
Corrían años felices para la pelota cubana, multicampeona en cuanto evento internacional participara, ya fueran Juegos Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos, Campeonato del Mundo, Copas Intercontinentales o topes amistosos. Aún no habían entrado a jugar los profesionales y nuestro país era el paradigma del béisbol, sin rivales de envergadura no solo en la región.
Súbitamente, en 1975, la cantidad de juegos en la XIV Serie Nacional se redujo a 39. Un torneo muy distinto a los de hoy día, pues el equipo campeón, Agricultores (un nuevo nombre aparecido para representar a la capital, pues Industriales se reservó para el torneo que se avecinaba) fue el primero en pitcheo con 1,69 y 18 juegos completos de 39, mientras el de mejor promedio ofensivo resultó ser Cafetaleros, una selección indómita, con 258.
Semanas después se anunciaba por la prensa el nacimiento de una nueva competencia llamada Serie Selectiva, formada por siete equipos, la mitad de los concursantes de la Nacional y con mayor cantidad de partidos, 54, los que añadidos a los efectuados en el anterior torneo sumaban 93.
A pesar de que las tres selecciones orientales (Cafetaleros, Serranos y Mineros) habían terminado en los puestos séptimo, noveno y décimo, respectivamente, cuando se unieron formaron un conjunto capaz de llevarse el gato al agua, bajo la conducción de un buen mentor, el desaparecido José «Pepín» Carrillo, con balance de 33 triunfos y 21 reveses y peloteros de la talla de Braudilio Vinent, Agustín Arias, Agustín Lescaille, Fermín Laffita, Elpidio Mancebo, Orlando Figueredo, Gregorio Pérez y Gerardo Simón.
Hubo un buen inicio, con una justa reñida donde Camagüey y Habana finalizaron a un juego de la cima. Vamos a revisar primero la primera década, que bien pudiéramos llamar de esplendor.
LA PRIMERA DÉCADA
Fue la Cenicienta durante mucho tiempo, siempre en los últimos puestos, pero a partir de 1979, Pinar del Río fue otro. Ya habían dado un grito de alarma al quedar segundos en 1978, y un año más tarde resultaron
campeones bajo la égida de uno de los mejores directores de equipo de la historia, el capitalino José Miguel Pineda, dirigiendo a un grupo de estrellas encabezadas por Luis Giraldo Casanova, Juan Castro, Alfonso Urquiola, Rogelio García, Juan Carlos Oliva y Julio Romero, entre otros.
Ganaron también en 1980 y luego cuatro veces más, en esas victorias bajo el comando de otro mentor de lujo, máximo ganador en nuestras Series Nacionales y dos veces campeón olímpico, Jorge Fuentes, quien a partir de la temporada 1982-1983 contó con la ofensiva del más grande bateador cubano, Omar Linares.
Otro adversario de respeto fue Las Villas, con dos campeonatos, ambos a la cuenta del director Eduardo Martín y con jugadores de nivel como Antonio Muñoz y Pedro José Rodríguez, uno de los mejores uno-dos de la pelota cubana, como lo demostraron en la IV Selectiva al ser «Cheíto» el líder jonronero (28) e impulsador (75), y Muñoz de anotadas (55) y boletos (49), además de otro excelente jugador, Pedro Jova, líder de bateo (372).
Orientales agregó al éxito inicial otro más, con Carlos Martí al frente, amparado en un trío de lanzadores de primera línea, liderados por Vinent, junto a José Luis Alemán y Rafael Castillo, este último puntero en victorias (12). Habana y Camagüeyanos solo pudieron imponerse en una ocasión.
LOS AÑOS FINALES
El inicio del segundo decenio resultó en un tercer triunfo para la selección de Las Villas, todos con Eduardo Martín como director. Al año siguiente surge una nueva fuerza, Serranos, selección oriental con Franger Reynaldo al frente, autor de la idea de colocar a Kindelán como primer bate en el último juego ante los villareños para que tuviera más turnos al bate y pudiera llegar a los 30 cuadrangulares, algo que consiguió.
En su segunda temporada los Serranos cambiaron de mentor y colocaron a Higinio Vélez al frente de un conjunto donde tiraron del carro con más fuerza Antonio Pacheco y Orestes Kindelán, junto a Jorge García, Osvaldo Duvergel –ganador de 13 juegos–, y Luis Tissert, este último con 169 entradas lanzadas, líder de este apartado.
Algo llamativo durante toda la historia de las Selectivas radicó en los dos únicos primeros lugares conquistados por los equipos capitalinos, muchas veces considerados favoritos y luego relegados a puestos del segundo hacia abajo. Su única victoria en esta segunda etapa del torneo la alcanzaron en 1990, con cinco juegos de ventaja sobre los pinareños. El mentor fue Servio Borges, quien llamó poderosamente la atención cuando no quiso incluir en el equipo a Lázaro Vargas, Lázaro de la Torre y Juan Bravo, tres excelentes peloteros alegando que «no se avienen a mi estilo de juego».
Un año después, Jorge Fuentes ganaría su última Serie, la cuarta en su brillante historial, en una Serie donde destacaron hombres que un año más tarde nos representarían en los Juegos Olímpicos de Barcelona: Omar Linares, puntero en anotadas (13) y jits (16), y el zurdo Omar Ajete, con 0,00 de PCL.
Ya desde 1991 la Selectiva había recibido un corte en la cantidad de equipos, de ocho a cuatro, y desde 1993 en número de juegos, de 63 a 45, sin que mediara explicación alguna. Así, en 1995 le tocó a Orientales tener el privilegio de ser el último campeón de la Selectiva, con Higinio de nuevo en el puesto de mando y peloteros de la talla de Fausto Álvarez, líder impulsador (52); Gabriel Pierre, puntero en
anotadas (56); y Rey Isaac, colíder junto a Alexander Ramos en jits con 72, mientras desde el montículo se destacaban Ormary Romero, Ernesto Guevara Ramos y Alfredo Fonseca.
Corría el año 1995, el país atravesaba una difícil situación económica tratando de salir con mucho esfuerzo del periodo especial. Se argumentó que resultaba muy difícil que Cuba desarrollara dos torneos beisboleros en el mismo año y la Dirección Nacional de Béisbol resolvió suspender la Selectiva, luego de 21 años de actividad.
Lo peor, en mi opinión, no fue solo la eliminación de la Selectiva, sino que el torneo cayó en el olvido, sobre todo por parte de una generación que la vio con sus propios ojos y hoy día ni siquiera la menciona. Tuve la suerte y el privilegio de cubrir periodísticamente las 21 versiones y estoy convencido de que resultará verdaderamente difícil volver a presenciar un torneo beisbolero con la cantidad de estrellas –campeones olímpicos, mundiales, panamericanos, de la Copa Intercontinental–, como los reunidos por la Selectiva.
Sirvan entonces estas líneas como homenaje a sus animadores y como recordatorio a las nuevas generaciones de cubanos.

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Ariel Guerra dijo:
1
25 de enero de 2019
09:50:44
Arturo Respondió:
1 de febrero de 2019
19:58:29
d-Lambda dijo:
2
25 de enero de 2019
11:23:22
Miguelito dijo:
3
25 de enero de 2019
11:23:39
Gaspar dijo:
4
25 de enero de 2019
13:24:18
juan carlos dijo:
5
25 de enero de 2019
14:00:44
JC dijo:
6
25 de enero de 2019
15:51:54
Reysanchez dijo:
7
25 de enero de 2019
15:59:16
verakuba Respondió:
2 de junio de 2021
15:25:53
Godual Ávila Garrido dijo:
8
25 de enero de 2019
16:19:57
alberto dijo:
9
25 de enero de 2019
16:33:36
mlb2 dijo:
10
25 de enero de 2019
17:01:32
Ramon Romero dijo:
11
26 de enero de 2019
03:58:17
carlos anibal dijo:
12
31 de enero de 2019
22:39:10
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