«Mi primer deporte fue el tenis de campo, en primer grado. Después pasé al judo. Mi deseo era ser entrenada por mi hermana, que era profesora», por eso se fue al tatami, hasta que llegó a la lucha.
«Cuando movieron a mi hermana a ser entrenadora de lucha, por estrategia del municipio, decidí pasarme a ese deporte. Siempre he querido que mis resultados sean fruto de ella».
De Media Luna, en la oriental provincia de Granma, salió Yainelis Sanz, quien ha puesto bien en alto el nombre de su país, y de su terruño. Es doble campeona panamericana junior, y ahora posa su vista en el Campeonato Mundial.
Insiste en que los éxitos se los debe a su hermana. «Además de que me inició, me inspiró, siempre está motivándome. Dice que, sin importar el resultado, lo dé todo, seré su campeona.
«Sí, hay personas que no acaban de entender que una mujer puede realizar deportes de combate», argumentó.
«Cuando estaba en sexto grado fui a mi único provincial y vencí. Lo hice con lo que sabía del judo, pues apenas comenzaba en la lucha. Después entré a la eide, en Bayamo. Allí subí mi nivel, y participé en los Juegos Escolares», dijo.
«En el último año de la secundaria, mi profesor me ubicó en los 57 kg, y gané mis únicos Juegos Escolares. Poco después de ser campeona, el profesor Serguei Rondón me captó para el equipo nacional. Fue difícil. Tuve que compartir división con Laura Herín y Lianna Montero, que era la figura principal.
«Quiero ser una máquina de lucha, estar los seis minutos de pelea al máximo de intensidad. Por eso me exijo más; a veces estoy cansada, pero hay que soportar. Mi mentalidad me facilita ese proceso. No quiero perder lo logrado».
Cali, en 2021, fue su primera gran oportunidad. «Cuando me invitan a a los Juegos Panamericanos Junior estaba en casa, por la covid-19. No tenía condiciones y solo me preparé en lo físico. Luego me resolvieron una pequeña área para entrenar con algunos amigos», contó.
Yainelis ganó, y lo siguió haciendo. «Mi meta era ser la primera figura. En 2022 fui a mi primer Panamericano de mayores, y lo gané», comenta.
«Pasaron muchas cosas. No fui ni a los Centroamericanos ni a los Panamericanos en 2023. Tampoco a los clasificatorios. Hubo momentos en que quise dejarlo todo, porque me dolía. Gracias a mis padres no lo hice», rememoró.
—¿Crees que Asunción fue tu momento?
—Sí. No me sentí del todo cómoda en ese evento, porque no pude hacer una buena preparación por las lesiones. Pero cambió todo en mí. Me demostré de lo que soy capaz», explica.
La final, ante Bertha Rojas, de México. fue muy dura. Su rival estaba fuerte.
Perdía por dos puntos. Cuando todo parecía acabado, una acción lo cambió todo, y la llevó a la cima. «Esos últimos segundos fueron una locura. Miré a la pizarra, vi el tiempo, y decidí que tenía que marcar de cualquier forma», afirmó.
«Era la abanderada, saqué el extra, porque quería pasear mi bandera por el escenario. Esta medalla la disfruté más, porque tuve que sacrificarme más».
Hoy está en el Mundial. «Siempre he estado lista, quiero ser campeona mundial».

















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