Los últimos resultados del equipo femenino cubano de voleibol dan la medida de cuánto habrá que trabajar para regresar a un sitial cercano al conquistado por las Espectaculares Morenas de Caribe, en cuanto al espectro internacional.
No basta con reunir a jóvenes como Whitney Spiker, la mejor atacadora, incluida en el Todos Estrellas del recién concluido Final Six de Norceca, en Guadalajara, si en un evento en el que pudieron finalizar en un mejor lugar, el elenco no haló unido para superar el sexto peldaño.
Hubo actuaciones que explican esa ubicación, como el partido ante Canadá, en la fase eliminatoria, en el que, después de ganar los dos sets iniciales, por igual marcador de 25-14, bajaron el control del juego y cedieron 25-27, 17-25 y 11-15, triunfo que animó a las norteñas a vencer, por 3-0 (25-16, 25-22, 25-21), en la disputa por la quinta plaza. Las canadienses habían sido derrotadas en sus cinco encuentros preliminares, en tanto las cubanas solo vencieron a Puerto Rico.
«Nos presionamos por hacer las cosas bien, y la desesperación nos llevó a cometer demasiados errores», dijo la atacadora Dezirett Madan. Son dos aspectos esenciales, sobre todo las pifias, en algunos desafíos por encima de 25.
Algo parecido ocurrió en ocasión de terminar en el séptimo peldaño, con Laura Suárez como mejor bloqueadora, en el Panamericano de Colima, también en México, en agosto. Dejemos aparte la esperada actuación en el Campeonato Mundial, pues se conocía de antemano que no había calidad para sobrepasar la primera fase del clásico.
Construir un elenco no se consigue de la noche a la mañana. El equipo de dirección del brasileño Liuzomar De Moura, según confirmó en el torneo de Guadalajara, intenta crear una nueva disciplina. Habrá que acompañarla de un fuerte trabajo en el gimnasio y el aumento de la combatividad, para crear una mentalidad ganadora en el conjunto.
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