Danny Miranda jugó en 12 Series Nacionales, con un promedió al bate de 290 frente a un pitcheo que gozaba del prestigio de brazos de lujo. Si ese indicador fue bueno, el defensivo fue sideral: fildeó para un astronómico 994, en primera base, almohadilla en la que se concreta un considerable porciento de los outs en un partido de beisbol.
Después de conducir a la victoria a los Tigres de Ciego de Ávila en la iii Liga Élite, está al frente de la selección nacional Sub-23, una categoría que es la antesala de la principal escuadra de cada nación. Con ella busca el regreso de la Mayor de las Antillas a un Mundial, después de su última presencia, en 2022.
Le preguntamos cuáles de los aspectos de juego le preocupaban más, y ¿saben que nos respondió?: «La defensa».
Él sabe bien cuánto pesa no jugar bien al campo, pues fildeó para 1 000 (cero error) en la campaña 37, en la postemporada de la 44, en los play off de la 47 y en la cuarta Superliga. «Es vital la seguridad en la defensa, no solo no fallar un roletazo o un elevado, porque a cualquiera se le cae una pelota, sino actuar con rigor táctico, de acuerdo a lo que va demandando el juego».
Nos comentó que «en Cuba entrenamos mucho la fuerza, la velocidad, y otros elementos que también son decisivos, pero dejamos poco tiempo al contenido táctico, y este es un deporte con una riqueza inagotable en ese ámbito. Es tan vasto que muchas de las decisiones de un desafío la podemos encontrar en ese infinito mundo táctico, y el montaje de jugadas defensivas y la anticipación a la acción ofensiva ganan campeonatos».
Cuba buscará, entre el 27 de septiembre y el 4 de octubre próximo, una de las tres plazas al Mundial de la categoría, en un certamen clasificatorio con sede en Panamá.
—Este parece uno de los grupos Sub-23 con más talentos que ha tenido Cuba. ¿Lo cree así?
—Son peloteros que juegan en las Series Nacionales y la Liga Élite, con responsabilidades en sus equipos, algunos de ellos con una alta incidencia en el comportamiento de esos planteles. Tenemos un excelente material humano para cumplir el objetivo en Panamá.
—¿Cuánto perjudica o beneficia comenzar la preparación sin varios jugadores que cumplen contratos en ligas foráneas?
—Nos perjudica desde el punto de vista del trabajo colectivo, que favorece la compenetración de todo el grupo, pero nos beneficia porque vienen de ligas que deben ser superiores a la nuestra. En ese sentido, pudieran aportarnos con sus experiencias.
—¿Y cuánto aportaría que estos muchachos jueguen las primeras dos semanas de la 64 Serie Nacional?
—Nos ayudaría en el caso de los que jueguen regulares en sus equipos, en los otros nos atrasaría. Hay que tener en cuenta que terminamos esta fase inicial (del 4 al 22 de agosto) y el grupo se uniría nuevamente el 17 de septiembre, en el Latinoamericano. Para nosotros es importante que la mayoría esté en el terreno.
—Este grupo se destaca por la ofensiva, pero en el área, en esta categoría el pitcheo tiene un buen nivel. ¿Serán los bates decisivos?
—Siempre se habla de la ofensiva, y aunque nunca he participado en un Sub-23, conozco, por Pedro Luis Lazo, que hay lanzadores de mucha velocidad y con buen trabajo con sus envíos. Nosotros también tenemos brazos por encima de las 90 y hasta 92 millas, a lo mejor no las 95 de los contrarios, quienes vienen de ligas profesionales Triple a, Doble a o clase a. Lo importante es jugar bien.
—¿Empleará la misma dinámica grupal que llevó a la pasada Liga Élite?
—Es complejo, llevamos poco tiempo, y no tenemos mucho más, pero la esencia será la misma. Todos son importantes en el resultado.
—¿El director también estará en el arranque de la 64 Serie Nacional, con un equipo que casi nadie conoce?
—Sí, abriré el primer día al frente de Ciego de Ávila, con 22 novatos, pero vamos con la misma filosofía que llevaremos al equipo Cuba: no entrenamos para perder. Y claro, con esos muchachos, buscaremos nuestro puesto en la Liga Élite, aunque muchos piensen lo contrario.
—Del debut como mentor hace unos meses, a director de un equipo Cuba…
—Sí, es un reto dirigir un equipo Cuba, es nuestro deporte nacional, y es lógico que la afición nos exija. Así que unas veces nos elogiarán y otras muchas nos criticarán, pero de las dos aprenderemos.
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