ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Obras en construcción alrededor del antiguo Palacio Presidencial. Foto: del autor

HAITÍ.—El primer vuelo de Ae­ro­gaviota des­­pegaba sin problemas de la ter­mi­nal cinco de La Habana, lue­go de tantos días de lluvias interminables. Ahí, sentada al lado de una ventanilla del AN-26 y con los ojos llenos de ilusiones presentí que viajar a Hai­tí, esta vez, no me iba a sorprender tanto.

A mi lado, Onelio, epidemiólogo de la Brigada Médica Cubana, desa­tendiendo su cinturón de seguridad me ayudaba a cerrar el mío con la ha­bilidad de quien ha pasado varias ve­ces por la misma experiencia. Un mes antes había amarrado el suyo, de Puerto Príncipe a La Habana, para re­gresar de vacaciones junto a su fa­mi­lia al igual que los otros colaboradores de la brigada que compartían el viaje.

El avión hizo una breve estancia en Santiago de Cuba y de nuevo a vo­lar. A la hora y diez minutos exactos comencé a ver las famosas montañas que, en lengua aborigen, dieron nombre a esta tierra.

Fue un buen aterrizaje como de costumbre, pero una vez dentro del aeropuerto internacional Toussaint Louverture no sabía que iba a en­fren­­tar otra realidad.

Pensé encontrarme con el mismo suelo raso, las paredes agrie­tadas y las casillas de inmigración improvisadas de hace tres años. No fue así. En cam­bio, un moderno edificio de al­­ta tecnología, sobriamente de­co­ra­do, da la bienvenida al visitante.

La céntrica avenida Delmas con una nueva cara. Foto: del autor

Cada paso en la terminal estuvo marcado por mi desconcierto ante tal novedad, al punto de que, cuando los funcionarios de la aduana me saludaron en creole, les respondí en inglés.

Luego, afuera, una rápida mirada hacia los alrededores me pro­dujo la sensación de estar en un país nuevo que ya no conocía. No hubo, como la primera vez, una escena dantesca de de­sor­ganización y aglomeración de per­sonas.

Mientras el carro que me transportaba se dirigía hacia una de las ca­sas de la Brigada Médica, mi asombro era cada vez mayor. La infraestructu­ra de Puerto Príncipe ha cambiado: donde antes había terraplenes y caminos mal­­trechos ahora hay vías de circulación apropiadas, calles limpias, au­topistas y avenidas como la céntrica Delmas, donde se han ubi­cado cientos de pa­neles solares para el alumbrado público y se erige una carretera elevada, aún en proceso de construcción.

No se ven tampoco, como antaño, enormes basureros en medio de las aceras y quedan pocos vestigios de las construcciones que destruyó el terremoto del 12 de enero del 2010. En su lu­gar, un sinnúmero de nuevas y mo­dernas edificaciones comienzan a le­vantarse.

La administración del presidente Michel Martelly y el primer ministro Laurent Lamothe ha implementado, además, un proceso de restauración y remodelación en los parques y alrededores del Champs de Mars, el Pan­teón Nacional y el área que ocupaba el otrora emblemático Palacio Presi­dencial.

Sin embargo, el desarrollo es paso a paso. El proceso de reconstrucción de Haití es largo y complicado, aunque siempre es agradable constatar cómo, en tan poco tiempo, esta tierra se recompone de sus desgracias.

Cuando hace dos años escribía pa­ra este mismo diario que Haití era para mí como “el París del escritor ca­talán Enrique Vila-Mata: un lugar que no se acaba nunca”, no pensaba regresar tan pronto a un país donde las buenas experiencias no se agotan, donde siempre aparece la posibilidad de encontrar lo real maravilloso y en donde, a pesar de todo lo que ha vivido, la sonrisa de sus habitantes se mantiene intacta.

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RAFAEL dijo:

21

25 de noviembre de 2014

13:57:45


Amelia , sin trámites aduanales me diste la oportunidad, en vuelo imaginario, de volver a visitar a Haití , que bueno que todo prospera.

sonia dijo:

22

25 de noviembre de 2014

14:39:28


El problema grave de Cuba fue que acostumbraron al pueblo darselo todo sin aportar nada a la sociedad, el gobierno asumio toda esa responsabilidad,todos los negocios grandes y pequenos dejaron de ser privado, por lo que ya el pais no recibia nada de los negocios, no hay ningun pais en el mundo que pueda existir sin la remuneracion del que trabaja..Los negocios pequenos debian de haberse mantenido con sus propietarios y cada uno aportando a la sociedad para asi poder mantener un equilibrio ..Porque de ahi depende el desarrollo economico y social de cada pueblo ...Ahora quieren hacer un cambio al sistema economico, donde no puede ser de la noche a la manana, y va en camino a lo que habia anteriormente,

Alejandra Polanco dijo:

23

25 de noviembre de 2014

14:41:40


Yo vivo en Haití en Petion Ville específicamente, los Invito a todos a conocer este país. Cabe resaltar que soy Dominicana y en realidad el escrito quedo pequeño para describir lo que hoy dia es HAITI

Amelia dijo:

24

25 de noviembre de 2014

15:09:11


muchas gracias a todos por sus comentarios, haitianos y cubanos siempre estaremos juntos...siempre es bueno ver cómo avanza una nación a la que siempre estaremos muy unida...saludos

ernst delma dijo:

25

25 de noviembre de 2014

15:36:06


Much as gracias para esta Miranda real de mi pais de origin. Los espiritos cieglos ven la realidad de otra manera. Quieren Haiti a morir,pero Haiti vivira.

Frantz dijo:

26

25 de noviembre de 2014

19:10:16


Otravez, yo puedo decir con toda corazon que los cubanos son nos verdaderos hermanos que podemos tener. Aunque no podemos ayudarlos por su fidelidad de amistad profunda, pero todos los haitianos los tienen en sus corozones. Me gusta que cualquier que sea un gobierno haitiano que la cooperacion mutual sigue caminando por el bien estar de esos dos pueblos. Dios les bendiga!

pierre moise vendredi dijo:

27

25 de noviembre de 2014

23:55:09


buen trabajo felicidades