A finales del año pasado, un joven de solo 17 años asaltaba el mundo del ajedrez. El 28 de diciembre, Wall Street no fue noticia por su bolsa de valores: un adolescente ganaba el Campeonato Mundial de Partidas Rápidas, por encima de Magnus Carlsen. Su nombre era Volodar Murzin.
La historia de este campeón es cruda. Murzin tuvo una infancia sufrida, y hasta 2018 catalogaba al juego ciencia como diabólico. Su reacción aparecía como respuesta a los maltratos físicos recibidos por su padre, quien le obligaba a jugar y entrenar todos los días, hasta las cuatro de la madrugada.
Su desarrollo fue a nivel independiente, junto con su entrenador, el maestro Mikhail Kobalia. Fue este profesor el que lo llevó a ganar la medalla de plata en el Mundial Sub-12, en Brasil.
La antigua urss fue, en el siglo pasado, la gran dominante del ajedrez. Sin embargo, con su desaparición, y el surgimiento de nuevas potencias, Rusia fue compartiendo ese protagonismo. Pero recientemente ha surgido una generación de jóvenes talentos que parece marcar un renacimiento de los trebejos en el gigante eslavo, y es Volodar Murzin su principal referente.
El joven ruso, antes de dar el salto a la fama hace unos meses, ya ostentaba el título de Gran Maestro desde los 16 años. Además, inscribió en su aval la corona del Campeonato Juvenil Europeo, en 2018; ser dos veces campeón juvenil de Rusia, y una liga superior de su país en 2023. Recientemente, ganó el abierto de Semana Santa, celebrado en España, hace dos semanas.
Con su estela de gloria, llega a Varadero para disputar el torneo Capablanca In Memoriam.
Posee un elo de 2 658, y es el jugador más fuerte precompetencia. A sus 18 años, es uno de los jugadores más jóvenes en disputar la élite de este torneo.
Sin embargo, encontrará en el danés Jonas Buhl-Bjerre un digno rival en su camino a la gloria y, como acotamos en la edición anterior, no es nuestro campeón en esta edición.
Su juventud e inexperiencia en este torneo pudieran ser limitantes ante un rival que ya sabe lo que es ser campeón (2023), y que le iguala en nivel (2 658 elo del ruso, por 2 641 del danés).
Más allá de los pronósticos, sobre los cuales Caissa tendrá la última palabra, será un lujo presenciar la figura de Murzin, un genio en pleno apogeo de su carrera deportiva.
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