
¿Qué haces, además del ridículo? La primera vez que me hizo esa pregunta, por poco salgo faja´o con él. En ese momento no medí la distancia entre el subordinado, que por supuesto era yo, y el Jefe de la Redacción. No sabía si estaba burlándose de mí, o si me regañaba.
Antes de llegar al espacio en el que siempre anhelé estar, y que aún extraño muchísimo, a pesar de la cercanía
–la Redacción Deportiva de este diario–, él era, para mí, un referente. Perseguía sus textos, sus libros, me las ingeniaba para hablar con él, o simplemente me metía en un círculo de «monstruos» del periodismo dedicado al deporte, a fin de escucharlo.
Tuve el orgullo de coincidir con él
en mi primera cobertura en el exterior, en las Espartaquiadas de los Ejércitos Amigos de 1989, en Bulgaria. Lo vi en pleno desempeño, no paraba, y tenía una capacidad tremenda para discernir, en medio de un abultadísimo programa de competencias, a dónde ir o qué era lo más importante. Con solo mirarlo, aprendía. Desde entonces, me propuse ser como él.
Por eso aquella frase-pregunta me dolió mucho, sin saber que me estaba dando una lección para toda la vida. Me la espetó en uno de los pasillos en los que, con un grupo de jóvenes, hablaba de cualquier tema menos de trabajo o de deportes.
Malhumorado, lo llamé, y hasta lo encaré. «¿Cara de qué usted me ve a mí?», le dije, y el respondió, con la misma «pachocha» impenetrable con la que toda la vida lo vi: «De eso mismo, la del ridículo».
Fue entonces cuando me dijo que llevaba tres días sin presentar una propuesta para la página de Deportes, y que «un periodista que no se pregunte todos los días de qué voy a escribir o hablar mañana, lo que hace, además de no hacer nada, es el ridículo».
No exagero si les digo que, desde ese día, no dejo de hacerme esa interrogación que me sugirió Enrique Montesinos Delvaty, quien, además de haber sido dirigente de la Juventud, del Partido, Jefe de la Redacción de Deportes, de haber ido a Angola, de ser un periodista súper productivo, Presidente del Círculo de Periodistas Deportivos de la upec, vicepresidente de la Asociación Internacional de Periodismo Deportivo, y subdirector de este periódico, nos legó a sus colegas más de 20 libros que son casi bíblicos para entender el atletismo, el baloncesto, o la historia de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y los Juegos Panamericanos.
Tuve la suerte de crecer bajo su sombra y cubierto por el manto de ese espíritu que irradió en la Redacción. Por eso, cuando veía a Alfonso, el mismo Nacianceno de siempre, que hoy está como el vino, mientras más añejo mejor; o a Sigfredo Barros, un erudito beisbolero, quedarse matando el tiempo era, justamente, hacer el ridículo, como me dijo él.
Hoy, en el Día de la Prensa Cubana, para «Monte» y Sigfredo, que ya no están; y para Nacianceno, que sigue al pie del cañón, es este homenaje en su página de siempre, en la que no es permitido el ridículo.
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Reinaldo Santiesteban dijo:
1
14 de marzo de 2025
07:09:17
Orfilio dijo:
2
14 de marzo de 2025
08:24:35
Osmani Díaz dijo:
3
18 de marzo de 2025
12:39:17
Aliet Arzola dijo:
4
17 de mayo de 2025
09:04:48
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