ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ismael Batista Ramírez

La primera enseña en ondear en la isla de Cuba fue la bandera de Castilla y de León, izada en el mástil de la Santa María, la carabela insignia de Cristóbal Colón, en su primer viaje a América. La portaba la comitiva del almirante cuando desembarcó, aquel 28 de octubre de 1492, en tierra cubana –por la bahía de Bariay–, a la que bautizó como «Juana», en honor a la hija de Fernando ii de Aragón e Isabel de Castilla.

Luego ondearon, oficialmente, tres banderas extranjeras antes de que nuestra enseña nacional lo hiciera: la española, la inglesa y la estadounidense.

Entre las españolas, varias se izaron en el Castillo del Morro, en La Habana, además de la ya mencionada de Castilla y de León: la de tiempos de los Borbones, y la de la Real Cédula de 1785 de Carlos iii, hasta la roja y gualda o encarnada y amarilla, que estaba izada cuando la toma de La Habana por los ingleses.

El pabellón inglés permaneció en el asta del Castillo del Morro desde el 12 de agosto de 1762 hasta el 6 de julio de 1763; pero no fue más allá de los límites de la ciudad de La Habana.

Al finalizar el periodo colonial, el 1ro. de enero de 1899, se efectuó en el habanero Palacio de los Capitanes Generales el acto de entrega del gobierno de la Isla al de Estados Unidos, y se izó allí, y en el Morro, la bandera de las barras y las estrellas.

Diecisiete meses después, a las 12 del día del 20 de mayo de 1902, en el Castillo del Morro, representantes de la parte interventora estadounidense hicieron la entrega oficial del gobierno a los representantes cubanos. El General Máximo Gómez izó la bandera cubana, acompañado por el general Leonardo Wood.

 

OTRAS BANDERAS

Debemos señalar, además, que en la Isla se conocieron otras banderas, como la del proyecto de Constitución elaborado por el abogado bayamés Joaquín Infante, en 1810; las de las conspiraciones de los Soles y Rayos de Bolívar, 1823; la del Club de La Habana, 1847; y la de la Conspiración de la Mina de la Rosa Blanca, 1847, entre otras.

Y también la bandera de Carlos Manuel de Céspedes, o la de La Demajagua, que la Asamblea de Guáimaro, el 10 de abril de 1869, acordó que siempre presidiera las sesiones de la Cámara de Representantes.

El origen de nuestra bandera nacional cubana está vinculado a las acciones conspirativas, contra el gobierno de la Corona española, que realizaba el exgeneral español, de origen venezolano, Narciso López, quien organizó, en 1847, la Conspiración de la Mina de la Rosa Blanca, en Manicaragua, Las Villas.

El exgeneral López, bajo la justificación de que se dedicaba a la explotación minera, podía, sin levantar sospechas, adquirir explosivos y moverse por todo el país.

El inicio del levantamiento armado ocurriría el 24 junio de 1848. El novelista Cirilo Villaverde lo puso en contacto con los miembros del Club de La Habana, quienes le solicitaron –y él aceptó– diferir el alzamiento, porque organizaban una expedición que arribaría desde el exterior.

Todo parece indicar que esta demora contribuyó a que descubrieran quiénes organizaban la expedición. López logró escapar, en el mes de julio, hacia la ciudad de Nueva York, y luego se estableció en Nueva Orleans. Allí continuó con los planes conspirativos, y organizó otra expedición, pero tuvo que suspenderla por presiones del Gobierno estadounidense.

Más tarde, López se establece en la ciudad de Nueva York, donde un grupo de exiliados que integraban la Junta Revolucionaria cubana se reunía, frecuentemente, en la casa de huéspedes de la señora Clara Levis, en Howard 39, en la cual él residía, o en la calle Warren entre Church y Collone Place, en la que vivía el poeta Miguel Teurbe Tolón.

Bandera de Carlos Manuel de Céspedes. Foto: Archivo de Granma
Narciso López, patriota cubano Foto: Tomada de Internet



CÓMO SURGIÓ LA BANDERA

A principios del mes de junio de 1849, se reúnen en la casa de Teurbe Tolón, Cirilo Villaverde, Manuel Hernández, Aniceto lznaga, Pedro Agüero, y otros conspiradores, a los que el general López les dijo «que había impresionado vivamente con la viñeta –de la bandera–, que dibujara Tolón para el periódico cubano La Verdad».

Villaverde, quien fuera testigo presencial de ese acontecimiento, escribió: «Vamos, señor dibujante –dice López dirigiéndose a Tolón–, trácenos usted su idea de bandera libre de Cuba. Mi idea, agregó tomando un lápiz de manos de Tolón, era esta, cuando me hallaba en las minas de Manicaragua», y dibujó –escribe Villaverde–, la que él había visto entre los papeles de la causa. «Se componía –apunta– de los colores republicanos, combinados en tres fajas horizontales, azul, blanca y roja; imitación lejana de la famosa bandera de Colombia».

López sugiere que se tome como modelo el pabellón americano, el más bello de las naciones modernas, para él.

Se discuten los colores y la posición de las franjas. Estas no podían ser blancas en campo azul, pues en opinión del general, en la distancia desaparecería el color blanco. Se decide que las franjas azules se proyecten horizontalmente sobre fondo blanco, a modo de símbolo de la pureza de las intenciones revolucionarias.

La nota roja se acordó mediante un triángulo de ese color, forma geométrica grata a López por su condición de francmasón. Hernández propuso el ojo de la Providencia en el centro del triángulo. Narciso López le opuso la estrella de la bandera primitiva de Tejas –comenta Villaverde–, que fue la aceptada. Terminado el acuerdo, Tolón hizo el dibujo.

A la joven matancera Emilia Margarita Teurbe Tolón y Otero, prima y esposa de Tolón, se le encargó bordar la bandera a partir del boceto que había realizado su esposo. Al respecto, Villaverde apuntó: «(…) la grácil y activa dama (alude a Emilia), entusiasta y filibustera como su marido y sus compatriotas, hizo la bandera con cintas de sedas blancas y azules y con un retazo de tela roja. La estrella también era de seda y tenía un ribete del mismo género, blanco y trenzado. El azul era muy fuerte, lo mismo que el rojo. Medía 18 pulgadas de largo y 11 y media de ancho; cada lado del triángulo 11 pulgadas y de una punta de la estrella a la opuesta, tres pulgadas».

Casi un año después de confeccionada la bandera, en la madrugada del 19 de mayo de 1850, Narciso López desembarca del vapor Creole, en Cárdenas, Matanzas, al frente de una expedición de unos 600 hombres.

Toma la ciudad por unas 48 horas. La gente en las calles lanza vítores a los expedicionarios. Preguntan por esa bandera que porta el general López y que nunca habían visto. Les responden que es la bandera cubana. La izan en un edificio y, por primera vez, flamea en Cuba la bandera que más tarde sería nuestra enseña nacional: la bandera de la estrella solitaria.

Edificio en Cárdenas donde por primera vez flamea en Cuba la bandera que más tarde sería nuestra enseña nacional. Foto: Revista Bohemia
Bandera de la Conspiración de la Mina de la Rosa, Cuba. Foto: Archivo de Granma
Bandera de la Logia de los Soles y Rayos de Bolívar. 1823. Foto: Archivo de Granma
Bandera de Castilla y de León, enarbolada en la Santa María, la carabela capitana de Cristóbal Colón Foto: Archivo de Granma

Fuentes:

Revista Bohemia, 21 de mayo de 1950.

Revista Carteles, 14 de mayo de 1950 .

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Tania dijo:

1

21 de mayo de 2025

09:10:12


Siempre es bueno conocer la historia del país profundizando en los detalles poco conocidos. Historia rica en acontecimientos que fortalecen nuestra identidad nacional y el amor por nuestra Patria.

José Antonio dijo:

2

22 de mayo de 2025

07:23:06


Nuestra bandera nacional debió ser la de Carlos Manuel de Cespedes y no la enarbolada por las corrientes anexionista de aquella época.