La energía que infunda en un gimnasio de boxeo el peso pesado Julio César La Cruz no pasa inadvertida para quienes observan una jornada de entrenamiento de la preselección nacional. El púgil camagüeyano se ha ganado, desde hace varios años, y por méritos propios, mantener la cinta de capitán de la escuadra cubana.
Julio César, como buen cubano, anima con jocosidad y señala deficiencias al resto de sus compañeros cuando suben al ring de boxeo. Pero un líder va mucho más allá, y el campeón olímpico de Río de Janeiro 2016 lo sabe.
La Cruz va y conversa con aquel boxeador que acaba de perder y piensa que sus objetivos inmediatos no serán cumplidos. ¿Qué le dice? Solo ellos lo saben, pero el lenguaje corporal del agramontino comunica mayor exigencia y dedicación para aquel hombre que, segundos antes, ha sido derrotado.
Su rutina de trabajo es intensa y constante, casi no para y, según sus propias palabras, está totalmente enfocado en el oro olímpico en Tokio, de lo contrario hoy no estuviera en la Escuela Nacional de Boxeo Holveín Quesada.
Sobre su paso definitivo a los 91 kilogramos, respondió a Granma que el hecho de llevar casi un año sin competencias le ha permitido hacer una excelente adaptación a la categoría divisional, asimilando todos los niveles de carga que prepara el colectivo de entrenadores.
«En los 91 kg me he presentado tres veces internacionalmente y he ganado los tres combates, uno de ellos ante el subcampeón olímpico de Río 2016, el kazajo Vasili Levit. Me siento bien con el peso, no hay dificultad para imponer mi boxeo».
Acerca del reto que tiene el boxeo cubano en Tokio, La Cruz fue contundente al afirmar que se irá a la capital nipona por cuatro medallas olímpicas como pronóstico, dos de ellas de oro y otro par de bronce, a pesar de que son ocho las divisiones en competencia.
«Somos el buque insignia del deporte cubano. Aquí entrenamos bien duro para hacer el grado al torneo preolímpico primero. Sabemos que el objetivo es difícil, pero nunca imposible de lograr. Tenemos el talento suficiente para alcanzar lo que nos propongamos. Estos entrenadores para mí son los mejores del mundo. De ahí que la parada es bien alta».
Las rivalidades deportivas que existen en varias divisiones dentro de la preselección nacional han provocado que las figuras establecidas redoblen su dedicación. La Cruz ve ese suceso con naturalidad, propio de la vida deportiva de un atleta.
«Hay varios jóvenes que tienen muchos deseos de imponerse. Cada uno pelea por hacer realidad sus sueños. Todo esto es muy bueno para nosotros. Gracias a esta rivalidad, los boxeadores se han mantenido en gran forma deportiva. Eso nos pone en una posición de ventaja frente a otros rivales internacionales».
Hace cuatro años Julio César La Cruz llegó en gran forma a los Juegos de Río de Janeiro. Acerca de si ese estado físico se puede repetir en el presente 2021, el agramontino despejó todas las dudas.
«Yo voy por mi medalla dorada. Estoy en la misma forma que entonces, cuando competí en los 81 kg. En mi mente no hay otra cosa que obtener un segundo oro olímpico. Yo entreno y me preparo para ser campeón olímpico».
Antes de terminar la entrevista, La Cruz precisa que puede llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024, en parte por la concentración y rigurosidad que les pone él a los entrenamientos.
«Todo dependerá de si mantengo la forma que me ha traído hasta aquí, junto a los buenos resultados. Tengo varias metas más que cumplir. Ir a París y ganar es un objetivo que se puede lograr. La realidad no tiene tamaño, color, ni precio», sentenció.

















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Ramon dijo:
1
4 de enero de 2021
10:21:03
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