Con el propósito de obstaculizar las labores de la primera zafra revolucionaria de Cuba, comenzaron a despegar desde el sur de la Florida, avionetas piratas que dejabancaer bombas en las instalaciones de los centrales azucareros y en los cañaverales, sustancias inflamables que los reducían a cenizas.
Los vuelos se iniciaron el 11 de octubre de 1959 cuando una aeronave pirata dejó caer dos bombas incendiarias sobre el central Niágara, (hoy Manuel Sanguily) en la provincia de Pinar del Río. Le siguieron el día 19 en el central Punta Alegre (hoy Máximo Gómez) y el 21, el desertor Pedro Luis Díaz Lanz, con toda impunidad, tripulando unbimotor B-25, ametralló zonas pobladas de la ciudad de La Habana, dejando un saldo de dos civiles fallecidos y cincuenta resultaron heridos por la metralla. Al siguiente día otraaeronave atacó, nada más y nada menos, que a un tren de pasajeros que circulaba en la provincia de Las Villas.

Por supuesto que las autoridades estadounidenses se apresuraron en negarque las navespiratashabían despegado de su territorio. Sin embargo, horas más tarde, el propiomercenario Díaz Lanz confesaba que salió de la Florida.
El 1 de noviembre la revista Bohemia publicó un amplio reportaje con fotos del aeropuerto de Pompano Beach, en la Florida donde aparecía estacionado el avión B-25 que se utilizó para bombardear La Habana, lo que desmentía a las autoridades yanquis.
En ese tiempo el Gobierno Revolucionario no contaba con una adecuada protección aérea que impidiera esas incursiones piratas sobre su territorio. La Isla con una extensión muy larga, carecía de aviones y de los pilotos que pudieran tripularlos. Además de resultar imposible y costosa mantener una vigilancia aérea desde el amanecer hasta el atardecer.

Después del escandaloso ametrallamiento de La Habana se produjo un «impasse» en los vuelos piratas hasta el 13 de enero de 1960, cuando una aeronave pirata lanzó bombas incendiarias sobre los cañaverales próximos al central Hersey (hoy Camilo Cienfuegos), en Santa Cruz del Norte..
En el mes de enero los pilotos mercenarios quemaron campos de caña en diez centrales y en el mes de febrero los ataques ocurrieron en seis. Pero, como decía mi abuelita, «tanto va el cántaro a la fuente, hasta que se rompe». Y eso fue más o menos fue lo que le ocurrió a una de esas avionetas piratas, que explotó en el aire cuando atacaba un central.

Alrededor de las 6:00 am del 18 de febrero de 1960, un piloto estadounidense se dirigió a la sección donde se tramitaban los planes de vuelo en el aeropuerto de Tamiami, Florida. Rellenó el rutinario formulario y en el espacio correspondiente al destino, escribió: «Destination Brows Airport, ten miles south». Despegó en la avioneta Comanche 250 LYC, y puso rumbo a un punto cercano a Cayo Hueso, donde probablemente recogió a su acompañante y al artefacto explosivo que lanzarían sobre su objetivo.No se dirigió al aeropuerto señalado en el plan de vuelo. Realmente era un piloto mercenario que iba a bombardear ingenios cubanos. .
Como a las 8 y cuarenta de la mañana del ese día, los vecinos del batey del central España Republicana, ubicado en Perico, Matanzas, observaron cómo una avioneta de color blanco con una raya roja, de un solo motor, volando a baja altura se acercaba al central, dio un girosobre el batey y cuando ya estaba encima de las instalaciones del ingenio, observaron cómo uno de sus tripulantes, con las dos manos trataba de sacar un bulto, que evidentemente era una bomba, y en ese momento se produce una gran explosión que destruye totalmente el aparato, cuyos restos envueltos en una negra humareda caen a tierra. .
Para asombro del vecindario, quedaban esparcidos en la calle los restos calcinados del fuselaje todavía ardiendo del Comanche 250. Fragmentos del motor, la hélice, una rueda, documentos,mapas, fotos, un reloj y dos cadáveres. Se estima que el tripulante que estaba manipulando la bomba, le explotó encima y lo destrozó totalmente hasta quedar irreconocible.Al piloto la onda expansiva del artefacto lo arrancó de su asiento y el ensangrentado cuerpo cayó sobre el techo de la vivienda del médico del central,...
Yo creía que habían lanzado una bomba.
El cadáver atravesó el techo y fue a parar casi encima de la cama donde descansaba su nieta Norma Edwin Angulo de 16 años de edad.
«Yo no estaba ya durmiendo. Por eso oí claramente la explosión. «Fue un ruido que estremeció toda la casa. En cosa de segundos, sentí algo que cayó pesadamente sobre el techo. Le verdad es que no tuve tiempo de ver qué era, pues salí corriendo en busca de «mami».
--Después qué pasó?
«Junto con papá vinimos a ver qué era. Y entonces vimos que era un hombre todo desbaratado. Tenía los brazos partidos, y parecía que los ojos se le habían salido.
«Cuenta que estaba en la casa de milagro, pues ella al igual que su hermana Gertrudis, está de pupila en el colegio «La Progresiva»
«Como estaba enferma tenía que guardar cama. Pero ese cuerpo caído a mi lado me hizo tirarme a la carrera.Yo creía que era una bomba que habían lanzado. Durante toda mi vida me acordaré de este caso tan desagradable».

LA BOMBA...POR LA CULATA
Wenceslao Pinedo Lima, electricista del central recuerda que se encontraba con su amigo y compañero de trabajo José Moreno, «en el puesto de frutas de un chino que hay ahí, en el parquecito que da frente al ingenio. Los dos vimos a la avioneta cuando venía hacia nosotros. Veniatan bajita, que no pensamos que viniera a atacarnos. No comprendimos su intención hasta que, bajando aún rnás, giró sobre el techo delalmacén de refino, al lado del ingenio.

«Era blanca, con una tira roja. Nosotros la vimos cómo a unos doscientos metros de distancia. En eso, y ya sobre el ingenio, uno de los que venían sacó algo que parecía como una jamonada. Entonces la dejó caer, y a unos tres pies, estalló. La avioneta saltó en pedazos, hecha añicos
«Aquello fue un espectáculo impresionante.

¡Yo creo que ellos pararon un poco el motor, pues la avioneta se quedó como parada en el aire. Fue en ese momento que dejaron caer la «jamonada» que yo digo. Yo creo que en esa operación calcularon mal, pues tal parece que la cola de la avioneta fue la que chocó con lo que dejaron caer. Fue en cuestión de segundos la tremenda explosión.
«Imagínese, cuando nosotros vimos el aparato convertido enpedazos, nos metimos rápidamente dentro del mostrador del puesto de frutas. No hay duda: venían a bombardearnos. Por suerte la bomba estalló en el aire»
¿Quiénes eran, de donde salieron y qué se proponían atacar?

De acuerdo con los documentos que fueron encontrados entre los restosdel Comanche 250 LYC, se pudo identificar a su piloto nombrado Robert Ellis Frost, --aunque también utilizaba el nombre de Robert Ross--, pasaporte estadounidense No. 1158-1000, Eugene, Oregón. Nació en Milwauke, Wiscosin, el 16 de agosto de 1929. El otro tripulante quedó tan destrozado su cadáver que no pudo ser identificado.

Se ocupó un mapa donde el piloto tenía marcado bombardear esa mañana también los centrales Soledad y Zorrilla. Además, aparecían dentro de un círculo los ingenios de Camaguey y de Las Villas, atacados semanas atrás.

El mapa de navegación revelaba los dos puntos o bases desde donde despegaban las avionetas piratas: una de ellas se encontraba situada a 25 grados y 17 minutos de latitud norte y a 80 grados y 53 minutos de longitud occidental, a unas 67 millas al noreste de la Base Militar de la Marina de Guerra Norteamericana en Cayo Hueso y a 30 millas al suroeste de la Base Aérea del Comando Estratégico de EE.UU. en Homestead .
Se pudo precisar con certeza que desde este punto despegó la Comanche 250 LYC, pues el piloto anotó en el mapa las rutas trazadas con las horas del viaje de ida y regreso, desde allí a los centrales España y Soledad.
En la bitácora de vuelo aparecían registrados los días 3, 15 y 17 de febrero, como salidas del aeropuerto de Tamiami, –no estaba el 18--, que coincidían con la quema de cañaverales cubanos.
Fidel emplaza al gobierno de Estados Unidos.

Ante las reiteradas negativas del gobierno de Estados Unidos en reconocer que desde su territorio despegaban las avionetas piratas, el Comandante en Jefe Fidel Castro, en su comparecencia en el programa (18-2-60) Ante la Prensa de la T.V Cubana dijo:
«Ponemos todos estos datos y todas esta pruebas a la disposición de las autoridades de los Estados Unidos; que vengan todos esos técnicos y expertos, para mostrarles el lugar donde ocurrió el accidente, el avión y todas las circunstancias. Porque creo que esta es una gran oportunidad que tienen las autoridades de Estados Unidos para demostrar que tienen interés en que estos hechos, que son una vergüenza para la nación americana, no ocurran más».

Fuentes:
Revista Bohemia, 28 de febrero de 1960.
Periódico Revolución, febrero 19 de 1960.
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