
No fue un buen torneo para los Leñadores de las Tunas la I Serie de las Américas, pero ayer nos hicieron regresar a los dueños del bosque, a esos que no se dan por vencidos, aunque, el noveno inning con dos outs acelere las pulsaciones y la adrenalina se derrame en el terreno. Anoche sí vimos al equipo que es, en su mejor partido en este novel certamen.
Y lo hicieron en el juego clave, en el que se lo jugaban todo, ante la anfitriona Nicaragua. Pese al descontrol y la inefectividad abridora, un lastre del que no pudo zafarse la plantilla cubana, hubo mejor pitcheo. Dariel Góngora lo hizo bien después de la salida adolorida de Raymond Figueredo, y mantuvo el duelo cerrado (2-2) hasta el séptimo capítulo.
Fue también el encuentro en que mejor batearon, porque los 19 jits ante Argentina no son medidor. Ahora, en la semifinal, la decena de imparables tuvo mayor exigencia, con un Yosvani Alarcón de retorno en calidad de líder (jonrón y doble); incluso en ese epílogo, cuando Yoelkis Guibert, también apagado, pues como todos, no estaba en su mejor forma, enseñó su clase de pelotero al incrustar la pelota contra las cercas del jardín derecho para poner, con su tubey, el empate en segunda, tras remolcar dos con ese batazo.
Si la pelota se avergonzó tras los dos ko consecutivos ante Panamá y Curazao, porque ella nos recorre el alma, los tuneros nos regalaron en su despedida su versión leñadora. Salieron a pelear su juego, y cayeron, pero con la altura del beisbol que sí sabemos jugar.
Eso sí, esa última imagen no es la que les corresponde analizar a las autoridades deportivas, y a las del beisbol en particular, sino por qué no es esa la que nos acompaña. Ya son muchos tropezones sin que nos podamos levantar, no son pocos los choques con la misma piedra, como si no nos doliera. No se trata de un sentimiento championista, el asunto es mostrarnos en el modo beisbolero que nos habita.
Finalmente, la comitiva cubana se va con un cuarto escaño, en una lid de poca exigencia, lo mismo desde la tabla de lanzar que desde el cajón de bateo. Sus indicadores en el pitcheo fueron pésimos, y su defensa ni hablar, 947 de average, la peor de la competencia.
No se puede jugar pelota, por bajo que sea el nivel de una lid, sin estar en forma óptima, porque el beisbol demanda, en situaciones de juego que no se repiten en el desafío, de respuestas certeras.
ESTADIO ROBERTO CLEMENTE
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C |
H |
E |
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ELTU |
000 011 002 |
4 |
10 |
1 |
NIC |
100 001 21x |
5 |
6 |
1 |
G: Leonardo Crawford. P: Alberto P. Civil. Jrs: Yosvani Alarcón y Enmanuel Trujillo
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Lazaro dijo:
1
30 de enero de 2025
07:00:16
jose dijo:
2
30 de enero de 2025
07:37:34
JorgeF dijo:
3
30 de enero de 2025
09:43:24
karlos dijo:
4
30 de enero de 2025
09:51:01
Jose dijo:
5
30 de enero de 2025
11:36:01
Kevin84 dijo:
6
30 de enero de 2025
12:23:30
Alexis dijo:
7
30 de enero de 2025
12:26:03
Julio dijo:
8
30 de enero de 2025
12:51:49
luis dijo:
9
30 de enero de 2025
15:13:10
Juan Respondió:
1 de febrero de 2025
20:52:02
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