ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Leyanis Pérez confirmó su condición de favorita. Foto: Reuters

Era el 3 de agosto de 2024, hace exactamente un año y 45 días, cuando en el estadio olímpico de París todos, hasta sus rivales, esperaban verla en el podio, incluso en lo más alto. Pero terminó quinta. Entonces escribí, en esta misma página, «que esta nube no debe taparnos el sol. Por eso estoy de acuerdo con ella: “No voy a llorar, aunque claro que no estoy bien, mucho menos contenta, aun cuando estar en los Juegos Olímpicos sea motivo de satisfacción”».

Tenía razón Leyanis Pérez en no llorar, sino en levantarse, porque ha tenido un año 2025 impecable, ganando el Campeonato Mundial bajo techo, en marzo, la Liga de Diamante, por segunda vez consecutiva, algo que solo habían hecho la colombiana Caterine Ibargüen y la venezolana Yulimar Rojas. Llegó al Campeonato Mundial con tres saltos por encima de 14,90, incluyendo el 14,93, hasta ayer lo mejor de la campaña.

Pero si en aquel agosto del pasado año, cuando se esperaba el resplandor de Cuba en el medallero bajo los cinco aros, se nubló el día, este 18 de septiembre Leyanis Pérez llenó de alegría a su natal Pinar del Río y a toda Cuba con su título en la lid del orbe, en Tokio.

Como en París, era esperado, pero no por eso deja de emocionar, justamente, porque supo empinarse y asumir la condición de líder. Dijo, antes de la competencia, que sí podía, y lo demostró con creces, tanto, que en una sola noche logró la misma cantidad de registros por arriba de 14,90 que los alcanzados en todo el año. Además, mejoró en un centímetro el que regía como el tope de ese periodo.

Con su primer intento, medido en 14,85, se puso delante de todas sus rivales, pero ella sabía que por lo menos seis contendientes podían sobrepasar esa cota. Después del foul en su segunda salida, clavó los pinchos en 14,90 y, para dejar el menor margen posible a una remontada, se despidió con dos 14,94.

El último de ellos, en su sexta aparición, parecía para más, podía incluso pasar la barrera de los 15 metros. De los tres movimientos, en el primero logró 5,64, en el segundo (el que ha dicho que es su talón de Aquiles) alcanzó 4,29 y en el tercero 5,01. Pero lo significativo de ese intento es que regaló, en la tabla que marca la validez del salto, 15,7 centímetros. Si en vez de esa cantidad, hubiera perdido los siete que dejó en el 14,90 de la tercera vez, entonces estuviéramos hablando de una marca de más de 15, en el entorno de 15,02.

«Vine a buscar la medalla de oro, y estoy muy contenta; es cierto que también venía por los 15 metros, no salió ahora, pero me esforcé muchísimo», dijo Leyanis Pérez, ya con su presea dorada.

En contacto con el colega Javier Clavelo y la periodista de Jit, Eyleen Ríos, supimos que la nueva reina del orbe expresó sentirse muy satisfecha con el regreso de Yulimar Rojas. «Competir con ella es siempre una oportunidad, ha regresado y se fue con una medalla de bronce; sé que venía por su título, porque es una gran competidora, pero ahora recayó en mí. Sí, confié mucho en mis posibilidades, en la temporada que había tenido».

ROXANA INVOCA A LA GRAN ANA FIDELIA QUIROT

Roxana Gómez cumplió en una carrera histórica. Foto: World Athletics

Todavía con el pecho henchido por Leyanis, las pulsaciones volvieron a enloquecer con la carrera de los 400 metros, la más rápida de la historia de esta prueba, en la cual la cienfueguera Roxana Gómez no fue una más, sino una protagonista de lujo.

Solo dos mujeres habían quebrado los 48 segundos en la vuelta al ovalo, la alemana Marita Koch (47.60) y la checa Jarmila Katrolichova (47.99), y la última vez que ocurrió fue hace 40 años. Pero ayer, en el Mundial de Tokio, en la final, otras dos superaron esa barrera: la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone (47.78 segundos) y la dominicana Marileidy Paulino (47.98), para copar los premios de primer y segundo lugares. La nueva campeona se quedó a solo 18 centésimas del récord del mundo, en poder de la Koch desde el 6 de octubre de 1985.

Con esos dos registros, que ahora son el segundo y el tercero de la historia, Roxana se lanzó tras los motores de esas turbinas, y lo hizo tan bien que entró con espectacular crono de 49.48, con el cual dejó atrás el récord nacional de 49,61, obra de la singular Ana Fidelia Quirot, en 1991.

«Llegué a Tokio con el objetivo de romper el récord cubano, estoy muy feliz y agradecida con mi entrenador. Fue una carrera durísima, pero salí sin pensar en lo fuerte que era, solo en avanzar», dijo la de la Perla del Sur, aún jadeante tras su también histórico sexto lugar.

COOPER Y ANISLEIDIS, COMO NUNCA ANTES

Como sus compañeras, Dayli Cooper y Anisleidis Ochoa lograron en la capital japonesa sus mejores marcas. La primera, en los 800 metros estará en la semifinal, después de parar los relojes en 1:58.16.

Ochoa estrenó a Cuba en las pruebas de fondo en las pistas de los mundiales, y en los 5 000 metros llegó en el puesto 19, pero cumplió su objetivo. Sacó de la lid del orbe el récord nacional de 15:31.35.

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