¡Copa ganada, corazón contento!

La recién concluida Copa Panamericana Sub-23 masculina de voleibol ratifica una consideración hecha por Granma, cuando estos mismos muchachos que ahora barrieron con la mitad de los 12 premios individuales en Ciudad de Guatemala, terminaron en el lugar 17 del Campeonato Mundial para mayores.

En aquella ocasión decíamos: «solo el líbero Yonder García (25 años) posee la experiencia de haber participado en el Mundial de Polonia 2014, el resto de la nómina asistente a la cita del orbe este año, debuta en el más alto grado competitivo». Hoy, traídos a su correspondiente nivel, los muchachos arrasaron en el contexto guatemalteco, tanto en lo individual como por equipo.

En lo colectivo, lideraron los departamentos de máximos anotadores (286 puntos), con más de 40 unidades por encima de su seguidor Guatemala (243). También ocuparon la cima en el ataque, bloqueo y servicio, mientras que, cual característica del voleibol de la Isla, sus carencias afloraron en la defensa y el recibo, elementos que les obligan a compensar la pizarra con un esfuerzo extra a la ofensiva, pues todavía es alta la cota de errores no forzados cometidos por partido.

SEIS PREMIOS ENTRE 12

De los 12 galardones individuales concedidos en esta Copa Panamericana Sub-23, Cuba acaparó seis, siendo halagüeña la selección del bloqueador Roamy Alonso como el Jugador más Valioso de la lid. Alonso, de 21 años cumplidos el pasado 24 de julio, exhibe talla de 2,01 metros (solo aventajado en el equipo por Marlon Yant, 2,02), pesa 93 kilogramos y alcanza 3,50 metros de altura en el ataque y 3,30 en el bloqueo, de cara a una net que muestra su borde superior a 2,43 metros del tabloncillo o taraflex.

Solo México (no clasificó para el Mundial 2018 de mayores) en su  salida eliminatoria les ofreció alguna resistencia, porque en la discusión del oro quedó anonadado 3-0, en tanto Guatemala, Nicaragua y Perú únicamente fueron acompañantes en una competencia que enseñó las potencialidades de los cubanos.

En lo individual, sobresalió en el ataque el auxiliar Osniel Melgarejo, con el 63,64 % de efectividad, cuando se considera satisfactorio trabajar para el 50 %. Lo siguieron en los lugares dos y tres Miguel Ángel López (60,61 %) y Miguel David Gutiérrez (44,64). Melgarejo se llevó los reconocimientos al mejor ataque y servicio; López fue el segundo sobresaliente en el ataque, Gutiérrez se distinguió como opuesto y José Massó concluyó de segundo mejor en el bloqueo.

DAR EL SALTO ES ESENCIAL

Los vencedores de esta competencia en tierra guatemalteca integran el grupo esencial del voli masculino en la Isla. Acaban de probar que, para su categoría, van sobrepasando los límites en busca de horizontes más exigentes, algo que debe acontecer, a partir de ahora, en un andar paulatino entre los elencos de mayores.

Habrá que reflexionar cómo continuará la vida de este equipo en el futuro inmediato, habida cuenta de que la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) sustituyó la consabida Liga Mundial por la Liga de las Naciones, evento al que se llega por medio de un fuerte sistema de clasificación no rebasado por los nuestros en su intento de incluirse en la edición del 2019.

Esa Liga de las Naciones pasa a ser el principal evento anual del voleibol a escala internacional, sumada a los Campeonatos o Copas del Mundo que disfrutan de una frecuencia cuatrienal. Acceder a ese nivel ha de ser la aspiración de los cubanos en aras de retornar, paso a paso, al escenario que vio brillar a sus antecesores años atrás.