Cuba, que ha sido una de las vedettes de los campeonatos mundiales de atletismo, emprenderá el altísimo reto en la cita del orbe del deporte Rey, que comenzará este 13 de septiembre.
Una historia en estas encumbradas reuniones, que aún la sitúan en la octava posición en el medallero histórico, con el mérito, hasta hoy, de ser una de las diez naciones con más de 20 medallas de oro, es el mayor desafío de la comitiva de 17 atletas que saldrán a la pista y el campo del Estadio Nacional de Tokio.
No hay un vaticinio que favorezca una amplia presencia en los podios del 20 Mundial de Atletismo, que por primera vez cerrará la temporada. Solo Leyanis Pérez y Liadagmis Povea tienen reales posibilidades de estar en una ceremonia de premiación. Ese sería el más objetivo y sustentable pronóstico.

Las dos pinareñas encabezan la actual campaña atlética en el triple salto, en la que, si bien han brillado con luz propia, con 14,93 metros Pérez, y 14,84 Povea, está marcada por la ausencia –ya de 17 meses– de la campeona olímpica y mundial, y recordista del planeta, la venezolana Yulimar Rojas.
Pero ella, el pasado 14 de agosto, dijo que estaría de regreso para el Mundial. «Voy a defender mi título, en el mismo lugar que gané mi corona olímpica».
Ese anuncio, aun cuando es una incógnita la forma en que pueda presentarse, congela las aspiraciones de cualquier adversaria. La sudamericana, a media máquina, es tan poderosa como sus rivales al 100 %.
Las otras oportunidades cubanas estarían por ver si Lázaro Martínez le saca al triple salto todo su talento, que lo ha hecho volar sobre 17,60 metros; aunque, con eso podría quedar fuera de las preseas. Y habría que ver si a Jorge Hodelín, a sus 18 años, no le queda grande el cajón de salto de longitud.
Él llega con un 8,34 metros, registro que ahora mismo es el tercero del año. Es una credencial de lujo, pero portarla en la pista de Tokio exige madurez competitiva. Por lo pronto, es de las mejores noticias del atletismo cubano en 2025.

Proponemos una mirada a la distancia que hay entre los cinco primeros de la temporada y los cubanos. No se trata de comparaciones, sino de ilustrar el grandísimo reto de la delegación de la Mayor de las Antillas.




















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