ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Jorge Trigoura. Foto: Archivo Granma

«¿Tú eres el número 7? ¿Tú ves la palma a la derecha de la ventana de tu habitación? Desde ella te vamos a colgar como sigas jugando». Así decía una nota que me dejaron en el hotel. Cuando se me acercaron mis compañeros, les dije: «No hay de qué preocuparnos, nosotros tenemos una sola misión, así que los de la palmita que se vayan pal carajo», nos contó Trigoura.

Siempre que se hable de pelota en la capital, o de los equipos Habana o Industriales, él, Jorge Trigoura Alemán, es uno de los imprescindibles

La escena que nos recordaba ocurrió en Costa Rica, sede, entre el 7 y el 21 de abril de 1961, del xv Campeonato Mundial de Beisbol, en el que la selección cubana fue hostigada hasta la saciedad, con mensajes para que los jugadores desertaran, incluso hasta la pérfida y acostumbrada mentira, como sucede hoy, de los asalariados del imperio fue un arma contra los atletas.

Les llegaron a decir que la Revolución había sido derrotada, que Raúl se había vuelto loco o estaba preso, y que Fidel se había dado un tiro. Pero Trigoura y sus compañeros, quienes querían regresar para cambiar los bates por los fusiles, en aras de defender la Patria agredida en Playa Girón, habían recibido un mensaje de la dirección del país: «Milicianos al fusil, estudiantes al estudio, trabajadores al trabajo, peloteros a la pelota. Su misión allí es ganar».

En su casa, hace ya nueve años, Trigoura rememoró la frase que el general Miguel Ydígoras Fuentes, entonces presidente de Guatemala les dijo a los peloteros de esa nación: «Denles duro a esos comunistas». Por supuesto, se refería al equipo cubano; el militar convirtió a su país en la trastienda de la Operación Pluto, desde marzo de 1960, que derivó en Trinidad y terminó en la agresión de la Brigada 2506 por Playa Girón, formada por mercenarios, quienes se entrenaron en varias zonas guatemaltecas, fundamentalmente en la finca La Helvetia, en Quetzaltenango. De allí, y desde otros sitios en Nicaragua y Honduras, partió la fuerza invasora hacia la Ciénaga de Zapata.

Aunque los jugadores guatemaltecos no tuvieron la culpa de la decisión de su Presidente, terminaron por recibir una paliza (25-0) de la Mayor de las Antillas, cuyos peloteros no conocían a Ydígoras y tampoco el día del partido, el 13 de abril, ni siquiera representaban a una Revolución socialista.

A Trigoura no lo colgaron de ninguna palma, pero lo sacaron del juego, pues recibió un bolazo en la cabeza, en el choque ante México, que lo privó de continuar. Pidió seguir, pero no podía mantenerse en pie. Allí mismo bromeó con su amigo Pedro Chávez, a quien le dijo: Si no me dan ese bolazo, tú sabes que te alcanzo en jonrones.

El mismo 19 de abril en el que el pueblo cubano y su Revolución le asestaban al imperialismo yanqui su primera derrota en América, Trigoura, en Costa Rica, cumplía 25 años, y dos días después alzó, junto a todo el equipo Cuba, el primer título del orbe, ahora sí, bajo la bandera de una Patria socialista.

Solo jugó seis series nacionales, con formatos de calendarios muy cortos, pero le alcanzó para ser líder en dobles (7) y en impulsadas (20) en la segunda edición, y en cuadrangulares en la tercera, con tres.

Hace solo cinco días cumplió 89 años, y todavía lo recuerdo, a los 85, cuando nos dijo que «todavía hoy, a los enemigos, les digo lo mismo que les dije a los de la palmita de Costa Rica».

Ayer, cuando dejó el terreno de los mortales, este campeón mundial, y dos veces ganador como mentor de las series nacionales, una vez con el Habana y otra con Industriales, hubiera dicho y hecho lo mismo.

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