Yarisleidis Cirilo: «siempre me ha gustado ganar competencias»

La mujer cubana es belleza, fuerza, amor, y por su sangre, que desborda las venas con intensidad, hay un caudal de persistencia puesto en cada apremio. Es, en nuestro presente, fuerza que invita a seguirla, cuidarla, estimularla. 

En el deporte son innumerables las proezas regaladas por las mujeres a este pueblo que las sigue y las apoya en cada competencia. Crece la cantidad de ellas; son tantas que, al llegar estos días finales de año, se tuercen las clavijas del entendimiento al pensar a la hora de seleccionar a los mejores deportistas en los vencidos 12 meses.

En medio de meditaciones y cálculos muy claros, con solo 23 años de edad, la canoista Yarisleidis Cirilo integró, por segunda ocasión consecutiva, el pabellón de los más destacados en Cuba, brillo ganado por su medalla de oro en la prueba de c-1 a 200 metros, en el Campeonato Mundial Junior de Canotaje de Velocidad, celebrado en Portugal, en julio pasado.

En el Mundial absoluto, efectuado en Milán, Italia, la guantanamera llegó a la Final a, allí venció el recorrido en 46.27 segundos, para llevarse la medalla de plata.

Cirilo se ha insertado en la élite de un deporte en el que nunca antes había brillado con tanta calidad una cubana. La medallista de bronce olímpica, en 2024, también avanzó en 2025 a las finales a en copas del mundo en Szeged (Hungría) y Poznan (Polonia).  

Yarisleidis teje una exitosa y constante carrera impulsada por su mamá, Yaritza Dubois, licenciada en Cultura Física. «Comencé a los diez años en el voleibol; pero cuando ella me preguntó qué disciplina deseaba practicar, le dije que quería ir para la Academia Náutica de Caimanera, en Guantánamo. No sabía nadar, era una niña delgada, pero una vez allí me gustaba ganar competencias», dijo en entrevista con pl. 

Es la mujer autora de grandes premios en cualquier lid, el empoderamiento le ha abierto una senda que crece. De los 231 deportistas que representaron al país en la segunda edición de los Juegos Panamericanos Junior, en Asunción, Paraguay, 117 fueron hombres y 114 mujeres, una muestra fehaciente del balance de géneros.