Ahora sabemos que cuando se produjo la voladura del acorazado USS Maine en la Bahía de La Habana, la noche del 15 de febrero de 1898 que sirvió de pretexto a los Estados Unidos para declarar la guerra a España, desde hacía casi tres años el Naval War Collage, había elaborado y propuesto un plan «top secret» para bombardear la costa de la península española y también invadir las Islas Canarias en caso de entrar en guerra con ese país.
El plan fue preparado en 1895 bajo el más riguroso secreto y titulado «Situación en caso de Guerra contra España» y fue enviado al Navy Department el 17 de diciembre de1896.
Constaba de los siguientes objetivos:
1. Las fuerzas navales españolas, evidentemente inferiores en número, capacidad de tiro y movilidad a las del Almirantazgo estadounidense.
2. Bloqueo de las aguas de Cuba y Puerto Rico, cortando el cable telegráfico.
3. Destrucción de los depósitos y arsenales de La Habana y San Juan mediante bombardeo de las dos ciudades, forzándolas, al menos, a una capitulaciónprovisional, con lo que se pretendía descoyuntar los centros rectores de lacampaña española, sobre todo en la Antilla Mayor.
4. Envío de todo género de refuerzos a los sublevados en las dos islas, y respaldar suacción en la medida de lo posible, capturando y administrando los puertosde mar.
5. Nuestro ejército ha de estar preparado para hacerse fuerte y ser capaz de mantenerlos reductos rendidos por la flota, al mismo tiempo que ha de estar presto arealizar tantas operaciones militares como exijan las circunstancias.
6. La escuadra destacada en Europa ha de abandonar con toda urgencia el Mediterráneo,y la escuadra surta en aguas de Asia a fin de desplazarse simultáneamente.



Una escuadra resultante de la combinación de las dos anteriores, reforzada con algunos barcos de la escuadra nacional, debería conquistar las Islas Canarias, con vistas a utilizarlas como base para ulteriores maniobras contra la marina española en sus propias aguas, así contra el comercio de la misma nación.
Los estrategas del Navy Department recomendaban que la escuadra del Pacífico al mando de William Kimball se moviera al Estrecho de Gibraltar y no a las Islas Filipinas, donde se uniría a la flota atlántica con la misión de invadir las Islas Canarias, y desde allí atacar el tráfico mercante español.
Theodore Roosevelt, a la sazón subsecretario de la Armada en 1897, fue el que presentó al gobierno el secreto plan.
Pero el presidente de la Naval War Collage (Escuela Naval de Guerra), Henry Clay Taylor no estuvo de acuerdo con el plan porque, argumentaba entre otros aspectos, que quedaría desprotegido el Pacífico y a una distancia de 3,500 millas de sus bases. Y así lo notificó al Navy Department en Washington:
“…no soy de la opinión que nuestra presencia en aquellas aguas y la campaña proyectada puedan infligir considerables daños a España. De ahí que insista en recomendar que toda la fuerza a disposición de los Estados Unidos se concentre en Cuba”
En la respuesta a Clayse decía que la Armada suponía que un encuentro con la flota española en aguas cubanas seria desfavorable a los hispanos:
“Por esa razón propusimos que una escuadra volante, de dos cruceros acorazados y dos destructores y otros navíos deberían ser destinados a la costa española para una demostración de fuerza sobre sus ciudades menores y amenazar con bloquear a las mayores, haciendo que las autoridades españolas retengan en su propia costa una escuadra”.
Las inversiones en Cuba de amplios sectores estadounidenses sumaban en 1897 más de 33 millones de dólares, de ahí que unos 300 banqueros solicitaran al Departamento de Estado intervenir la Isla en defensa de sus intereses económicos.
Entre esos anexionistas figuraba el subsecretario de la Armada, Theodore Roosevelt, quien hasta febrero de 1898 se mantuvo en sus trece en la guerra contra España.
Un incidente diplomático y político se produjo en el mes de febrero de 1898 con el embajador español en Washington Dupuy de Lome, por sus comentarios contra el presidente de Estados Unidos, que son dados a conocer por la prensa, lo que contribuye a deteriorar más las ya maltrechas relaciones entre España y los yanquis.


En el mes de abril de ese año la US Navy despachó a los cruceros USS Bancroft y el USS San Francisco en misión de reconocimiento a las Islas Canarias.
«4 de abril de 1898.
«Ministro de la Guerra a Capitán General.
«Llegan confidencias de autorizado origen han salido de Inglaterra con rumbo a Cádiz o Canarias los cruceros norteamericanos «Amazonas» y «San Francisco» y aunque seguramente no habrán de intentar acto alguno agresivo en tanto no se rompan hostilidades convendrá vigilarlos y estar prevenidos contra ellos si llegan a presentarse».
La población se alarmó y con razón. El archipiélago no estaba preparado para ofrecer una adecuada protección de sus islas con su anticuado sistema defensivo y sus vetustas unidades navales.
Ante un sorpresivo ataque naval por parte de la armada yanki, las autoridades militares de la región ordenaron al cañonero Eulalia, situarse a ocho millas al norte de Santa Cruz de Tenerife, para que alertara de la presencia de buques enemigos. Esta fue la primera medida que se tomó. No había para más.
El 6 de abril de 1898 antes de zarpar del puerto de Cádiz, España, el Almirante Pascual Cervera advertía:
«...si nuestra fuerza naval fuera superior a la de Estados Unidos, la cuestión sería muy sencilla, pues, con cerrarles el paso bastaría, pero como no solamente no es superior, sino muy inferior, tratar de cerrarles el paso, o sea, presentarles una batalla naval con carácter de decisiva, sería el mayor de los desatinos, porque sería buscar una derrota cierta, que nos dejaría a merced del enemigo, que se apoderaría si quisiera de alguna buena posición en las Canarias...».
El estado de guerra entre España y Estados Unidos comenzó el 20 de abril cuando el Congreso estadounidense aprobó la Resolución Conjunta (Joint Resolution),que exigía la retirada de Cuba y que constituía, de hecho, un ultimátum al país ibérico, que de inmediato la rechazó.
Mientras tanto, las autoridades en Canarias parecían estar convencidas de que los yanquis no invadirían las islas porque sus bases estaban muy alejadas y, además, pensaban que primero caería Cuba.
El 1 de mayo el almirante Dewey derrotó a la flota española en la batalla de Cavite, Filipinas, y el 3 de julio corrió igual suerte la del almirante Pascual Cervera en Santiago de Cuba, lo que causó una gran inquietud en las Islas.
El gobierno de Madrid envió tropas de refuerzo a bordo de los buques: Montserrat, San Francisco y Antonio López. A su vez el Capitán General de Canarias declaró vigente el estado de guerra en las Islas y suspendió las garantías constitucionales.
Sin embargo, el presidente McKinley aseguró a finales del mes de julio de 1898, que no permitiría desembarco alguno en las Canarias, ni siquiera para aprovecharlas como base de operaciones contra la península.
El periódico británico Time, era del criterio de que España perdería las Canarias en caso de no aceptar las condiciones que le imponía Estados Unidos en la Conferencia de Paz de Paris.
Es cierto que en la Conferencia se volvió a hablar sobre la presunta cesión de algunas de las Islas Canarias, Baleares o el enclave de Ceuta, en el norte de Africa, pero eso no sucedió porque ya los yanquis le había echado garras a suficientes territorios.
En julio de 1898, el primer ministro español Práxides Mateo Sagasa, declaró:
«la necesidad de capitular era en parte porque las Baleares, las Canarias y la Península española estaban en peligro. Esta amenaza pesó sobre España durante las negociaciones de paz, y de hecho los Estados Unidos contemplaron realizar acciones en este tercer teatro».
Mientras tanto, continuaban en el archipiélago las alertas y los movimientos de tropas. Las autoridades y sus habitantes permanecían atemorizados ante una eventual invasión yanki, que no se produjo, porque el 26 de agosto de 1898 fueron suspendidas formalmente las hostilidades entre los Estados Unidos y España.
¿Por qué no invadieron?:
«La respuesta quizá esté en la llamada «Doctrina Monroe» de 1823, en la que el presidente James Monroe aseguró que Estados Unidos no toleraría la intervención de los países europeos en el continente americano, a la vez que prometía no inmiscuirse en ninguna colonia ya establecida, como, por ejemplo, las españolas».
Cuando los cinco representantes de la Corona Española firmaron en Paris el Tratado de Paz entre España y Estados Unidos, el 10 de diciembre de 1898, por poco pierden hasta sus camisas porque el tratado especificaba que la derrotada parte hispana “renunciaba” y “cedía” los siguientes territorios:
«España “renuncia” todo derecho de soberanía y propiedad de Cuba”
«España “cede” a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la Isla de Guam, en el archipiélago de las Marianas o Ladronas.
«España “cede” a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas».
Fuentes:
Planes de invasión de las Islas Canarias en 1898,Amós Farrujía Coello.
https://blogs.publico.es/strambotic/2016/05/canarias-yanqui/
https://www.abc.es/historia/abci-secreto-y-olvidado-plan-estados-unidos-estuvo-cerca-bombardear-espana-invadir-canarias-202004150145_noticia.html
https://elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?p=959973
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Panconpasta dijo:
1
26 de septiembre de 2020
15:45:57
Irma Martin Pérez dijo:
2
26 de septiembre de 2020
16:03:45
Alfonso dijo:
3
26 de septiembre de 2020
18:50:02
jose hernandez dijo:
4
26 de septiembre de 2020
22:34:53
Dr Roberto Organero Respondió:
30 de septiembre de 2020
04:34:53
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