Desde una vista aérea, la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) desnuda su infraestructura y se desparrama en kilómetros y kilómetros de viales, en parcelas preparadas y por preparar, en áreas de actividades logísticas que crecen, en instalaciones terminadas y a medio construir… Y uno, con los ojos llenos, comienza a creer en el avance.
Pero una valoración objetiva de lo hecho durante los tres años transcurridos desde su surgimiento en noviembre del 2013, precisa, a juicio de Ana Teresa Igarza Martínez, directora general de la Oficina de la ZEDM, de una recapitulación sobre qué es la Zona y cuáles son los principios que rigen su desarrollo.
Nacida del Decreto Ley 313 y con un área de 465,4 kilómetros cuadrados que abarcan, parcialmente, a seis municipios de la provincia de Artemisa, la ZED Mariel pretende contribuir al desarrollo económico y social del país, mediante un conjunto de regímenes y políticas especiales que ofrecen mayores incentivos a la inversión nacional y extranjera.
La Zona, en resumen, debe potenciar la producción de bienes y la prestación de servicios de alto valor agregado, basados en el conocimiento y la innovación, con el empleo de tecnologías limpias y modernas. La concentración industrial que de ello se derive permitirá sustituir importaciones, incrementar las ventas en el mercado internacional y crear nuevas fuentes de empleo, todo ello en articulación con la economía interna.
Para concretar estos objetivos, la ZEDM ha comenzado a desarrollarse por un área de 43 kilómetros cuadrados denominada Sector A, la cual cuenta ya con un Plan Maestro recién aprobado, en cuya elaboración colaboró la prestigiosa compañía francesa Bouygues Bâtiment International, que ha incorporado los estándares internacionales más elevados en urbanización y calidad medioambiental.
Este Plan Maestro, establece el desarrollo en tres fases: la de lanzamiento, a corto plazo; la de consolidación, a mediano plazo y la de maduración, a largo plazo. Cada fase incrementa de manera gradual actividades de mayor valor agregado.
Actualmente nos encontramos en la fase de lanzamiento, comenta a Granma Igarza Martínez, en la cual se están creando las condiciones necesarias para que los inversionistas emprendan sus negocios.
«En estos tres años se ha trabajado intensamente con las instituciones relacionadas con el proceso inversionista y el otorgamiento de licencias, permisos y autorizaciones, y se han reducido los términos, lo que facilita y agiliza, significativamente, los trámites. También se ha consolidado el sistema de Ventanilla Única, al cual se han incorporado las instancias con mayor peso en las gestiones».
Subraya, además, que se ha dedicado especial empeño al desarrollo y la calidad de las infraestructuras básicas y auxiliares, entre las cuales figuran viales primarios, secundarios y terciarios, vías férreas y estaciones ferroviarias, acueducto y alcantarillado, telefonía e Internet de banda ancha, servicios de alimentación para más de 7 000 trabajadores, transportación de personal, alumbrado público, unido a los servicios bancarios, de seguridad y protección física.
Durante el diálogo, Ana Teresa Igarza destaca que «se han cumplido los términos establecidos en la ley para la evaluación y aprobación de los negocios (oscilan entre 35 y 65 días), en dependencia del nivel que corresponda: directora general de la Zona o el Consejo de Ministros».
Y como resultado de la promoción de la ZED hacia el empresariado cubano e internacional, dice, se han establecido allí, hasta la fecha, 19 usuarios, con un monto de inversión de 926,2 millones de dólares y una generación de 2 836 empleos directos.
En su opinión, las empresas establecidas hasta ahora tienen en común la posibilidad de sustituir importaciones o ampliar servicios deficitarios en el país, con su consiguiente impacto favorable en la economía nacional.
También, acota, responden a las industrias pilares (la biotecnología y la farmacéutica, las manufacturas avanzadas y los servicios logísticos) y a los sectores priorizados dentro de ellas. Existe representación de empresas cubanas, están incluidas todas las modalidades de inversión extranjera y hay diversidad de países de procedencia.
De acuerdo con Igarza, hoy tienen más de 20 proyectos en fase de preparación avanzada de los documentos. Estos negocios se corresponden con las prioridades sectoriales y tecnológicas de la Zona y estarán dedicados a los servicios logísticos, la industria farmacéutica y biotecnológica, los materiales de la construcción, alimentos y bebidas, envases y embalajes, productos de aseo y limpieza y otros bienes de consumo.
Respecto a la participación del empresariado cubano refiriere que «la ZED promueve las inversiones de entidades nacionales, así como su asociación con empresas extranjeras en las modalidades establecidas por la ley. Y aunque apreciamos un incremento de la presencia cubana entre nuestros usuarios y en los proyectos en preparación, consideramos que aún queda un amplio potencial por atraer».
En este empeño, alerta, es muy importante la preparación de los grupos empresariales cubanos para identificar negocios de capital totalmente extranjero o de asociación, así como para elaborar e incluir en la Cartera de Oportunidades proyectos en los que se busquen financiamientos, tecnologías y mercados.
Según Igarza Martínez, uno de los objetivos de la Zona es promover los encadenamientos productivos de los usuarios con empresas que operan en el resto del país, mediante el suministro de materias primas, componentes, o la prestación de servicios. En ese sentido, reconoce, aún estamos insatisfechos. Por ello «pretendemos continuar trabajando con el empresariado cubano para alcanzar un mayor aprovechamiento de las oportunidades de participación directa o indirecta que Mariel les ofrece».

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cristobal dijo:
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25 de noviembre de 2016
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25 de noviembre de 2016
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