalecer la economía del país. Foto: vtv.gob.ve

LA VICTORIA, Aragua.–Aquel encargo de Hugo Chávez a los miembros del Frente Francisco de Miranda (FFM): «Muchachos, vayan al futuro, tráiganlo y siémbrenlo aquí», se mostró germinado en los 15 años de esta fuerza revolucionaria cuando el actual líder bolivariano, Nicolás Maduro, se reunió con miembros de sus estructuras de dirección en todo el país y parte de los 31 asesores cubanos, para felicitarlos y darles nuevas tareas.

Aunque en el acto, en la escuela agroecológica Indio Rangel, se habló mucho de cosecha, el término refería no solo la de los surcos y canteros, sino otra mayor: la de una mejor Venezuela. Érika Farías, alcaldesa de Caracas y coordinadora nacional del Frente, lo decía con toda pertinencia: en ese centro se forman luchadores para el trabajo y la revolución.

Es la tesis de aprender haciendo y hacer aprendiendo de Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar y de todos los venezolanos, pero elevada a una cumbre mayor: la construcción socialista.

Maduro –acompañado también por Tareck El Aissami, vicepresidente para el área económica– mostró maneras propias de seguir encargando a esta fuerza de patriotas jóvenes y patriotas curtidos, la custodia de los frutos de la nación. Esta vez les pidió seleccionar a sus mejores cuadros para hacerse cargo, junto con otras organizaciones juveniles y las Fuerzas Armadas, de la conducción de casi 700 grandes empresas estatales que serán reestructuradas para elevar, al fin, la producción y satisfacer las necesidades de un pueblo heroico que merece más de lo que le ha dejado no solo la guerra ­económica, sino cierto acomodamiento empresarial.

Tras ser reelegido por el pueblo, pese a la sucia campaña de los grandes polos de poder del mundo, tanto en la prensa como en los mercados, el continuador de Chávez ha premiado –¡y vaya que, en su momento, el anunciado «premio» causó refunfuños en los otros candidatos– la confianza de su gente con un discurso más severo y frontal contra las instituciones, los políticos y empresarios que viven y engordan de cerrarle ventanas al pueblo.

Maduro criticó la falta de método, la irresponsabilidad y la corrupción de aquellos que no quieren hacer todo por la patria y prefieren taparlo con el manto del real acoso económico.

El Presidente llamó a eliminar esa «cultura de la flojera, la importación absoluta y rentismo petrolero» cuando Venezuela puede, por ejemplo, producir todo el alimento animal balanceado que necesita, con calidad superior a sus actuales importaciones. Solo en Indio Rangel, una nueva planta entregará 12 toneladas diarias de tales rubros.

El capítulo es parte de la decisión de establecer precios justos en el país, «por las buenas, o por las malas», como repetía el Presidente mientras los luchadores sociales del Francisco de Miranda lo premiaban con un venezolanísimo coro: «¡Así, así, así es que se gobierna!».

Como los centauros de José Antonio Páez, esta revolución vive a caballo: «¡Prepárense ya, creen un núcleo especial porque quiero que lo mejor de la clase obrera se ponga al mando de las empresas!», convocaba el Presidente antes de explicar que confiaba en los más de 60 000 luchadores sociales del Frente Francisco de Miranda por el compromiso, la entrega y la capacidad ideológica que han mostrado.

Trayectoria le sobra al FFM para tal merecimiento. Nacido en La Habana el 29 de junio del 2003 –el año de la contraofensiva revolucionaria venezolana–, por idea de Fidel y Chávez, enseguida mostró capacidad de liderazgo en la cedulación de más de dos millones de compatriotas, así como en misiones educativas y productivas, en la creación y funcionamiento de herramientas esenciales del chavismo como el Carné de la Patria y el movimiento Somos Venezuela.

Una revolución crece con tareas concretas y con señales claras. Mientras el Presidente encargaba algunas y mostraba otras –como la aprobación de recursos financieros para respaldar proyectos agroalimentarios y también para pagar mejor el trabajo de estos luchadores incondicionales–, los asistentes le respondían con un cántico que es emblema: «¡Ordene, ordene sobre este Frente, que luchará por la patria, Hasta la victoria siempre!».

Maduro, a poco de cerrar un acto que fue apenas un alto de hora y tanto en el reloj imparable del chavismo bolivariano, pronunció par de frases que agasajaron mejor que el cake de los 15 años: «Ustedes nunca le han fallado a la Revolución. Ustedes son campeones mundiales de la lealtad».

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