Razón tenía José Martí cuando dijo que: «Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer (…) cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño la obra es invencible»; y el deporte cubano está lleno de páginas doradas, escritas con nombre de mujer.
La del 21 de agosto fue una de ellas. Si Cuba tuvo una de su mejor jornada en los Juegos Panamericanos Junior, fue en buena parte por la contribución de sus guerreras.
Sí, porque eso fueron las gladiadoras del estilo libre ayer. Si en nuestra edición anterior hablábamos de que la locomotora del deporte cubano arrancó a media máquina, hoy podemos decir que ese motor carburó ayer como se esperaba, gracias al aporte de la mujer cubana.
Hazaña que se respete tiene de todo un poco. Aunque sepamos cómo va a acabar, esas emociones son las que nos mantienen enganchados a ella. Pues la lucha libre tuvo de todo: emociones, gritos, alegrías, llantos…, pero, al final, Cuba concretó cuatro medallas con sus cuatro representantes.
Dos títulos, una presea de plata y otra de bronce fue el saldo de la batalla vivida en los colchones del estadio CEO.
El primer acto fue tranquilo. Greili Bencosme (50 kg) salió con la deuda de cambiar el color de la medalla de plata obtenida en Cali-Valle–2021, y lo consiguió. La granmense salió con el apetito de una persona ansiosa de glorias, y devoró por completo a la brasileña Ana Sales, derrotada por superioridad técnica.
Pero, como reza en latín: Si vis pacem, para bellum (si quieres paz, prepárate para la guerra). Lleve usted eso al camino para llegar a la gloria.
Lo que vino después no fue fácil. Yainelis Sanz (57 kg) marcaba dos puntos en los primeros compases, pero la mexicana Bertha Rojas no vino a perder. Igualó las acciones, y se fue arriba. Pero Yainelis es la abanderada, y supo honrar el orgullo de la enseña nacional. Por eso sacó el extra, y en el último minuto, realizó un pase atrás que puso el 4-2 final.
María Santana (62 kg) fue sorprendida por Astrid Montero, de Venezuela. La morocha no creyó en que la antillana era la subcampeona de Santiago–2023, y le ganó por pegada.
La jornada cerró con broche de bronce, pues Dailianis Canales (68 kg) derrotó a Thais Tertuliano, en una batalla campal que se definió por las revisiones de los jueces, quienes mantuvieron en vilo la medalla hasta el último instante.
Hoy cierra este deporte sus cortinas, y los grequistas tienen la complicada misión de emular lo hecho por sus compañeras. Aun así, los colchones del estadio CEO vivirán más emociones, al estilo de los gladiadores del Coliseo Romano. ¿Será verdad que el mejor show se guarda para el final? Ya veremos.
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