En Pabexpo, la casa de Pa´Cuba, un festival de verano que enamoró tanto que debería proponerse pasar las fronteras de esa larga estación para quedarse en otros momentos del año, haya o no calor, hizo su estreno la preselección nacional juvenil de Beisbol5.
Allí, en una «avenida» popular muy singular, preñada de opciones de entretenimiento, los muchachos de la pelotica amarilla jugaron ante la escuadra de mayores que, como la bisoña, es campeona mundial, y frente a La Habana. Más allá de los resultados, lo importante es que tuvieron sus primeros partidos después del Campeonato Nacional, y a solo 22 días de partir para México, sede del Campeonato Mundial.
Por supuesto, un deporte tan dinámico y tan cubano convocó a Pa´Cuba que, detrás de las cercas del área competitiva, acompañó las espectaculares jugadas y las veloces combinaciones defensivas y ofensivas de los jugadores.
Para el Besibol5 cubano cualquier lid internacional, al margen del nivel que tenga –y la ya cercana reúne a la élite del orbe– es un gran reto. El desafío pasa porque cada equipo sale a exponer no solo el invicto de un grupo, sino de un deporte que no ha perdido un certamen, ni regional ni del orbe, y ya van dos coronas mundialistas entre los mayores y una juvenil, en 2023, en Ankara, Türquiye.
A eso se suma que la preselección de 16, bajo el mando del director Sergio Arturo Pérez Echeverría, lo asume con una plantilla en la que solo hay dos nombres que firmaron la corona de hace dos años, Amanda Díaz y Adys Judith Espinel. Es decir, si ellas volvieran a hacer el grado entre las ocho de la selección, el conjunto que jugaría en México, del 24 al 27 de este mes, tendría un 75 % de renovación.
–¿Cómo asume este equipo esa realidad?
–De que es retador no hay duda, lo es aun cuando todos repitieran, pues es un Mundial. Sin embargo, nuestro deporte ha asumido los retos como una motivación, en otras palabras, como un incentivo para crecernos. Eso es lo que nos inspira hoy, justamente el hecho de que nunca lo hemos visto fácil.
–¿Cuáles son las principales preocupaciones?
–Más que preocuparnos, nos ocupamos en vencer las dificultades que, para el deporte, al igual que en cualquier esfera de la sociedad son grandes y muchas. Insistimos en la defensa, que es decisiva en el resultado; en los montajes de variables tácticas al campo y a la ofensiva, con énfasis –en los dos aspectos– en la velocidad de reacción y en la que se despliega en las bases. Este es un juego de alta intensidad táctica, en el que un pestañazo o un desliz pueden costar un partido. Y como son prácticamente adolescentes, entre 14 y 17 años, solo Amanda tiene 18, estamos bien ocupados, porque no hacemos nada con preocuparnos.
«El Beisbol5 no está invicto internacionalmente porque haya contado con una gran cantidad de recursos, o con muchachos y muchachas con experiencia internacional, sino porque se ha sobrepuesto a los escollos. Ahora no será la excepción».
–¿Tensa esa condición de defender la invencibilidad del deporte?
–Claro, y lo entendemos como un impulso para trabajar mejor cada día. Los deportistas no están aislados de la situación que vive el país, la sufren, pero también la combatimos. Sería fácil decir, no nos proponemos ganar porque nos falta esto o lo otro, eso está fuera de nuestro vocabulario, de nuestra forma de pensar y de actuar.
–¿Cuáles son los principales rivales?
–El principal es el que se tiene delante, el del juego de hoy. Si lo miramos así no bajaremos el rigor en cada salida; aunque, no hay duda de que Taipéi de China, Japón, Venezuela, y Francia y México, por sus condiciones de actual subcampeón mundial y de sede, respectivamente, están entre los más serios adversarios.
–Por lo que nos dice, ¿el único pronóstico es retener el título?
–No hay otro. No subestimamos a ningún rival, lo respetamos, porque es la premisa para vencerlo, y está claro que cada vez es más difícil, porque no hemos perdido un certamen, y porque el mundo se desarrolla aceleradamente en este deporte. Pero, insisto, no nos hemos propuesto otra cosa que el primer lugar.
COMENTAR
Responder comentario